Las claves de la semana: El PSC, como la orquesta del Titanic
El PSC sigue tocando mientras la marca se hunde. Naufraga, sí, por más que no llegara el temido sorpasso y el resultado del 26-J diera un tibio respiro a una marca agonizante. Poco más de 5 millones de votos y 85 diputados pueden ser muchas cosas, pero no el PSOE que España ha conocido en los últimos 40 años.
Igual que la orquesta del Titanic. Claro que aquello fue un icono de la resistencia numantina mientras las aguas se tragaban el barco, y esto parece más el preludio de lo que le espera al socialismo español en adelante. El PSC sigue tocando mientras la marca se hunde. Naufraga, sí, por más que no llegara el temido sorpasso y el resultado del 26-J diera un tibio respiro a una marca agonizante. Poco más de 5 millones de votos y 85 diputados pueden ser muchas cosas, pero no el PSOE que España ha conocido en los últimos 40 años.
Ha sido estrellarse en las urnas y cambiar el tercio. Fuera caretas. El PSC vuelve por sus fueros y recupera para su acervo la consulta catalana. Como si la célebre "Declaración de Granada" nunca hubiera existido y el socialismo hubiera dejado de pensar en socialismo.
Las primeras señales las emitió Chacón
El caso es que los de Iceta ya emitían señales desde hace tiempo, pero nadie quiso escucharlas. Su apuesta en favor de una "ley de claridad" a modo de la canadiense no es improvisación porque tuvo todo un recorrido en el que no se quiso o no convino detenerse por aquello de las elecciones generales.
Pero ahí están las hemerotecas para comprobarlo. En febrero lo dijo Chacón y nadie la creyó porque estaba de salida: "Habría que poner a todos a trabajar probablemente por lo que hizo Canadá, que decidió aprobar la ley de suficiencia y claridad para decir que, en cualquier caso, la pregunta debía ser pactada y muy clara, y la mayoría debía ser suficiente". La ex ministra abogaba por una consulta si los catalanes rechazaban la reforma de la Constitución. "¡Chaconadas!", dijeron.
Le siguió Miquel Iceta en marzo con su apuesta por una "ley de claridad" para organizar un referéndum soberanista con una pregunta inequívoca. Y remató en abril la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, pero pasó desapercibido porque del Ebro hacia abajo Nuria Parlón es una gran desconocida: "El PSC debe volver al espacio que dejó y que ahora ocupa Podemos (...) Después del referéndum sobre la reforma de la Constitución debería poder celebrarse una votación sobe la independencia sin que nos rasgáramos las vestiduras". "Parlón siempre fue más independentista que socialista", justificaron.
Enésimo síntoma de debilidad
Pues ya está aquí. Negro sobre blanco en un documento político que defiende el derecho a decidir de los catalanes y que se debatirá en el congreso del PSC el próximo noviembre. Ferraz no ha respirado, no se sabe si porque estaba al tanto -que es lo más probable-, si porque Parlón formó parte del llamado gobierno en la sombra de Sánchez o porque Iceta es el apoyo territorial más sólido de cuantos tiene el actual secretario general. Lo más que llega del entorno del secretario general es que el documento es una posición de partida y no de llegada.
Ni de partida ni de llegada. Los barones de Andalucía y Asturias han puesto el grito en el cielo. El camino, para ambos, es Granada. Lo cierto es que la posición de los catalanes es un síntoma más de la debilidad en que se encuentra el PSOE, que en Cataluña está más cerca de Podemos; en Andalucía, de Ciudadanos y en España, no se sabe.
Sánchez, en paradero desconocido
No se sabe por qué tras una breve intervención sin preguntas la noche del 26-J, Sánchez anduvo toda la semana silente y en paradero desconocido mientras los suyos desafinaron toda la semana sobre la posición que debe adoptar el partido ante la investidura de Mariano Rajoy. El primero en abrir el fuego fue el extremeño Guillermo Fernández Vara la mañana del lunes para indicar que los socialistas debían abstenerse "in extremis". Le cayeron chuzos de punta y se escribió que estaba sólo.
Vara no está solo
Vara no está solo. El problema es que en el PSOE nadie dice lo que piensa por miedo a perder posiciones en la refriega interna. Como el extremeño, no hay secretario general que conciba unas terceras elecciones o que, en caso, de que Rajoy fracasara, Sánchez intentará el gobierno transversal que no pudo en diciembre. El lugar del socialismo, tras el 26-J, está en la oposición y no hay otro espacio. En eso están de acuerdo todos, salvo quienes en Ferraz hicieron el domingo por la noche castillos en el aire.
