Cuatro rutas por la comarca burgalesa de Arlanza que en otoño se muestran en todo su esplendor
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Cuatro rutas por la comarca burgalesa de Arlanza que en otoño se muestran en todo su esplendor

Estos senderos atraviesan uno de los sabinares mejor conservados, destapan uno de los puentes romanos más importantes de nuestro país, descubren una escondida cascada y recorren un espectacular desfiladero.

La pequeña ermita de Santa Cecilia es una joya de estilo mozárabe con pórtico románico.

Bañada por el río Arlanza, del que toma el nombre, esta comarca de Burgos se caracteriza por sus terrenos calizos en los que el río ha excavado profundos cañones. Sus bosques de sabinas, sus fértiles vegas, sus viñedos y su inconmensurable patrimonio histórico la hacen única. No en vano es la tierra de Fernán González, el conde que facilitó el nacimiento del reino de Castilla.

Una de las mejores maneras de recorrer la comarca y conocer todas las maravillas que guarda, tanto naturales como patrimoniales, es calzarse unas buenas botas y disfrutar de sus numerosas rutas de senderismo, aptas para todos los públicos.

La comarca de Arlanza cuenta con una amplia red de senderos y aquí desvelamos cuatro de sus propuestas más interesantes. 

Importante: todos los itinerarios planteados son aptos para realizarse realizar tanto a pie como en bicicleta de montaña, y en otoño se muestran en todo su esplendor.

Sendero de las grandes encinas

Esta ruta es un itinerario circular de 9,7 km de recorrido, con un desnivel de 250 metros, en el que nos encontraremos con hermosos paisajes por la sierra de Solarana, en tierras llenas de historia.

La ruta parte de Solarana y, tras dirigirnos hacia el encinar, llegamos a Fuente Untierma (fuente caliente), que en época romana contó con un recinto termal. Desde aquí nos dirigiremos hasta la zona de monte conocida como La Sierra, donde encontraremos la ermita de San Miguel y un castro celtibérico ocupado hasta época tardo romana.

El itinerario continúa por un sendero que discurre por una antigua calzada romana que unía Clunia con Segisama —actual Sasamón—, y que nos llevará hasta la dehesa de encinas centenarias que se encuentra entre el monte Valdehorno y el monte Contazuelo, y en la que, tras caminar sumergidos en este bosque durante unos tres kilómetros, nos encontraremos con la imponente Encina Grande, donde quedan vestigios de antiguas carboneras.

La iglesia de San Pedro, declarada Bien de Interés Cultural, en Castrillo de Solarana.

Descendiendo por el camino del Arroyo de la Venta nos encontraremos con el enlace hacia el camino de la Tenada, que nos llevará, entre encinas y restos de tenadas, hasta Castrillo de Solarana, localidad donde aún se conserva el antiguo barrio de bodegas, que cuenta con unas 150 antiguas bodegas y unos diez lagares que se han usado hasta hace unos años. Seguimos el camino entre tierras de cultivo hasta Solarana donde se encuentra el final de la ruta.

Sendero de la Ribera del Arlanza

Esta ruta es un recorrido por el valle del río Arlanza, entre fértiles tierras de labor, que aún conservan grandes dosis de historia. El recorrido total es de 15,8 km y el desnivel acumulado de 180 metros.

Villahoz, población declarada Bien de Interés Cultural, es el punto de partida de la ruta. Cuenta con un entramado urbano medieval en el que destaca la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, de porte catedralicio y de estilo renacentista. Desde esta población el sendero nos acerca a las tierras que surca el río Arlanza; el frescor del bosque de ribera nos acompaña río arriba hasta llegar a Tordómar a través de su puente romano.

Puesta de sol en la población burgalesa de Villahoz.

Aunque esta fue la obra de construcción más importante de la calzada romana que unía Clunia con Cantabria, Tordómar conserva otros restos romanos, como son los miliarios o la estela que se conserva en la iglesia de La Santa Cruz.

