Real Madrid, fin de una época
El Real Madrid, en siete días, ha sido eliminado de la Copa del Rey y de la Champions League y sus opciones en la Liga han desaparecido definitivamente. Que la Liga no la iba a ganar se sabía desde hace semanas. No era una cuestión de diferencia de puntos en relación al Barça... sino de falta de calidad futbolística, juego y contundencia goleadora, todo ello bajo mínimos desde el inicio de temporada.
La situación en la que se encuentra el Real Madrid es consecuencia de las decisiones tomadas en el pasado. De aquellos polvos, estos lodos. Como en política. Y como en la vida misma. No hay milagros sino secuencia coherente de acontecimientos. Se recoge lo que se siembra. Si tomas decisiones erróneas, lo acabas pagando. Y conviene hacer caso siempre a lo que dejó escrito Montaigne: «No busquemos justificación en las cualidades externas de las cosas: hemos de rendirnos cuentas a nosotros mismos». Y el Real Madrid y Florentino Pérez deben rendirse cuentas a sí mismos.
Durante los últimos años, se ha ido produciendo un debilitamiento progresivo de la plantilla, producto de las decisiones de la directiva blanca. Se fueron Pepe, James, Morata, Kovacic y Cristiano Ronaldo, el jugador más decisivo en la historia del Real Madrid y el mejor jugador de siempre, después de Messi. No eran solo los 50 goles que marcaba por temporada sino la personalidad y liderazgo demostrado durante nueve años y su hambre de ganarlo todo. Nunca fallaba. Por muchas antipatías que con razón generara, era el jugador franquicia del Real Madrid, su símbolo y su jugador más destacado, año tras año. No se le logró retener y, una vez vendido, se prefirió destinar el dinero recaudado en fichar a... un portero.
Para sustituir a tantos que se fueron, apenas se incorporó a nadie, y solo Vinicius durante esta temporada puede ser considerado una incorporación a la altura del club merengue. Lógicamente, ha sido insuficiente, y el Real Madrid ha ido haciendo aguas y mostrando un fútbol menguante. En el fondo, viene de lejos, por mucho que las cuatro Champions ganadas en las últimas cinco temporadas hayan ido tapando carencias más que evidentes. Es posible que Zidane lo vio y además pensó que muchos milagros más no podían producirse.
El Real Madrid prefirió incorporar al portero Courtois en lugar de fortalecer el resto de líneas, mucho más necesitadas, dado que en la portería ya tenía a uno de los tres mejores del mundo: Keylor Navas. Y el resto de incorporaciones (salvo Vinicius) han pasado desapercibidas (nadie las recuerda). Los jóvenes talentos que prometían tardes de gloria han ido languideciendo y, entre ellos, solo Lucas Vázquez ha ofrecido el nivel esperado. Asensio ha frenado su progresión y parece deprimido e Isco ha desaparecido incluso de las convocatorias. El responsable de ello es Santiago Solario, quien, como entrenador, debe ser el encargado de hacer rendir a los jugadores al nivel que atesoran. Por lo demás, Bale ha sido un jugador vulgar y Benzema ha hecho lo que ha podido, pero incapaz de marcar ni la mitad de los goles que Ronaldo aseguraba.
Antes, Florentino Pérez dejó caer a Julen Lopetegui, a quien, en lugar de apoyar mientras era técnico, decidió abandonarlo a su suerte a las primeras de cambio. Florentino Pérez debe saber que siempre hay tiempo para explicar una destitución pero que la obligación de todo directivo es apoyar a sus empleados mientras sigan siéndolo, hasta el último segundo; sin embargo, en lugar de apoyarlo cuando las cosas comenzaron a torcerse, se mantuvo en silencio durante varias semanas, provocando que la situación se enquistara y que el equipo entero se deprimiera. Si lo hubiera apoyado públicamente en lugar de dejarlo solo, las cosas podrían haber sido distintas, aunque con la plantilla de la que se disponía tampoco fueran esperables enormes éxitos.
Así pues, el Real Madrid se encuentra en la situación en la que se encuentra consecuencia de las decisiones que se han ido tomando estos años. Recuerdo escuchar allá por el mes de octubre vivos debates radiofónicos sobre si el Real Madrid jugaba mejor sin Cristiano que con Cristiano, como si los equipos de fútbol pudieran jugar mejor con peores jugadores que con mejores. Un insulto a la inteligencia. Al Real Madrid le ha faltado calidad futbolística y liderazgo sobre el terreno de juego. El comienzo de Solari pidiendo "cojones" a su equipo no auguraba nada bueno. Lo que un entrenador debe garantizar es buen juego y la mejor versión de cada uno de los miembros de su plantilla, lo otro se presupone y, además, no es lo que menos ha demostrado el Real Madrid sobre el campo. Sergio Ramos es el mejor central del mundo y la referencia en la zaga, pero mordiente y liderazgo han faltado arriba. Y goles. Modric comenzó a dar su nivel después de las Navidades y Kross ha completado una temporada desastrosa. El número de goles marcados por el Real Madrid durante esta temporada habla por sí solo, así como el menguante número de espectadores que han asistido al Bernabeu, faltos de motivación y de ilusión por ver a su equipo. No les dice nada.
Ahora, sin precipitaciones, toca fichar a un entrenador competente, reactivar a las jóvenes promesas cuya calidad no puede ser discutida, recuperar a Asensio e Isco, apoyar a Vinicius, Odriozola y Lucas Vázquez y que jugadores como Varane, Sergio Ramos, Benzemá, Carvajal o Marcelo vuelvan a mostrar su mejor nivel. Y, por supuesto, incorporar a un buen ramillete de nuevos jugadores con hambre de títulos que, junto con todos los demás, vuelvan a situar al Real Madrid al nivel que le corresponde. Cualquier cosa menos recuperar a Mourinho, cosa de la que ahora se habla, para sorpresa de tantos. Muchos madridistas acabamos hartos, no ya del juego que desplegaba su equipo sino, sobre todo, de su falta de educación y de su chulería. Otros muchos madridistas directamente dejaron de serlo.