EEUU realiza la "caminata de elefante" con su tríada nuclear en pie de guerra

Estados Unidos se encuentra en uno de los momentos más delicados del último siglo: las tensiones geopolíticas acechan su hegemonía mundial, la situación económica del país es una de las más críticas en las últimas décadas y la inestabilidad política a pocas semanas de unas nuevas elecciones presidenciales son más evidentes que nunca.

Sin embargo, si hay un aspecto en el que EEUU continúa a la vanguardia, y parece que sustancialmente por delante de sus clásicos y tradicionales -aunque también, nuevos- enemigos, es el sector militar, y más concretamente, nuclear.

Aunque es cierto que actualmente es muy complicado poder estimar o predecir cuál es el potencial de cada país en materia nuclear, se antoja muy difícil creer que haya algún estado con mayor capacidad de ataque, disuasión o respuesta nuclear que EEUU. Ni siquiera Rusia o China podrían entrar en el 'tú a tú' en este sentido -al menos por ahora.

Muestra de ello es el bombardero furtivo B-2 Spirit, considerado el mayor avión militar del mundo, que posee capacidades y posibilidades únicas: viajar a cualquier punto del mundo en solo unas horas, así como lanzar cargas nucleares y convencionales a nivel global, ser indetectable para sus enemigos o conseguir dar una respuesta masiva y devastadora contra cualquier país que previamente realice un ataque nuclear sobre suelo estadounidense.

Pues bien, Estados Unidos cuenta con nada menos que ocho de estos bombarderos, que ya hicieron una demostración de fuerza y poderío hace un par de años durante un entrenamiento en la Base Aérea Whiteman, en Missouri. Bautizada como una "caminata de elefantes", en ella, Washington presumió de la capacidad nuclear con la que cuenta, exponiendo a su triada nuclear.

Bombarderos estratégicos, misiles balísticos lanzados desde submarinos u otros lanzados desde tierra, son las principales bazas de las que EEUU consta para hacer frente a cualquier hipotético ataque que reciba. Aunque eso sí, siempre son tildadas como "armas de disuasión".

Pero en definitiva, y aunque se utilicen ciertos eufemismos, no dejan de ser eso: armas con un terrorífico potencial nuclear que podría hacer tambalear a cualquier país por grande y poderoso que sea. Precisamente, uno de ellos, Corea del Norte, ya coqueteó y advirtió a EEUU de estar amenazando su integridad cuando varios bombarderos, portaaviones y submarinos con misiles estadounidenses rodearon la península de Corea a finales de 2022.

Ante este escenario, el régimen de Kim Jong-un no dudó en 'contestar' a EEUU, advirtiéndoles de que un movimiento inadecuado podría desatar una respuesta nuclear y devastadora en el país norteamericano. Hay que destacar que la presencia del USS Kentucky en aguas de Corea supuso el mayor acercamiento militar -con un submarino nuclear- estadounidense en la región desde 1980.

Esto propició que el líder supremo de Corea del Norte acusara a EEUU de estar tramando un posible ataque o amenaza con sus homólogos surcoreanos. Pese a ello, la tensión terminó por rebajarse y no fue a mayores.

Pero volviendo a la conocida como 'caminata del elefante' que tuvo lugar en 2022, hay que destacar varios aspectos importantes. El primero de ellos, es que la triada nuclear mencionada anteriormente, cuenta con un potencial de tales dimensiones que, en caso de que alguna de las 'patas' falle, el ataque podría llevarse a cabo de igual manera y con una probabilidad dé éxito idéntica.

De acuerdo con las declaraciones del coronel Geoffrey Steeves, durante el despliegue nuclear de hace dos años, señaló que "el bombardero B-2 Spirit es la pata visible de la triada nuclear", y destacó que se trata del "avión más estratégico del mundo, al ser el único en el planeta que combina sigilo, carga útil y ataque de largo alcance".

Asimismo, señaló que EEUU demostró su "capacidad para generar y desplegar rápidamente (el B-2) bajo un mayor escrutinio y con limitaciones de tiempo que las misiones de vuelo diarias normales", y agregó que "aquí demostramos a nuestros adversarios más cercanos, así como a nosotros mismos, lo bien que podemos hacerlo".

Por último, indicó una de las premisas fundamentales respecto a la estrategia militar, y señaló que “cuando pensamos en nuestros pares y adversarios, tenemos que pensar varios pasos por adelantado. Tenemos que mantener una ventaja, y en todo lo que hacemos pensamos: ‘¿Cómo enfrentamos una amenaza?’, pero también ‘¿Cómo avanzamos y pensamos en la próxima amenaza?’. No nos estamos entrenando para el pasado o el presente, nos estamos entrenando para el futuro. Así es como se mantiene una ventaja”, cocluyó.