Las claves de las elecciones en Reino Unido que auguran una vuelta al laborismo

Las claves de las elecciones en Reino Unido que auguran una vuelta al laborismo

Los sondeos son claros: Keir Starmer será el ganador con entre 15 y 17 puntos por encima del actual primer ministro, el conservador Sunak. Muchos años de crisis, polémicas internas y falta de respuestas pueden acabar con 14 años de 'tories'.

Keir Starmer y Rishi Sunak.Getty Images

Los británicos están llamados de nuevo a las urnas este 4 de julio. Unas elecciones anticipadas, porque no debían celebrarse hasta diciembre, pero que el primer ministro, el conservador Rishi Sunak, decidió convocar por dos motivos: uno, por intentar lucir una serie de buenos resultados económicos acumulados tras un largo periodo de crisis, y dos, para poder reducir algo los números de su derrota. Porque eso es lo que arrojan los sondeos: el fin a 14 años de Ejecutivos tories, en caída libre desde el Brexit, rodando a velocidad de vértigo tras una legislatura en la que han quemado hasta tres premieres

El favorito indiscutible para este jueves es Keir Starmer, cabeza visible del partido laborista durante cuatro años, que se ha enfrentado a todos esos mandatarios (del propio Sunak a sus antecesores, Liz Truss y Boris Johnson) y, sin ser especialmente carismático, se ha crecido sobre los errores ajenos, ha centrado a su formación, ha limado problemas internos y se ha convertido en la alternativa. The one and only

Aquí tienes las claves para entender todo lo que puede pasar cuando cierren los colegios electorales este jueves.

A qué y cómo se vota

Los ciudadanos tienen que decidir cómo repartir los escaños de la Cámara de los Comunes, la columna vertebral de un poder legislativo que tiene como primera gran tarea sostener al futuro Gobierno. Todos los ciudadanos británicos, irlandeses o de países de la Commonwealth que se hayan registrado previamente podrán participar en unos comicios que servirán para elegir a los 650 diputados, repartidos en función de la población de los distintos territorios. Inglaterra es la zona más representada, con 543 diputados, seguida de Escocia (57), Gales (32) e Irlanda del Norte (18).

No se trata de un sistema proporcional ni en el que los partidos presentan listas, sino que Reino Unido se divide en tantas circunscripciones como escaños tiene la Cámara de los Comunes. En cada una de ellas, los votantes eligen a un único candidato, de tal manera que gana el aspirante que más apoyo recibe -first past the post, en inglés-.

El sistema no obliga a obtener la mayoría absoluta ni establece segundas vueltas, lo que facilita el voto útil y, al menos en comicios anteriores, ha favorecido que los dos grandes partidos obtengan en las urnas un apoyo mayor al que previamente pudiesen anticipar los sondeos de intención de voto.

Los ciudadanos no están eligiendo tampoco al futuro primer ministro, ya que se trata de un sistema indirecto. Los grandes partidos anticipan antes de la votación quién vivirá en el 10 de Downing Street en caso de victoria, pero su designación final depende de la composición general de la Cámara de los Comunes y, de hecho, si un primer ministro dimite no es necesario convocar nuevas elecciones. En este caso, los nombres de los dos grandes son claros: el actual mandatario, Rishi Sunak, por los conservadores y Keir Starmer, exfiscal general y caballero, por los laboristas.

Puede darse el caso, además, de que el aspirante oficial a vivir en Downing Street no obtenga escaño, en la medida en que debe jugársela a título individual en su circunscripción de referencia. Ningún primer ministro en el cargo ha perdido nunca el escaño pero hay sondeos que dicen que a Sunak le podría pasar ahora. El hombre que hace dos años hizo historia siendo el primer mandatario de origen migrante y no cristiano va camino de sumar una muesca más en sus conquistas para la posteridad. 

¿Por qué ahora, si tocaban en diciembre?

Las últimas elecciones generales se celebraron el 12 de diciembre de 2019, cuando Boris Johnson logró una mayoría absoluta con la que esperaba tener cinco años de lo más tranquilos. Ya sabemos que no ha sido así. La ley únicamente establece que el Parlamento debe disolverse como máximo cinco años después del arranque de la anterior legislatura. El Gobierno de Sunak tenía de margen por tanto hasta el 17 de noviembre de 2019 antes de la disolución automática. "Es hora de que los británicos decidan en quién confiar", defendió al anunciar el adelanto. "Hay que decidir si queremos seguir construyendo el futuro que ustedes han hecho o arriesgarse arrancar desde cero". 

Se quiere frenar la sangría que se le avecina a los laboristas, recudir la distancia con los laboristas, a los que todas las encuestas dan ganadores por una cifra sideral, tratar de impedir que se refuercen más, que los ciudadanos se enfaden más por retrasar un voto que desean -y que por eso se espera de castigo a los actuales mandatarios-. En su discurso frente al número 10, Sunak dijo además que el Gobierno había "alcanzado dos hitos importantes": reducir la inflación y hacer crecer la economía más rápido que otros países del G7. Y las dos cosas son ciertas. 

