Prigozhin habla por primera vez tras la insurrección de Wagner: "No buscábamos derrocar el poder en Rusia"
Yevgueni Prigozhin, líder del grupo paramilitar que se levantó inicialmente contra el Kremlin asegura que con su acto han revelado "graves problemas de seguridad" en Rusia.
En sólo unas horas consiguió desviar el curso de la guerra en Ucrania y sentar las bases de lo que pudo ser un golpe contra Putin. El levantamiento en armas del Grupo Wagner contra el gobierno ruso ha noqueado al régimen y sólo la decisión final de Yevgueni Prigozhin de no continuar con la marcha hacia Moscú evitó lo que parecía una batalla campal. Pero el movimiento ha dejado heridas muy abiertas en Moscú.
Tras ser acusado de cargos criminales, pese a que Putin prometió no hacerlo, se ha especulado mucho con el paradero de Prigozhin, jefe del grupo de mercenarios, que podría haber encontrado refugio en Bielorrusia. Sin aclararlo, ha hablado por primera vez desde que canceló el levantamiento paramilitar en un mensaje de 11 minutos. En él carga de nuevo contra el Kremlin y justifica que "el objetivo de la marcha era evitar la desaparición de Wagner (...) No buscábamos derrocar el poder en el país".
En su alocución, el magnate ruso confiesa arrepentirse de haber disparado a la aviación rusa, algo que "no debíamos haber hecho", y muestra cómo, con su marcha, se revelaron "graves problemas de seguridad" en Rusia. Por ello, ha insistido en lo que ya dijo el mismo sábado, que dieron marcha atrás "para evitar derramar sangre de soldados rusos".
Una marcha interruptus que se extendió por 780 kilómetros, una cifra utilizada por el empresario para seguir atacando a la cúpula militar rusa. "En 24 horas, hemos cubierto la distancia que el Ejército ruso podía haber recorrido el 24 de febrero de 2022 hacia Kiev y más allá", ha espetado, criticando los escasos avances de su archienemigo, el ministro Shoigú
El último gran enfrentamiento de una relación cada vez más tóxica
Su sorprendente movimiento tuvo lugar horas después de que el mismo responsable de Wagner amenazase al Kremlin de "represalias" tras acusarle de atacar las bases del grupo. Este ha sido el episodio de mayor tensión en unas relaciones cada vez más problemáticas desde hace meses.
En los últimos tiempos han sido habituales los cruces verbales y de amenazas entre Prighozin y el Ministerio de Defensa ruso, por la supuesta desatención de Moscú hacia sus paramilitares. El magnate, antiguo socio de Putin, se ha quejado públicamente de la falta de munición y equipamiento militar y ha llegado a culpar al ministro, Serguei Shoigú, de las bajas sufridas por el Grupo en sus acciones en suelo ucraniano.
Al respecto del curso de la guerra, Prigozhin ha remarcado que si sus fuerzas privadas hubieran llevado a cabo ese primer ataque, "la operación militar especial en Ucrania" habría terminado mucho antes.
El último frente versa sobre el supuesto interés de Putin y su entorno de cerrar los contratos con sus mercenarios para incorporarlos al ejercito formalmente. Una postura que los mandos del grupo rechazan "categóricamente" y por ello se negaron a aceptar la solicitud de firmar contratos con el Ministerio de Defensa. A cambio, ha señalado, alrededor de 30 de sus hombres "fueron asesinados por ataques rusos", unos hechos que aún no han sido verificados.
En la sucesión de polémicas entre ambas partes también alcanzó las reclamaciones de la conquista de Bajmut, ciudad que ha sido epicentro de la guerra durante medio año y tomada, finalmente, por las tropas de Wagner entre críticas al Ejército ruso, si bien desde Moscú se ha otorgado el éxito a sus propias fuerzas armadas.