Primeras impresiones de una andaluza preocupada
Estoy tan shockeada que no sé cómo escribir.
Cómo escribir que la moneda de cambio a "los 40 años de PSOE" nos iba a costar tanto. Que los jóvenes, los de "las generaciones de cambio" sólo cambian los hashtags del día para opinar del directo de OT.
Cómo escribir que la democracia hoy, ha fracasado porque sus actores han fracasado. Porque el cabreo de 2015 se ha transformado en pasividad. Y la pasividad esconde muchos demonios. Que los de "andaluces levantaos" están enterrados. Y en su lugar, se han levantado voces que ya debían estar muertas.
Cómo escribir lo que muchas mentes piensan: "si mis abuelos levantaran la cabeza, con lo que han luchao". Y qué escalofrío cuando quieres escribir sobre cómo cambió la sociedad tras el 8M, sobre cómo celebraba la diversidad de sus LGTBIQ+, o de cómo le plantaba cara a Europa para mejorar la política de migraciones.
El escalofrío cuando quieres escribir que empiezas a pensar en que todo eso del avance, es papel mojado. Cómo escribir sobre la incertidumbre, sobre pisar un tablao que nadie sabe cómo bailarlo.
Hoy, la gran Ainhoa Usoz me ha escrito esperando mi análisis. Sí, la gran Ainhoa Usoz me esperaba. Y hablando con ella me he dado cuenta de algo: que no soy capaz por primera vez de alejarme y ver la situación desde la distancia. Me duele el 42% de abstención y los 400.000 votos a la extrema. "Joder, es mi tierra y han venido en caballo a saquearla", le he dicho en Twitter.
Necesito tratarlo "con la calma". Observar cuando ya no queme lo que estás viendo. Sé que como yo, muchxs andalucxs lo harán igual, con la calma. Esto último me tranquiliza. Me gusta ver que como yo, miles de andalucxs hoy dormirán poco.
Y quizás después de no dormir, vengan las siestas que merecemos. Y quizás después de no dormir, nos volvamos a levantar.