Rusia recurre al tanque de la desesperación
Las tropas rusas toman una decisión que desde Occidente se percibe como "desesperada".
Tarde o temprano tenía que pasar y todo hace indicar que ya es una realidad: llegó la época de 'vacas flacas' para el Ejército ruso. En un momento en el que la guerra parece más estancada que nunca y los esfuerzos y recursos económicos y militares parecen no tener ningún efecto en el frente, Rusia ha tomado una decisión que puede ser sintomático del momento que atraviesa la economía del Kremlin.
La estabilización del conflicto solo parece suponer, tanto para Rusia como para Ucrania y sus aliados, un pozo sin fondo al que lanzar miles de millones sin que eso se traduzca en ningún progreso.
Occidente es conocedor de que las reservas económicas rusas se han reducido considerablemente y una ofensiva ucraniana en primavera-verano, como se cree que tendrá lugar, podría suponer un punta de inflexión y un duro golpe para las aspiraciones rusas.
Los tanques de la desesperación
Por este motivo, Rusia es conocedora de que no tiene tiempo que perder y cualquier recurso que se pueda utilizar es bienvenido. Con este objetivo, Rusia ha decidido 'resucitar' los tanques soviéticos T-55, fabricados en los años 50, por lo que su antigüedad supera los 70 años.
Evidentemente, la prestaciones que pueden ofrecer estos carros de combate no son, ni de lejos, las mismas que los tanques actuales, pero significan una ayuda extra para las tropas, por lo que la situación no permite 'ponerse exquisitos'.
Las imágenes de los T-55 que fueron publicadas durante esta semana, contrastan mucho con las de los Challenger 2 y Leopard 2 enviados por Gran Bretaña y Alemania a Ucrania para luchar frente a las tropas rusas.
"Disparidad tecnológica"
Una publicación del Daily Mail, indica que los rusos podrían contar con unos 300 tanques T-55, según las estimaciones de las antiguas tiendas soviéticas. En una entrevista del medio británico al general australiano retirado, Mick Ryan, este señala que "Rusia ha perdido gran parte de su mejor equipo en el primer año de la guerra", por lo que están recurriendo a los tanques "muchos más antiguos extraídos de las tiendas de la Guerra Fría".
La incorporación de estos carros de combate supone para Ryan un problema para los rusos, ya que "la disparidad tecnológica" entre unos y otros, junto a que las tropas rusas son conocedoras de que no podrán "competir contra una tecnología mucho más moderna", puede suponer un reto psicológico complicado para ellos.