Un nuevo estudio señala el lugar donde más se propaga el coronavirus: "No es sorprendente"
Y la polémica está servida.
Los investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) han ofrecido nuevas pruebas de la importancia que tiene el uso de las mascarillas para frenar los contagios y las muertes por coronavirus.
Según informa The New York Times, los científicos han concluido que las zonas del país que han abierto los restaurantes, tanto en el interior como el exterior, experimentaron un aumento de las infecciones diarias aproximadamente seis semanas después y un incremento de las tasas de fallecidos cerca de dos meses después.
El estudio no prueba causa y efecto, pero los hallazgos concuerdan con otras investigaciones que muestran que las mascarillas previenen la infección y que los espacios interiores fomentan la propagación del virus a través de aerosoles, pequeñas partículas respiratorias que permanecen en el aire.
El estudio ha generado polémica y la Asociación Nacional de Restaurantes, que representa a un millón de restaurantes y establecimientos de servicio de alimentos, criticó el informe de los CDC como “un ataque mal informado a la industria más afectada por la pandemia”.
“Si se encuentra una correlación positiva entre las ventas de helados y los ataques de tiburones, eso no significaría que el helado cause ataques de tiburones”, dijo el organismo.
El informe se publica mientras los responsables municipales y estatales de Estados Unidos se enfrentan a la creciente presión para reabrir escuelas y negocios en medio de la caída de los contagios y muertes.
“El estudio no es sorprendente”, dijo Joseph Allen, profesor asociado de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, quien añadió: “Lo que es sorprendente es que vemos que algunos estados ignoran todas las pruebas y abren rápidamente, y eliminan las normas de las mascarillas”.
Otros investigadores apuntaron que el nuevo estudio confirma la idea de que la transmisión viral a menudo tiene lugar a través del aire, que el distanciamiento físico puede no ser suficiente para detener la propagación en algunos entornos y que las mascarillas bloquean al menos parcialmente las partículas en el aire.
El estudio señala que las infecciones diarias aumentaron aproximadamente seis semanas después de que las regiones permitieran que los restaurantes abrieran para comer en las instalaciones, y las tasas de mortalidad aumentaron también dos meses después.
Las comidas en los restaurantes, en interiores o al aire libre, se asociaron con un aumento de las tasas de casos y muertes entre 41 y 80 días después de la reapertura.
“El mensaje es: si los restaurantes van a abrir para comidas en las instalaciones, es importante seguir las pautas de los CDC para hacerlo de manera segura y eficaz”, dijo Gery P. Guy, autor del estudio.
Eso incluye “todo, desde que el personal se quede en casa cuando muestren síntomas de Covid, hayan dado positivo o hayan estado en contacto con alguien que tenga Covid, y obliguen al uso de mascarillas entre los empleados y los clientes que no estén comiendo o bebiendo en ese momento”.
Otras medidas incluyen una ventilación adecuada, opciones para comer al aire libre, separar a los clientes, fomentar el lavado frecuente de manos y desinfectar las superficies que se tocan mucho, como cajas registradoras o terminales de pago, manijas de puertas y mesas.
Pero Allen advirtió de que, incluso si los restaurantes limitan la capacidad, los aerosoles pueden acumularse si la ventilación es inadecuada. “Realmente no importa si se trata de un restaurante, una clase de spinning, un gimnasio o un coro. Si estás en el interior sin mascarilla, con poca o ninguna ventilación, sabemos que hay un mayor riesgo”, avisó. “Los aerosoles respiratorios se acumulan en el interior. Es así de simple. Este es un problema real para los restaurantes”, añadió.
Linsey Marr, experta en transmisión de aerosoles, afirmó que no se puede esperar que los ciudadanos estén al corriente de los estudios más recientes, y alertó de que muchos simplemente confían en lo que está abierto o cerrado como un indicador de lo que es seguro o no.
Con todo, insistió en que comer en el interior es particularmente arriesgado porque, por lo general, las personas se sientan en un restaurante durante una hora o más y no usan mascarillas mientras comen, lo que las deja vulnerables a los virus en el aire.
“Limitar la capacidad ayudará a reducir el riesgo de transmisión, pero comer en el interior sigue siendo una actividad de alto riesgo hasta que se vacune a más personas”, zanjó.