El rey no propone candidato a la investidura y aboca a una repetición electoral el 10-N
Pedro Sánchez: “Lo he intentado por todos los medios, y nos lo han hecho imposible”
Fracaso político. Los partidos no saben pactar y pasan otra vez la pelota a los ciudadanos. El rey no ha propuesto ningún candidato a la investidura como presidente del Gobierno tras su ronda de contactos con los representantes de los partidos, lo que supone que España tendrá que ir otra vez a elecciones el próximo 10 de noviembre.
El monarca ha trasladado esta decisión a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, después de escuchar durante estos dos días a los líderes de los grupos parlamentarios.
El plazo para intentar la investidura acaba el próximo día 23. Si nadie lo logra, se disolverán las Cortes Generales y se convocarán automáticamente elecciones para el próximo 10 de noviembre. Y no parece que la política española sea tierra de milagros (y de última hora). Los españoles irán a votar por cuarta vez en cuatro años. El propio presidente en funciones ha dado por hecho que no habrá elecciones: “España se ve abocada a la repetición electoral”.
En un comunicado, Casa Real explica que no se ha formulado propuesta para candidato a la Presidencia del Gobierno y se remite al artículo 99 de la Constitución. “El rey ha constatado que no existe un candidato que cuente con los apoyos necesarios para que el Congreso de los Diputados, en su caso, le otorgue la confianza”, dice el texto.
El propio Pedro Sánchez, en una comparecencia en La Moncloa tras verse con el rey y conocerse la decisión, ha dado por hecho ya el 10-N: “El país se ve abocado a una repetición electoral”. “Lo he intentado por todos los medios, y nos lo han hecho imposible”, ha dicho como declaración de intenciones, en un discurso que marca ya la carrera electoral.
Un discurso que ha estado marcado por sus críticas a PP, Cs y Unidas Podemos por no permitir la investidura y un acuerdo de legislatura: Iglesias va “camino de un récord en Europa”, ha dicho, al vetar una fuerza de izquierdas a los socialdemócratas en cuatro ocasiones durante cinco años.
Sánchez ha lamentado que España necesitaba un Gobierno “coherente, fuerte y estable”, que no han permitido las otras fuerzas. Y ha recordado la inestabilidad en el país en los últimos años y lo que se avecina: sentencia del ‘procés’ y el Brexit. Unas palabras que suenan ya a la estrategia para el 10-N, donde PSOE y PP esperan un repunte del bipartidismo.
Y ha mostrado su optimismo: “El 10-N tenemos una oportunidad de decir las cosas mucho más claras”.
¿Y se plantea la fórmula de coalición con UP tras los comicios? “Todos los partidos se van a tener que explicar, singularmente Unidas Podemos, es la cuarta vez que lo impiden”, ha indicado Sánchez.
El frenético día de teatro y falsas abstenciones
Esta decisión ha llegado tras un día frenético que se abría con la posibilidad de una investidura ‘in extremis’ al haber planteado Cs una abstención técnica si Pedro Sánchez cumplía varias exigencias: volver al constitucionalismo en Navarra, una mesa para la aplicación del 155, no indultar a los políticos presos y no subir impuestos a autónomos y familias.
El presidente del Gobierno en funciones le ha mandado una carta a Rivera diciendo que ya cumplía sus tres condiciones y que no hay obstáculos para la abstención, pero Rivera ha contestado que era una “tomadura de pelo” y una “mentira”. No obstante, el ‘naranja’ le ha dicho al monarca que todavía hay tiempo si Sánchez “rectifica”.
Desde Unidas Podemos, Pablo Iglesias, ha dicho que si no hay coalición, se abstendría, y que podría cambiar su voto en caso de que hubiera un acuerdo de última hora entre PSOE y Cs.
Con cara triste se ha visto este martes a Pablo Casado, quien ha ratificado ante el rey que Sánchez no tenía la confianza del Partido Popular y que ha acusado a Moncloa de querer ir a elecciones.
Este lamento lo repiten todos los partidos de la oposición, que entienden que Sánchez no ha buscado un acuerdo y que intentar ir a las urnas para lograr u mejor resultados que el 28-A.
En Moncloa y Ferraz sostienen que el 10-N mejorarían sus resultados, aunque públicamente siempre han dicho que no querían ir a elecciones. Barones territoriales están preocupados por el resultado al entender que los sondeos no reflejan el descontento de la izquierda al no haber llegado a un acuerdo.
Bienvenidos al fracaso político de otra legislatura fallida.