El puente de Tordómar, con sus 22 arcos de clara factura romana.

El sendero continúa por el camino de la Vergüenza y nos conduce al punto de partida por tierras de cultivo, paisaje que nos ofrece, además de bellas vistas, la posibilidad de observar aves esteparias.

Sendero de las ermitas

Esta ruta transcurre en su totalidad por el Parque Natural Sabinares del Arlanza-La Yecla, y sus bellos paisajes nos acompañan a lo largo de los casi 12 kilómetros de recorrido. En este espacio se encuentran algunos los más extensos y mejor conservados sabinares del planeta, con algunos ejemplares de más de dos mil años.

  La cascada de El Churrión es un espectáculo en otoño.

El sendero parte de Quintanilla del Coco y, avanzando algo más de un kilómetro, nos encontramos el desvío a la ermita de Las Navas, enclavada en un paraje entre sabinas de singular belleza. Si seguimos avanzando accedemos por un estrecho barranco a la cascada del Churrión, un pequeño salto de agua que en época de fuertes lluvias o de deshielo nos ofrece un espectáculo natural incomparable.

  Quintanilla del Coco es una de las poblaciones que están dentro del Parque Natural Sabinares del Arlanza-La Yecla.Cesar Manso

Retomamos el camino principal y, a mitad del recorrido, llegamos a la ermita mozárabe de Santa Cecilia, pequeño templo de finales del siglo IX, con pórtico románico del siglo XII. Su interior cuenta con un hermoso arco de triunfo con forma de herradura y una tronera-ventanal con forma de cruz pometeada.

A continuación, el camino de Carremolino nos adentra en el desfiladero del río Mataviejas, con peñas y cantiles en los que tienen su nido gran cantidad de aves rapaces. Tras pasar por Santibáñez del Val, un paisaje de bosque de ribera nos acompaña hasta el punto de partida.

Sendero de la Cuna del Buen Conde

También denominado sendero de las Mamblas, esta ruta discurre al pie de la sierra de las Mamblas y parte desde Mecerreyes. Cuenta con un recorrido de 17,4 kilómetros.

En la sierra de las Mamblas, con sus relieves plegados, existe una variada población de rapaces que vive en las rocas y cantiles con repisas, donde instalan sus nidos. El águila real es una rapaz diurna que vive en este hábitat, alimentándose de reptiles, pequeños mamíferos y aves.

Esta sierra nos ofrece unas espectaculares vistas del desfiladero del Arlanza y de las Tierras de Lara.

Mercerreyes, en la sierra de Mamblas.MIGUEL A. MUNOZ ROMERO

Mecerreyes es lugar de paso de la Ruta de la Lana y del Camino del Destierro del Cid y debe su nombre a ser cuna de reyes. Se cree que fue en esta localidad donde, alrededor del año 929, nació Fernán González, primer conde de Castilla, hecho que le otorga el nombre a este itinerario.

El itinerario empieza en la iglesia de San Martín y desde ahí hay que dirigirse por el camino de Valdehorno hasta la ermita de la Virgen del Castillo. Continuando la marcha hasta el Valle de Valdehontrosa y siguiendo el Camino de las Mamblas, llegaremos al Mojón Gordo y después al Alto de la Cogolla, el punto más alto de la ruta, que nos ofrece unas vistas espectaculares de las cumbres más destacadas de la provincia.

El recorrido de la ruta continúa entre ascensos y descensos de las pequeñas colinas de esta bella sierra, hasta llegar al camino de las bodegas, que nos llevará de vuelta a Mecerreyes.

*Más información en turismoburgos.org y adecoar.com.

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Mila Fernández es redactora de LIFE en 'El HuffPost' y editora de branded content. Antes, fue redactora de estilo de vida y gente en revistas femeninas —AR, LOVE y SMODA—, dirigió la revista Turismo Rural y trabajó delante del micro en Radio España. Puedes contactar con ella en mila.fernandez@huffpost.es