Macron desdeña a los que piden su dimisión por la inminente crisis política en Francia
En vísperas de la moción de censura contra el primer ministro, Michel Barnier, el presidente francés califica como "política de ficción" las peticiones para que renuncie.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, desdeñó este martes los llamamientos de parte de la izquierda a que dimita por la nueva crisis política que se avecina en el país si mañana prospera la moción de censura contra el Gobierno del primer ministro, Michel Barnier.
"Resulta que si yo estoy delante de ustedes es porque el pueblo francés me ha escogido en dos ocasiones (2017 y 2022). Estoy muy orgulloso y honraré esa confianza con toda mi energía hasta el último segundo para ser útil al país", dijo Macron a la prensa francesa desde Arabia Saudí, donde realiza una visita oficial.
La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon, tercer partido en la Asamblea Nacional, es la fuerza que pide explícitamente la dimisión de Macron, al que considera culpable de la inestabilidad política del país desde que el pasado 9 de junio disolviese el hemiciclo y convocase legislativas anticipadas que resultaron en una Asamblea dividida en tres bloques: izquierda, centro macronista y ultraderecha lepenista.
"Eso (dimisión) es política de ficción, no tiene ningún sentido", ahondó Macron, durante su conversación con los periodistas franceses en Riad. El presidente hizo un último llamamiento a los diputados para que eviten el cese del conservador Michel Barnier, al que el propio Macron nombró primer ministro el pasado 5 de septiembre.
"Confío en la coherencia de las personas", declaró, al tiempo que consideró "de un cinismo insoportable" la postura del partido ultra de Marine Le Pen, que previsiblemente apoyará la moción de censura de los progresistas.
Macron también criticó que el Partido Socialista (integrante de una coalición de izquierdas con el LFI y los Verdes) vaya a votar por el cese del actual ejecutivo, entre ellos François Hollande, hoy diputado y antecesor de Macron en la presidencia francesa (2012-2017).
A pesar de la crisis política en gestación y su posible ramificación en una tormenta financiera, el presidente aseguró que "Francia es un país rico y sólido" con unas "instituciones y constitución estables".