La Constitución llega a la crisis de los 40
La Carta Magna cumple años sin un clima de consenso para reformas que la conecten con los jóvenes.
Cuarenta años. La Constitución cumple este jueves cuatro décadas. Happy birhday to you... Y lo hace con una gran crisis a cuestas. La tensión territorial, el hastío ciudadano con gran parte de los partidos y los políticos, la desigualdad derivada del crack económico de la última década y con una nueva generación que siente que no votó su ley de leyes y que cuestiona incluso el propio modelo encabezado por la monarquía.
Y, además, llega a este cumpleaños con fuertes diferencias entre los partidos políticos sobre sus necesarias reformas. Todos los líderes reconocen la dificultad para llegar a algún tipo de consenso, y más en un momento de inicio de ciclo electoral. Tras las elecciones andaluzas del pasado domingo, el 26 de mayo habrá un superdomingo (con europeas, municipales y autonómicas) y en cualquier momento el presidente, Pedro Sánchez, puede activar el botón del adelanto electoral. Con un fantasma recién llegado, la irrupción de la ultraderecha de Vox.
En la mesa, la propuesta sobre aforamientos
Todo los años se llega a esta fecha con la misma cantinela de propuestas de reforma. Pero esta vez hay una sobre la mesa: la eliminación de los aforamientos aprobada por el Consejo de Ministros. Una idea anunciada a bombo y platillo en el acto de los primeros cien días del Gobierno socialista, pero que al final se ha limitado muchísimo y solo afectará a ministros, senadores y diputados en el caso estrictamente del ejercicio de su cargos (ser aforado es tener el privilegio de ser juzgado por un tribunal superior al que te correspondería como ciudadano).
Una reforma teóricamente abocada al fracaso, ya que el Partido Popular y Ciudadanos ya han avanzado que no la apoyan (supondría modificar los artículos 71.3 y 102.1). Los populares entienden que se trata de un "globo sonda" y una "cortina de humo" de Sánchez ante los casos de corrupción del PSOE. En tanto que los de Albert Rivera se niegan a este "engaño" porque es muy limitada la medida.
Además, el PSOE se encuentra con el problema de que su socio parlamentario, Unidos Podemos, quiere utilizar este cambio en la Carta Magna para ir más allá y preguntar, por ejemplo, por el aforamiento del rey emérito.
¡Ay, la monarquía! Todos los partidos se muestran a favor de un cambio en la Carta Magna: la prevalencia del varón sobre la mujer en la sucesión. Pero nadie se atreve a tocarlo, por el momento, al entender que puede suponer un propio referéndum sobre la casa real.
Unidos Podemos ya ha entrado de lleno en el debate y cree que debería haber un referéndum sobre la Jefatura de Estado, además lo hace con el convencimiento, a tenor de sus encuestas, de que la mayoría de españoles está a favor de esa consulta.
Sin consenso entre los partidos
Desde el PP hay pavor y se niegan a abrir "en canal" la Constitución en estos momentos. Según ha reiterado Pablo Casado, la Carta Magna solo se debe tocar para cosas puntuales, como pasó para que pudieran votar los europeos en las municipales o con la reforma del artículo 135 para la estabilidad presupuestaria. En Génova sí están a favor de incluir mayores referencias a la UE en el texto, además de clarificar cuáles son las autonomías. Y una cosa siempre defiende el PP: la eliminación de la disposición transitoria cuarta, por la que Navarra se podría anexionar al País Vasco.
Un latiguillo que también se repite (de gran importancia pero nunca bien tratado) es que una reforma debería llevar a una modificación del Senado, para que sea una verdadera Cámara territorial. Por ejemplo, Pablo Iglesias siempre repite que se trata de un "cementerio de elefantes".
Y hablar de Constitución es hablar también de leyes electorales, un debate que llevan siempre con fuerza los nuevos partidos de Podemos y Ciudadanos. Los morados creen que debe cambiarse la Ley D'Hont por el sistema Saint Lague, algo que sostienen se podría hacer sin llegar al extremo de un cambio en la Carta Magna.
En Ciudadanos, aunque no hay ninguna prisa, se entiende que la reforma de la Constitución debería centrarse en dos ejes: uno en torno a la igualdad de los españoles y otro sobre temas de regeneración, el Senado y la reforma electoral. Asimismo, Rivera opina que se deberían concretar las competencias del Estado y las autonomías, además de precisar que hay 17 autonomías y dos ciudades autónomas.
Desde el PSOE se propugna una reforma federal del Estado para acabar con el problema de convivencia territorial. Y en el manifiesto lanzado con motivo de este cuarenta aniversario se proclama el compromiso de Ferraz con una actualización para consolidar "derechos y libertades", "garantizar el Estado del Bienestar y los servicios públicos", adaptarla al lenguaje inclusivo y garantizar "jurídicamente" la igualdad efectiva entre hombres y mujeres.
A pesar de las diferencias, las Cortes Generales le dan la máxima importancia a esta conmemoración, con un solemne acto presidido por Felipe VI y la reina Letizia y al que acuden como símbolo de la sucesión el monarca emérito Juan Carlos y la princesa heredera Leonor. Pero no estarán todos: han declinado asistir los diputados de ERC, PDeCAT, PNV, En Comú Podem y Compromís.
Constitución, bienvenida a los cuarenta.