Alerta internacional por las armas nucleares de un aliado de Putin y su objetivo antimisiles
El arsenal nuclear de China ha superado las 600 ojivas operativas, lo que representa un gran aumento respecto a las 500 estimadas el año pasado, según el informe China Military Power Report 2024 del Pentágono.
El arsenal nuclear de China ha superado las 600 ojivas operativas, lo que representa un gran incremento respecto a las 500 estimadas el año pasado, según el informe China Military Power Report 2024 del Pentágono. Este crecimiento mantiene a Beijing en camino de alcanzar las 1.000 ojivas para 2030, como predijeron funcionarios de defensa de Estados Unidos en 2021.
Más allá del aumento en el número de ojivas, el informe destaca los esfuerzos de China por construir una fuerza nuclear versátil. Esto incluye una amplia gama de sistemas de lanzamiento, desde misiles de ataque de precisión con bajas cargas hasta misiles balísticos intercontinentales (ICBM) capaces de alcanzar objetivos lejanos. "Lo que están intentando construir es una fuerza nuclear diversificada", señaló un alto funcionario de defensa de Estados Unidos.
China asegura mantener una política de "no primer uso" nuclear, prometiendo desplegar armas nucleares únicamente como represalia ante un ataque nuclear. Sin embargo, el rápido crecimiento de su arsenal ha alarmado a Washington, especialmente porque Beijing no ha participado en conversaciones sobre control de armas, un mecanismo clave utilizado por Estados Unidos y Rusia durante la Guerra Fría para evitar la proliferación nuclear. En contraste, el tratado estratégico entre Estados Unidos y Rusia limita sus arsenales activos a 1.550 ojivas, aunque ambos países almacenan miles más.
Avances para superar las defensas estadounidenses
El informe también señala que China está desarrollando sistemas avanzados para contrarrestar las defensas de misiles de Estados Unidos, incluyendo vehículos hipersónicos deslizantes y bombardeos orbitales fraccionales, tecnologías que hacen difícil detectar o rastrear un ataque nuclear.
Estos desarrollos, junto con pruebas como la realizada en 2021 con un misil hipersónico, posicionan a China como una amenaza emergente que podría alterar el equilibrio estratégico global. Mientras tanto, en Estados Unidos, el debate sobre modernizar su propia triada nuclear sigue en curso, con gastos proyectados de 1.5 billones de dólares en los próximos 30 años.