Todo lo que se sabe sobre la investigación del FBI a Trump
Invocar la ley de espionaje no significa que el expresidente pueda ser acusado de espionaje.
En lo que ha supuesto un suceso sin precedentes para un expresidente estadounidense, la residencia privada de Donald Trump en Florida fue registrada por el FBI el 8 de agosto. El viernes 12 se publicó la orden de registro y se reveló que la Justicia sospecha que el republicano ha violado una ley estadounidense sobre espionaje que regula estrictamente la posesión de documentos confidenciales.
Este es el resumen de lo que ha sucedido en la última semana: el contexto, las últimas revelaciones y una batalla comunicativa entre el expresidente republicano y el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Unos 30 agentes del FBI, según el hijo de Donald Trump, Eric, llegaron a la residencia del expresidente. Donald Trump estaba en Nueva Jersey en ese momento. Una vez dentro, registraron la vivienda durante varias horas, incluida su caja fuerte, según afirma el magnate.
La policía federal estadounidense se incautó de documentos marcados como “alto secreto”, “secreto” y “confidencial” durante el registro de la lujosa residencia de Mar-a-Lago (Florida), de 58 habitaciones y 33 baños, según documentos judiciales publicados el viernes. También han encontrado un documento titulado 1A Info re: Presidente de Francia, sobre el que no han trascendido más detalles.
El FBI se incautó de unas 30 cajas, así como archivos con fotos y una nota manuscrita, según el inventario. En concreto, los investigadores se incautaron de documentos clasificados del máximo nivel, que solo pueden ser consultados en oficinas seguras del gobierno federal, informa Le Monde. El pasado mes de enero, Donald Trump ya tuvo que entregar 15 cajas llenas de documentos a los Archivos Nacionales.
La ley obliga a los presidentes estadounidenses a entregar todos sus correos electrónicos, cartas y otros documentos de trabajo a los Archivos Nacionales de Estados Unidos. Donald Trump es sospechoso de violar una ley de espionaje estadounidense que regula estrictamente la tenencia de documentos confidenciales. Pero, según los expertos, invocar esta ley no significa que el expresidente pueda ser acusado de espionaje.
“La Ley de Espionaje incluye un montón de delitos que no tienen nada que ver con el espionaje”, aclara el abogado especializado Bradley Moss en Twitter.
En un breve discurso televisado el jueves, antes de que se revelaran los motivos del registro, el ministro de Justicia, Merrick Garland, dijo que había “aprobado personalmente” el registro y explicó que una decisión así nunca se “toma a la ligera”. También añadió que el caso era de “gran interés público”, especialmente al estar a solo tres meses de las elecciones midterm.
En la orden de registro de Trump se hace mención a otras dos prohibiciones legales: la eliminación o destrucción de registros oficiales y la prohibición de destruir u ocultar documentos con el fin de obstruir una investigación federal.
Indignado, Donald Trump dijo en su red social Truth Social el día del registro que sus abogados estaban cooperando “plenamente” con las autoridades cuando “de repente y sin previo aviso, la mansión de Mar-a-Lago fue allanada a las 6:30 de la mañana por un número MUY grande de agentes”. También denunció que los agentes del FBI habían “registrado hasta los armarios de la primera dama” Melania Trump.
El miércoles, sugirió que nada impide al FBI haber “plantado” pruebas falsas contra él en la operación. Por su parte, el Ministro de Justicia denunció “ataques infundados” contra su departamento y los policías federales.
Y el viernes, poco antes de la publicación de los documentos, el expresidente aseguró en un comunicado que los documentos recuperados por el FBI habían sido todos “desclasificados”. “No tenían por qué llevarse nada. Podrían haberlos conseguido cuando quisieran sin meterse en política y sin allanar Mar-a-Lago”, añadió.
El 15 de agosto, además de indicar que sus pasaportes habían sido sustraídos durante el registro, el republicano dijo ser víctima de “un ataque a un opositor político como nunca se ha visto en nuestro país”.
El Ministerio de Justicia dijo el lunes que dicha publicación “perjudicaría la investigación penal en curso”. Varias organizaciones, entre ellas los medios de comunicación, solicitaron al juez la publicación de un documento judicial en el que los investigadores suelen explicar por qué se ha considerado necesario el registro.
Según el ministerio, el documento contiene “información muy sensible sobre testigos”, técnicas utilizadas por la policía y hechos “extremadamente importantes para la investigación”, explica el ministerio. Su publicación podría revelar la estrategia de los investigadores y “poner en peligro el éxito de las siguientes etapas de la investigación”, añade.
Durante sus años en la Casa Blanca, Donald Trump manipuló o utilizó información clasificada con ligereza. En agosto de 2019, tuiteó una imagen de lo que parecía ser una fotografía de alta resolución de una plataforma de lanzamiento de cohetes o misiles en Irán. Tras una reunión con sus servicios de inteligencia, admitió haber cogido la foto.
El 10 de mayo de 2017, Trump reveló al ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y al embajador ruso en Estados Unidos información detallada sobre la capacidad de ataque del Estado Islámico. Esta información altamente protegida procedía de Israel, que se enfureció al ver que Trump les daba esta información a los rusos.
En una conversación telefónica de abril de 2017, Trump le dijo a su homólogo filipino, Rodrigo Duterte, que dos submarinos nucleares estadounidenses estaban navegando frente a las costas norcoreanas, llevando consigo “una enorme fuerza de ataque”, según la presidencia filipina. Sin embargo, la ubicación de los submarinos nucleares, que son fundamentales para la disuasión nuclear estadounidense, es un secreto guardado con mucho celo por el Pentágono.
En una entrevista con el periodista estadounidense Bob Woodward en 2019, Donald Trump habló de la existencia de una herramienta nuclear secreta estadounidense “que nadie ha tenido nunca”. “Tenemos algo de lo que Putin o Xi nunca han oído hablar”, continuó.
Al revelar la muerte en una redada estadounidense del líder del EI Abu Bakr al-Baghdadi en octubre de 2019, el expresidente desgranó una serie de detalles que el Pentágono suele mantener en secreto: el número de helicópteros implicados, la entrada de comandos en el edificio, el espionaje previo a través de los teléfonos e internet del Estado Islámico, etc.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Francia y ha sido traducido del francés por Daniel Templeman Sauco.