Democracia directa vs representantiva
La posición de la dirección federal no es táctica, sino inamovible. Un 'no' sigue siendo un 'no' para Sánchez, y su entorno dice que no piensa moverse de él ni en primera ni es segunda votación porque sería blanquear la corrupción del PP, los recortes de Rajoy y el sufrimiento de la clase trabajadora en los últimos cuatro años. Y añaden: si hay un sólo barón que opine lo contrario -esto es, que el PSOE debe facilitar por acción u omisión un gobierno de derechas- que lo diga en el Comité Federal y, luego lo explique a las bases.
El mensaje es nítido porque el secretario general de Valencia, José Luis Ábalos, alienado siempre con las tesis de Ferraz, lo ha escrito esta misma semana: que se convoque una consulta a la militancia para decidir en último término si el partido tiene que facilitar o no la reelección de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.
Unos dicen que si los barones presionan, Sánchez sustituirá de nuevo la democracia representativa por la directa; otros que esa decisión aún no está sobre la mesa... El caso es que en esto tampoco nadie se atreve a decir lo que verdaderamente piensa, ni siquiera Susana Díaz, que dijo el jueves en El programa de Ana Rosa, de Tele 5, que siempre le parecerá bien que se pregunte a los militantes, aunque ella es más de democracia representativa. O una cosa o la otra.
Resistencia interna
Si Sánchez está en la resistencia interna para ganar tiempo hasta el congreso, Díaz no le anda a la zaga con sus ambiguas palabras. "Ahora no toca", "España antes que el partido"... No hay una frase que no suene hueca sabiendo lo que muchos saben de sus intenciones aunque no las desvele. ¿Se medirá o no en el congreso federal? El raca-raca ya cansa. Tanto que hasta algunos de sus más firmes partidarios se han apeado ya del tren del "susanismo" para ojear otras opciones.
Madina recupera la voz
En boca de todos, una vez más, el vasco Eduardo Madina que, tras obtener escaño por Madrid, ha recuperado la voz en público. Sólo para decir que el PSOE no apoyará con un 'sí' la investidura de Rajoy -nada dijo de la abstención-, y que el PSOE obtuvo el domingo el peor resultado de la historia del partido. Tampoco es que develara gran cosa, pero hay quien cree que ya es una señal de que volverá a jugar la partida y de que ha vuelto a la primera línea para quedarse, decida lo que decida Susana Díaz, y a pesar de su perseverante océano de dudas.
La indigestión de Podemos
Hasta aquí la semana del PSOE. La de Podemos, no ha sido menos intensa. Los morados han hecho un análisis bien indigesto de sus resultados electorales. Se creyeron el sorpasso al PSOE, no se ha producido y ahora andan a la gresca. Lo de "quien se mueva no sale en la foto" de Alfonso Guerra es una broma al lado de lo de "arrancar las malas hierbas" que Pablo Echenique escribió en Telegram a los miembros del Consejo Ciudadano.
Más allá del tono, que aseguran era jocoso, los "podemitas" han convertido en fracaso mayor sus 71 escaños y 5 millones de votos, aunque perdieran uno de los que sumaron por separado en diciembre Podemos e IU. Como dice uno de ellos, de tanta endogamia hemos enfermado de "hemofilia intelectual".
Y ahora llegan los ajustes de cuentas: que si la culpa fue de la campaña; que si el travestismo ideológico se paga caro; que si les hundió la coalición; que si ya le vale a Bescansa, que es la experta en encuestas y no olió una... Iglesias ya ha dado su opinión. Y cree que fue el miedo a que ganara Podemos.
Los "errejonistas", que no Errejón, andan revueltos y quieren cabezas, pero Íñigo no respira. De ahí el enigmático tuit que escribió Juan Carlos Monedero con una cita de Marx: "Lo único que sé es que no soy marxista". Marx contra el ruido. Amigo de Pablo y de Íñigo. ¿Pablistas y Errejonistas? El fundador de Podemos venía a pedir calma en medio de la tormenta postelectoral, y no precisamente a los líderes, sino a sus huestes.
Rajoy, lento pero seguro
¿Y en el PP? Calma chicha. Lo de Rajoy está hecho. No será, dicen, ni rápido ni fácil, sino más bien lento, pero seguro. Antes de septiembre habrá gobierno, dicen. De momento, Ciudadanos también, están en fase de tanteo.