Una hora y 20 minutos, tres transbordos y un cambio de vía para que un hombre en silla de ruedas salga de Sol
Queda clara la “poca empatía y sensibilidad que existe hacia las personas con discapacidad”, dice el internauta afectado
Tener una discapacidad y querer hacer una vida normal en una ciudad es complicado. Sobre todo, por la falta de adaptación de los espacios públicos, lleno de obstáculos insalvables. A veces, el problema no es que no existan alternativas para las personas con escasa movilidad, sino que aún existiendo, se degradan por la desidia y acaban siendo igualmente inservibles.
Es lo que constata esta tremenda historia compartida en las redes sociales por el malagueño Sergio Hijano López. Según relata en Facebook este lesionado medular que se mueve en silla de ruedas, le costó una hora y 20 minutos, tres transbordos y un cambio de vía poder salir en la estación madrileña de Sol, en pleno centro de la capital de España.
“Resulta que estoy en Pinto y quiero ir a Madrid, a la Puerta del Sol, es fácil, coges el tren, te bajas en la parada Sol y subes por el ascensor. Errorrrrrrr”, arranca su historia.
Cuando se bajó en esta estación, se encontró con que el ascensor llevaba tiempo estropeado. “Me dicen que coja de nuevo el tren, vaya hasta la siguiente parada, allí suba en el ascensor hasta la calle, y baje en el ascensor pero de la otra vía y coja el tren de vuelta a Sol y allí me baje, que el del otro lado de las vías en Sol si funciona (el ascensor)”, explica.
Hijano se mueve hasta Nuevos Ministerios y allí se encuentra que el elevador está también roto. “Digo a los de seguridad que no puede ser verdad y me dicen que lleva averiado tiempo y que la única solución es subirme otra vez al siguiente tren y que vaya hasta Chamartín y allí haga lo que me dijeron en Sol.
Así que a esperar otro tren y tirar para la siguiente parada”, prosigue.
“Me subo, llego a Chamartín para hacer el cambio de vías y biennnnn, funciona el ascensor, subo y cuando voy a coger el otro ascensor para bajar, resulta que está rotooooo, el que baja está rotooooo”, relata, en lo que parece ya casi una película de terror, de tanta angustia. Hasta reconoce que pensó que era una broma, una cámara oculta. “No daba crédito. Me dirijo a información pidiendo explicaciones y me dicen que lo sienten y que no saben qué hacer.
Hasta que a uno que sale de por allí dentro se le ocurre que el siguiente tren que va para Aranjuez lo cambien a la vía uno, a la que sí puedo acceder”, escribe.
“Así que después de una hora y veinte minutos por los túneles de Madrid, de tren en tren, llego por fin a la puerta del Sol y puedo subir por el ascensor que sí funciona”, concluye.
Ante esta experiencia “surrealista”, al usuario le queda clara la “poca empatía y sensibilidad que existe hacia las personas con discapacidad”, entiende que es “vergonzoso y lamentable” que un episodio así tenga lugar en pleno Madrid. Pero eso, insiste, no va a hacer que se quede encerrado en casa. Va a poner denuncias a los responsables (señala a Renfe y al Consistorio madrileño) y pide a los internautas que compartan su caso, para que se haga presión y esto no ocurra de nuevo.