Ribera asume la dificultad de la UE para prescindir del gas ruso y admite que su compra "financia la guerra"
Llama al "esfuerzo colectivo" para encontrar "otros proveedores que satisfagan las demandas" y apuesta por una respuesta unitaria de la UE.
La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha reconocido la dificultad de la UE para prescindir del gas ruso en estos momentos, pero ha admitido que su compra “financia la guerra” en Ucrania. Tras llamar al “esfuerzo colectivo” para encontrar “otros proveedores que satisfagan las demandas”, ha apostado por dar una respuesta unitaria de la Unión Europea a Rusia.
En una entrevista concedida a Radio Euskadi, recogida por la agencia Europa Press, Ribera se ha referido a las atrocidades cometidas en Bucha, localidad cercana a la capital de Ucrania, para apuntar que se han visto imágenes “escalofriantes, horrorosas”.
“Es verdad que esto genera una presión adicional muy importante porque sabemos que la compra de gas a Rusia está generando ingresos que mantienen viva económicamente esa invasión”, ha añadido.
En todo caso, cree que es “muy complicado” adoptar sanciones que afecten al gas ruso” por la diferente dependencia de los países de la UE de él, y ha destacado que, “en el fondo, una de las recetas más relevantes para Europa es mantenerse unidos”. “Tenemos que facilitar que países como Alemania ―que tiene mucha dependencia del gas ruso― puedan encontrar alternativas lo antes posible”, ha añadido.
A su juicio, “es muy complicado” explicar ante la opinión pública y ante la sociedad ucraniana que se siga importando combustibles de Rusia “que ayudan a financiar esa guerra”.
Una dependencia “muy alta”
La ministra ha admitido que la dependencia de la UE del gas de Rusia “es muy alta, sobre todo en aquellos Estados que tienen niveles del 45, del 60, del 80, del 90% del gas que consumen procedente de Rusia, y la diversificación de productos proveedores, la búsqueda de alternativas al gas vía electrificación, vía reducción de la demanda, lleva algún tiempo”.
“Eso tensiona y dificulta el cambio de posición, y hasta ahora yo creo que este valor político de responder unidos ha sido clave y fundamental. Uno de los elementos con los que juega Rusia es precisamente la división dentro de la Unión Europea. Nosotros creemos que es clave que siga habiendo una respuesta unida”, ha manifestado.
Por ello, ha precisado que se hace un “esfuerzo colectivo” para encontrar “otros proveedores que satisfagan las demandas” de otros Estados miembros por otras vías, lo que “es determinante”.
Ribera considera que hay que “escuchar con atención también esos otros mensajes, ya no solo por razones ambientales, sino también por razón de seguridad de suministro, y poder desvincularse de esta situación que genera tantísima tensión moral evidente, que es reducir los consumos, como país, como sociedad y como consumidores individuales”. Por ello, cree que se debe pensar también en qué se puede aportar para la reducción del consumo de gas y de combustibles.
Teresa Ribera ha indicado que la alternativa de la energía verde puede ser de una forma inmediata. “Otra cosa es la dimensión, cómo sustituimos en mercados energéticos tan amplios, tan grandes, un volumen tan importante todavía asociado al gas natural”, ha manifestado.
En todo caso, ha dicho que se es consciente de la necesidad de acelerar la transformación del sistema energético y generar “mucho a través de soluciones de pequeños tamaños”. “Estamos asistiendo a un despliegue muy importante, que todavía tiene un gran potencial por delante, de techos solares, de microinstalaciones, pero también de grandes instalaciones de renovables de tamaño industrial”, ha añadido.
La vicepresidenta tercera considera que hay que hacer despegar el almacenamiento de electricidad, que sean baterías, y la capacidad de bombear el agua de los saltos hidroeléctricos para volverla a reutilizar”.
Asimismo, cree que, “en una coyuntura de precios completamente distinta a la esperada como la que se vive”, hay que anticipar, acelerar la presencia de hidrógeno y de gases renovables en la estructura”.
“Es obvio que no será de un día para el otro, pero sí que nos podemos marcar objetivos mucho más ambiciosos de aquí a fin de año y, por tanto, reducir la presencia de la importación de gas natural para el próximo invierno”, ha remarcado.