Johnson recurre a sus fieles para retomar el control y relanzar el Brexit
Acechado por el escándalo de las fiestas durante la pandemia, el primer ministro británico renueva algunos puestos claves.
Acechado por el escándalo de las fiestas durante la pandemia, el primer ministro británico, Boris Johnson, ha llevado a cabo este martes una remodelación interna de su gabinete de Gobierno con la que acerca a algunos de sus colaboradores más leales y busca relanzar sus planes para intentar sacar partido del Brexit.
Aunque no ha habido cambios de ministros, Johnson ha renovado algunos puestos clave para el funcionamiento del Ejecutivo y ha dado pasos para estrechar el control sobre los diputados de su grupo parlamentario, en un momento en el que algunos de ellos amenazan con convocar una moción de confianza contra su liderazgo.
El cambio más relevante es el de Jacob Rees-Mogg, uno de los más fervientes defensores de la ruptura con la Unión Europea desde antes del referéndum de 2016, que ocupará una secretaría de Estado de nuevo cuño, bautizada como secretaría para las Oportunidades del Brexit y la Eficiencia Gubernamental.
Sus responsabilidades aún no han sido definidas oficialmente, pero se espera que dirija en los próximos meses un impulso legislativo para alejar al Reino Unido de las leyes comunitarias que todavía conserva y desregularizar diversos sectores económicos.
Control parlamentario
Rees-Mogg ejercía hasta ahora el papel de líder republicano de la Cámara de los Comunes, en la práctica el representante del Gobierno en el Parlamento y el encargado de organizar la agenda legislativa.
Percibido como uno de los aliados más fieles a Johnson, se ha ganó cierta desconfianza entre sus propias filas en noviembre, cuando participó en un intento fallido para anular una sanción por corrupción a un diputado tory que desencadenó una revuelta interna.
Su sustituto es Mark Spencer, responsable hasta ahora de la disciplina de partido (whip, o látigo, en inglés). En las últimas semanas ha ocupado portadas en la prensa como cabecilla de la operación para desarticular los planes de un grupo de diputados conservadores que trataban de tumbar a Johnson, por la que le llovieron recriminaciones por “extorsión” e intimidación.
Sobre él pesa además la acusación de una diputada tory, Nusrat Ghani, que fue apartada en 2020 de un cargo ministerial. Asegura que Spencer le comunicó que era expulsada por ser musulmana, algo que él niega.
El complejo papel de mantener la disciplina de partido en la bancada conservadora lo asumirá Chris Heaton-Harris, que abandona el departamento para Europa del Ministerio de Exteriores y que según la prensa también participó en la campaña para evitar una moción de confianza contra el primer ministro.
Relanzar el Brexit
En paralelo a la intervención para retomar el control interno de su partido, Johnson trata de recuperar terreno en las encuestas, en las que se ha desplomado tras el escándalo de las fiestas, y aspira a volver a poner el foco en el Brexit, el principal argumento que le llevó a la mayoría absoluta en 2019.
El Gobierno está redactando una ley de Libertades del Brexit, que allanará el camino para enmendar o eliminar miles de leyes europeas que el Reino Unido heredó automáticamente al abandonar el bloque comunitario.
Johnson quiere rebajar el nivel de escrutinio parlamentario sobre esas leyes para agilizar cambios en áreas como inmigración, agricultura, estándares sobre investigación genética e inteligencia artificial, protección de datos y transporte, entre otras áreas.
Con esas transformaciones espera cumplir las exigencias de una facción de los conservadores que lo acusa de no estar aprovechando la capacidad del Gobierno británico de apartarse de las antiguas regulaciones de la UE. Entre otros, el anterior negociador jefe para el Brexit, David Frost, dimitió en diciembre y citó entre sus motivos su desacuerdo con la estrategia del Ejecutivo para sacar partido de las “oportunidades” de la ruptura.
Escrutinio entre los diputados
Además de los tres cambios principales anunciados este martes, Johnson ha nombrado a Stuart Andrew secretario de Estado de Vivienda; a James Cleverly secretario de Estado para Europa y a Wendy Morton secretaria de Estado de Transporte, y designó otros cargos en el Ministerio del Gabinete.
Johnson había prometido a sus diputados cambios en la estructura del Gobierno para tratar de apaciguar los ánimos y evitar su caída, si bien algunos parlamentarios, como el tory Bernard Jenkin, han expresado este martes recelos ante la remodelación.
“No estamos interesados en la cosmética, en dar la impresión de que se hace un reseteo. Queremos cambios en las capacidades y el carácter del Gobierno”, ha afirmado Jenkin a Sky News.
Aunque las especulaciones sobre una moción de confianza parecen haberse enfriado, algunos medios estiman que entre 30 y 40 diputados tories pueden haber pedido por escrito un voto sobre la continuidad de Johnson y persiste el peligro de que se llegue al punto crítico de 54 peticiones, en el que de manera automática se celebraría la moción.