Bielorrusia pide ayuda a un país africano para sobrevivir a las sanciones de occidente
Ambas naciones se presentan como "víctimas" de esas medidas impuestas por Washington debido a violación de los derechos humanos y apoyo a Rusia.
Zimbabue y Bielorrusia, unidos contra las sanciones internacionales. El presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, ha viajado hasta Harare esta semana para, además de estrechar lazos con su homólogo Emmerson Mnangagwa, presentar un frente común ante las sanciones internacionales a las que se enfrentan ambos.
En el caso de Zimbabue, las sanciones impuestas desde occidente se producen por la violación de derechos humanos. Por parte de Bielorrusia, las sanciones impuestas también por Estados Unidos llegan después de apoyar a Rusia en la guerra de Ucrania.
Ambos mandatarios, que han criticado las sanciones, han aprovechado la visita oficial de Lukashenko para escenificar el fortalecimiento de esta relación con la firma de varios acuerdos comerciales y de cooperación. "Esta visita profundiza, fortalece y consolida nuestras relaciones bilaterales", dijo el presidente zimbabuense tras reunirse con su homólogo bielorruso, al subrayar que ambas naciones son "víctimas" de esas medidas impuestas por Washington. "Hemos decidido abrir embajadas en las capitales de cada uno", añadió el mandatario.
Este viaje oficial de tres días es la primera visita a un país de África subsahariana de Lukashenko, que fue recibido por una guardia de honor la tarde del pasado lunes en el aeropuerto internacional Robert Gabriel Mugabe, en la capital, Harare, antes de cenar con Mnangagwa. Asimismo, el jefe de Estado bielorruso visitó este martes, vestido con un atuendo informal, el Acre de los Héroes Nacionales, un monumento nacional y cementerio donde descansan exguerrilleros que combatieron contra el dominio colonial antes de la independencia del país en 1980.
Después de que Bielorrusia haya suministrado equipamiento agrícola y camiones de bomberos a Zimbabue durante los últimos años, Mnangagwa señaló hoy que quiere ampliar la cooperación entre ambos países a los sectores de la minería y el turismo.
Ambos países firmaron al menos ocho acuerdos que abarcan el suministro de más equipos agrícolas y herramientas para construir graneros y buscan evitar la doble tributación, proteger las inversiones y reconocer mutuamente los títulos educativos.
Tanto Zimbabue como Bielorrusia votaron el año pasado en la Asamblea General de las Naciones Unidas junto con otros 12 países, incluyendo Irán y Corea del Norte, en contra de que Rusia pague reparaciones por los daños causados a raíz de su invasión de Ucrania.
El país africano, de hecho, se ha abstenido o ha votado en contra de varias resoluciones similares de la ONU sobre Rusia.
El acercamiento entre Bielorusia, país aliado de Moscú, y Zimbabue empezó durante el mandato del expresidente Robert Mugabe, que se distanció de Occidente tras la imposición de sanciones por acusaciones de fraude electoral y abusos contra los derechos humanos.
Después de la dimisión de Mugabe en 2017, tras casi cuatro décadas en el poder, forzada por el Ejército y por su propio partido, la gobernante Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), y de que Mnangagwa asumiera la Presidencia, las acusaciones de violaciones de derechos humanos no han cesado.
En este sentido, la organización Human Rights Watch (HRW), por ejemplo, criticó este mes la decisión del Gobierno zimbabuense de cancelar el registro de decenas de grupos de la sociedad civil por, supuestamente, no presentar informes financieros anuales o al alegar motivos de seguridad nacional.
Según HRW, el Ejecutivo de Harare está usando estrictas regulaciones sobre las organizaciones privadas "como una herramienta para silenciar el ejercicio de los derechos democráticos fundamentales".