La madre de las hermanas asesinadas en Pakistán confirma que viajaron engañadas por su familia
Varios familiares acabaron con la vida de las dos jóvenes, residentes en Terrasa, por querer divorciarse de sus primos, con los que se casaron por la fuerza.
La madre de las hermanas paquistaníes que fueron asesinadas por sus familiares ha confirmado que las dos jóvenes, de 21 y 24 años, acudieron al país engañadas por su entorno.
Así lo ha confesado, como adelanta la Cadena SER, en su declaración telemática ante los Mossos d´Esquadra, que se encarga de parte de la investigación, ya que las dos víctimas residían en Terrasa (Barcelona).
En un primer momento se conoció que las hermanas Arooj y Aneesa Abbas fueron fueron “estranguladas y recibieron un disparo mientras dormían”, en un crimen “por honor”, como informó la policía local a EFE. El motivo por el que miembros de la familia acabaron, presuntamente, con la vida de ambas fue que estas pidieron el divorcio a sus primos, con los que se habían casado a la fuerza y con los que ahora se habían negado a viajar a Europa, donde los maridos querían establecerse legalmente.
Según han explicado fuentes policiales a EFE, los Mossos siguen tomando declaraciones al entorno de las víctimas a petición de la Fiscalía de Terrassa, para saber si alguno de sus familiares en España ha podido ser colaborador necesario para que se perpetrara el doble feminicidio.
La madre ha confirmado la versión de las autoridades de Pakistán, que las hijas viajaron al país asiático engañadas por los familiares, con el objetivo de presionarlas y obligarlas a comenzar los trámites para que sus maridos pudieran viajar a España.
Desde la policía catalana han remarcado que la investigación del crimen se llevará a cabo en el país asiático, y que lo único que puede investigar es si alguno de los residentes en España ayudó de alguna manera a perpetrar el engaño que desembocó en el fatal crimen. Hasta la fecha, han prestado declaración en España el padre, hermanos y un tío de las dos asesinadas a manos de sus familiares en Pakistán, así como Ulfad Raja, el propietario de la tienda donde trabajaba el progenitor de las víctimas.