Como explica EFE, desde octubre de 2022, el coste de vida y la economía están siempre en el top 3 de los temas que preocupan a los británicos y son asuntos recurrentes en el parlamento y los discursos políticos. Sólo ahora, tras muchos meses de angustia, se ve un poco de luz. Y eso el mandatario quería ponerlo en valor, por si le reporta algunos votos. 

En un contexto geopolítico internacional definido por la incertidumbre, el coste de la vida –medido por el índice de precios de consumo (IPC) y que llegó a alcanzar el 11,1 %– se redujo en abril al 2,3 %, la cifra más baja desde julio de 2021. De esta forma, la inflación se acerca al objetivo del 2 % que se plantea el Gobierno y el Banco de Inglaterra, aunque los economistas estimaban una mayor bajada, lo que puede alejar el descenso de los tipos de interés previsto para este año.

El tory decidió no agotar los tiempos y adelantó las elecciones al 4 de julio, aplicando para ello una regla no escrita por la que las votaciones siempre se celebran en jueves. Así ha sido desde el año 1935, pese a que técnicamente podrían tener lugar cualquier otro día de la semana. El origen en la elección del día ha dado pie a todo tipo de teorías, de tal manera que hay quienes apuntan que se evitó inicialmente convocar el fin de semana para que no hubiese un sobrecoste por el despliegue de trabajadores o se intercediera en otras costumbres como acudir a la iglesia. Asimismo, tradicionalmente el viernes ha sido día de cobro en Reino Unido, lo que ha llevado asociada una mayor actividad social e incluso la percepción de que pueden darse mayores casos de ebriedad.

Rishi Sunak pasándolo mal en el debate con Keir Starmer en la BBC, el pasado 26 de junio, en Nottingham.REUTERS / Phil Noble / Pool

El otro mar de fondo

El país tiene un contexto complicado al que debe hacer frente y que no está encontrando soluciones en Sunak. De acuerdo con las últimas cifras oficiales, el saldo de migración neta de 2023 en el Reino Unido –diferencia entre quienes llegan y quienes se van– fue de 686.000 personas, lo que supone una caída del 10 % respecto a 2023. Eso supone mano de obra que no llega cuando, a la par, uno de los principales problemas para el actual mandatario ha sido otra inmigración, la irregular. En lo que va de año, más de 12.000 personas han cruzado en pateras el Canal de la Mancha, entre Inglaterra y Francia, y desde 2018 el número supera las 120.000. Las maneras de atajar el problema en un bando y en otro son muy diferentes. 

La sanidad tampoco parece que vaya a mejorar, con protestas previstas nuevamente de colectivos como médicos, enfermeros o celadores. Las listas de espera en los médicos especialistas aumentó con los conservadores, en especial tras la pandemia, casi duplicándose en los últimos dos años, según el Sindicato Médico Británico (BMA). En concreto, el número de pacientes esperando tratamiento era de 7,5 millones en marzo de 2024, según los datos publicados por el NHS.

La Oficina Nacional de Estadística del Reino Unido (ONS) sostiene que lo que más preocupa a la ciudadanía del Reino Unido es, por este orden, el coste de la vida, seguido del Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) y de la economía.Aunque en menor grado, otras de las preocupaciones que afectan al electorado son la vivienda, el medioambiente, la delincuencia y la inmigración, al fin. Esas serás las claves de la votación.

Aparte de las políticas, a Sunak le preocupan otros políticos: los del partido de derecha populista Reform UK, cuya intención de voto se ha duplicado en menos de un año hasta situarse en el 12%. Si los laboristas no logran la absoluta, los tories quizá podrían seguir en el poder pactando con estos radicales, sin cordones sanitarios. Aunque puedan servirle de muleta, recela de ellos y del éxito que están cosechando. Cuanto menos pista tengan para esprintar, mejor. Eso ha estado también en el origen del adelanto electoral. 

Keir Starmer se toma una foto con estudiantes del Burton and South Derbyshire College, el pasado 27 de junio.Cameron Smith / Getty Images

¿Quién participa y qué dicen los sondeos?

En estas elecciones participan hasta partidos políticos, aunque dos de ellos solamente hacen campaña en Escocia y Gales. Son los siguientes: 

- Partido Conservador (en el poder, con Sunak). 

- Partido Laborista.

- Liberal Demócrata.

- Verde.

- Reform UK (populista).

- Partido Nacional Escocés (SNP, por sus siglas en inglés).

- Plaid Cymru (Gales).

Las encuestas pronostican que, por primera vez desde 2010, habrá vuelco. El Partido Laborista tiene un 41% a favor de intención de voto en las encuestas, que se reduce en los peores escenarios para ellos a un 36%. En segundo lugar, se encuentran los conservadores con 20%, seguidos por Reform UK con un 16-17%, los liberales (13%), los verdes (7%), el SNP (3%) y Plaid Cymru (1%). 

