Tras dos años de guerra, el desgaste se deja notar, pero el poderío militar ruso y su industria de defensa a pleno rendimiento aún le permite llevar la iniciativa.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, defiende la calidad del material que se ha suministrado al país invadido y alerta del riesgo de que Putin ataque un país OTAN.