Israel asegura que ha matado al jefe de la unidad de misiles de Hizbulá en Beirut
El alto comandante de la milicia habría sido identificado como Ibrahim Muhammad Kabisi, y habría resultado tras la ofensiva israelí de este martes.
El Ejército israelí aseguró este martes haber acabado con la vida del comandante de la unidad de misiles de Hizbulá, en una nueva jornada de bombardeos sobre Líbano, que ha elevado la cifra de fallecidos a más de 550, entre los que se cuentan 50 niños y casi 100 mujeres.
De acuerdo con la información aportada a primera hora de la tarde de este martes por Israel, Ibrahim Muhammad Kabisi, habría sido el alto comandante de Hizbulá que habría resultado muerto tras la última ofensiva de Jerusalén.
Con esta son ya al menos tres los líderes de Hizbulá que mueren en la última semana, después de que la propia milicia confirmara el fallecimiento de Ibrahim Akil y Mahdmud Wehbe, otro destacado comandante del grupo chií.
Así, las fuerzas israelíes explicaron en un breve comunicado que "desde hace años y durante la guerra, (Ibrahim Muhammad Kabisi) fue responsable de los lanzamientos contra territorio israelí". Además, aseguraron que Kabisi se encontraba rodeado de comandantes "clave" del grupo.
El ataque de este marte contra Beirut alcanzó un edificio residencial en el barrio de Ghobeiry, en los suburbios meridionales de Beirut, conocidos como el Dahye y por el cual murieron al menos seis personas murieron y otras 25 resultaron heridas, según las autoridades libanesas,.
Israel acusa a Hizbulá de usar casas de civiles para almacenar municiones
El Dahye ya fue objeto de otro ataque israelí el lunes, del que salió ileso el comandante de Hizbulá Ali Karaki, y de un ataque el pasado viernes en el que murieron más de medio centenar de personas, según el último recuento ofrecido por la Defensa Civil libanesa.
La zona solo ha sido atacada en cinco ocasiones desde el inicio de los enfrentamientos entre Israel y Hizbulá hace casi un año y en todas ellas los objetivos principales fueron altos mandos de Hamás.
El país acusa al grupo chií (igual que hace con Hamás en la Franja de Gaza) de utilizar casas de civiles para almacenar armamento y defiende que su ofensiva de los últimos días busca "degradar" las capacidades de Hizbulá para atacar a Israel.