Un aliado de Putin tiene una de las colecciones de arte más caras del mundo
Una amalgama de tesoros artísticos en la que se incluyen desde maestros rusos hasta europeos y americanos de los siglos XX y XXI.
El multimillonario Roman Abramovich, expresidente del Chelsea y una de las figuras clave que explican la red de poder que rodea al presidente de Rusia, es propietario junto a su exesposa, Dasha Zhukova, de una impresionante colección de arte en la que se incluyen obras de reconocidos artistas y que estaría valorada en 910 millones de euros.
La colección de arte, que se ha mantenido en secreto durante años, es una amalgama de 367 tesoros artísticos que abarca desde maestros rusos hasta europeos y americanos de los siglos XX y XXI. Monet, Mondrian, Matisse, Picasso, Natalia Goncharova, Véra Rockline, Magritte, Kandinsky, Paula Rego, Frank Auerbach, David Hockney o Jasper Johns son solo algunos de los nombres que forman parte de este ecléctico conjunto.
Sin embargo, si tenemos en cuenta la situación actual de Abramovich, sancionado por el Reino Unido y la Unión Europea como consecuencia de la guerra en Ucrania, el multimillonario ruso habría conseguido que las obras eludiesen los embargos gracias al entramado de empresas revelado por The Guardian en los Oligarch Files, la filtración con documentos de MeritServus, un proveedor de servicios financieros offshore con sede en Chipre que el oligarca habría utilizado para regar el Chelsea con dinero del petróleo ruso .
Según las investigaciones, las obras de arte figuran como propiedad del Harmony Trust, del cual Roman Abramovich era el único beneficiario. Posteriormente, en 2017 y 2018, la colección fue transferida a una empresa llamada Seline-Invest, controlada por un fideicomiso con sede en Chipre conocido como el Ermis Trust Settlement, en el que su exmujer, Dasha Zhukova, adquirió el "derecho irrevocable al 51%".
La colección de Abramovich no solo es significativa por su valor, sino también por su contribución al mundo del arte. Antes de las sanciones, el amigo de Putin solía prestar obras para exhibiciones públicas. Sin embargo, con la guerra en Ucrania todavía en curso, estas obras han desaparecido de galerías y museos. La pregunta es, ahora, si algún día estas valiosas piezas volverán a ver la luz.