No hay ni un sólo sonde en el que la victoria laborista no esté asegurada y lleva siendo así desde hace dos años, cuando Sunak llegó al cargo. Los tories no han conseguido remontar desde entonces, aunque ha recudido las diferencias, que han llegado a ser de 30 puntos. 

Descompuestos, revividos

Los conservadores han dejado morir una legislatura que ganaron con mayoría absoluta y lo peor es que no ha sido siquiera sólo por su gestión, sino porque ellos mismos se lo han buscado con liderazgos tóxicos. Aupado precisamente en el Brexit, tras la marcha de Theresa May, un carismático Boris Johnson ganaba por coleada, conseguía una mayoría absoluta tranquilizadora para poder llevar a cabo todos sus proyectos. Sin embargo, su pésima gestión de la pandemia, complicada más tarde por las revelaciones de las fiestas sin control, sin medidas sanitarias, sin distancia ni mascarillas pero sí con engaños al Parlamento, le costaron el puesto.

Luego, llegaron unas primarias conservadoras a cara de perro en las que Sunak parecía ganar pero no, quedó tras Liz Truss, una señora caótica que se tuvo que ir a los 40 días pero que quedará para la historia no sólo por su brevedad, sino porque en su mandato -por llamarlo de alguna manera- murió la reina Isabel II. Sunak le tomó el testigo luego, ya sin competencia interna clara.

Eso, en cuanto a liderazgo inmediato, pero no a políticas: ha habido muchos choques recientes en el Partido Conservador. Por ejemplo, la propuesta del Gobierno de prohibir la venta de tabaco a los nacidos a partir de 2009, así como el proyecto de ley para reducir las condenas a los reclusos menos peligrosos para aliviar la saturación en las cárceles, habían provocado grietas con el ala dura. Sunak, con su adelanto electoral, también pone fin de un plumazo a esas disputas. Ahora tendrán que ir todos a una con el candidato si no quieren hacer el ridículo más de lo que los sondeos pronostican.

Mural con los aspirantes a suceder a Boris Johnson, Rishi Sunak y Liz Truss, retratados como púgiles, en las calles de Belfast, Irlanda del Norte, en 2020.Peter Morrison via AP

Frente ese líder cuestionado está Keir Starmer, el hombre al que todo el mundo subestimó, tras el liderazgo laborista de Jeremy Corbyn, que irá por cierto en una lista independiente. El antiguo fiscal Starmer puede sacar del hoyo a un progresismo sin ideas, melancólico en los últimos años, arrollado por un Brexit que no querían y ahora asumen porque no hay otra. 2Probablemente el gran activo de Starmer sea su capacidad para desactivar el discurso del miedo con que los tories quieren disuadir a la ciudadanía de votar a los laboristas", dice EFE. Su imagen algo anodina de hombre de leyes no despierta entusiasmos, pero tampoco grandes temores, dice, y además está tratando de rebajar su imagen de distante y de explicar a los ciudadanos que la limpia que era necesario hacer en el partido está acabada. Cambio sin estridencias. 

"Starmer trata de paliar la frialdad que proyecta relatando cada vez que puede su pasión por el fútbol y por su club del alma, el Arsenal. No parece casualidad que muchos de sus mítines en los últimos tiempos, incluido uno hoy en Gillingham (sureste), se hayan celebrado sobre el césped de pequeños campos de fútbol. También se esmera por distanciarse de los políticos de carrera cada vez que recuerda su lustrosa carrera jurídica, que le llevó a dirigir la Fiscalía de la Corona. Pero su voz nasal y su incomodidad en la oratoria pueden hacer olvidar que detrás de esa apariencia hay un político al que no le ha temblado la mano para rehacer el partido a su antojo en los tres últimos años para acabar con cualquier rescoldo de la era de Corbyn", añade.

La polémica

Como no hay campaña sin polémica, Reino Unido también ha tenido la suya. Hace dos semanas se acusó a algunos políticos conservadores de haber apostado en las elecciones. Al parecer, jugaron con la fecha de elecciones antes de que fuera anunciada por Sunak. Uno de los acusados es el consejero del premier, Craig Williams y habría apostado tres días antes de que el primer ministro diera el anuncio. Laura Sanders, una candidata conservadora, también está siendo investigada.

La policía británica detuvo a uno de los guardias policiales de Sunak por supuesta mala conducta en un cargo público por las apuestas. "Estaba increíblemente enfadado, mucho, al enterarme estas acusaciones. Es un asunto realmente grave. Es correcto que las estén siendo investigados adecuadamente por las autoridades competentes, incluida una investigación penal por parte de la Policía", reaccionó Sunak. A él no le han llegado las investigaciones. "Hemos estado realizando nuestras propias investigaciones internas y por supuesto, actuaremos sobre cualquier hallazgo o información relevante y la transmitiremos a la Comisión de Juego", indicó el primer ministro.