Los objetivos hallados en el mar pertenecen al padre de las niñas desaparecidas en Tenerife
Los investigadores encontraron una botella de oxígeno y una sábana bajo el mar.
Los objetos encontrados este lunes por el buque oceanográfico Ángeles Alvariño (una botella de oxígeno y una sábana), que rastrea la costa de Tenerife en busca de las niñas Anna y Olivia, pertenecen al padre de las menores, Tomás G., desaparecido con ellas el pasado 27 de abril, han informado a Efe fuentes próximas a la investigación.
Los investigadores han analizado los dos objetos con el fin de comprobar su relación con el caso y han descubierto que pertenecen al padre de las niñas, Tomás Antonio G.C.. Además, serán trasladados al Servicio de Criminalística de la Guardia Civil en Madrid para continuar su estudio.
Las fuentes detallan que las botellas de oxígeno que se usan en submarinismo llevan un número de identificación y que cada vez que se rellenan se llevan a un lugar específico para comprobar si la presión es correcta, lo que queda registrado.
Este hallazgo se ha producido en el que en principio estaba previsto como el último día de inspección del buque Ángeles Alvariño, cedido por el Instituto Español de Oceanografía, frente al litoral de Santa Cruz de Tenerife, que es donde ha realizado un rastreo en una superficie de unas diez millas cuadradas.
Ante estos descubrimientos, el buque oceanográfico continuará con las labores de rastreo al menos hasta el próximo día 14 de junio en función de cómo evolucione la búsqueda.
Exploración con un equipo de simulación 3-D
La zona elegida para realizar el rastreo en el mar fue consensuada por la tripulación del Ángeles Alvariño y por la Guardia Civil a partir del geoposicionamiento del móvil de Tomás Antonio G.C. la noche del 27 de abril, cuando se hizo a la mar en dos ocasiones. En ambas zarpó solo, sin la compañía de sus hijas, y fue visto embarcando varias maletas y bolsas que había traído en su coche.
La Guardia Civil ha realizado en las últimas jornadas una exploración con un equipo especial para hacer una simulación 3-D a partir de las imágenes de las cámaras de seguridad del puerto para determinar el tamaño y el peso aproximados de los bultos que cargó el padre en su lancha aquella noche.
De vuelta de la primera de sus incursiones al mar, Tomás Antonio G.C. fue interceptado por la Guardia Civil y propuesto para sanción porque se estaba saltando el toque de queda. Los agentes no encontraron nada sospechoso, pues a esa hora la madre aún no había denunciado la desaparición de las niñas.
Tras comprar un cargador para el móvil en una gasolinera cercana, el padre se embarcó de nuevo y su lancha fue localizada dieciséis horas más tarde a la deriva, vacía y sin ancla frente al Puertito de Güímar. Al cabo, fue hallada una silla de retención infantil perteneciente a la menor de las niñas.