Entendiendo a ómicron: qué diferencia a esta variante de la delta
Delta sigue siendo predominante, pero se sospecha que ómicron la superará en los próximos meses.
El aumento de la transmisión del coronavirus es notable en la escalada de la cifra de contagios que, desde el jueves, ha marcado un máximo reciente con 33.359 nuevos casos y que ha provocado que España entre en riesgo muy alto tras alcanzar una incidencia de 511 puntos. Aunque todas las miradas están puestas en ómicron, no hay que perder de vista que la variante delta sigue siendo la predominante.
Sin embargo, a tenor de lo rápido que se está propagando por Sudáfrica, se sospecha que ómicron superará a delta en los próximos meses en muchas regiones del mundo. Lo que está sucediendo en los Países Bajos es un ejemplo.
Aunque todavía queda mucho por aprender de ómicron, las pruebas preliminares sugieren que esta nueva variante es más contagiosa pero menos severa que su predecesora. No obstante, hay muchos otros factores que influyen, como el grado de inmunización de la sociedad, las demás enfermedades estacionales y el comportamiento de la sociedad.
Pero, pese a toda la incertidumbre, los epidemiólogos ya tienen bastante claras algunas diferencias entre ómicron y delta. Esto es lo que se sabe hasta el momento:
En el caso de la variante delta, la parte de la proteína de espiga que se adhiere a nuestras células es muy similar a la que detectan las vacunas existentes contra el coronavirus. En cambio, en el caso de la variante ómicron, la espiga ha acumulado 32 mutaciones que hacen más difícil (aunque no imposible) que nuestro sistema inmunitario reconozca el virus y evite la infección.
“La proteína de espiga de ómicron sigue siendo un 97% idéntico al de la vacuna, pero los cambios están agrupados de tal forma que dificultan la neutralización por parte del sistema inmunitario”, afirma Benjamin Neuman, virólogo jefe del Complejo de Investigación en Salud Global de la Universidad de Texas. Según Neuman, todas y cada una de las mutaciones de ómicron se han visto antes en otras variantes, pero nunca todas juntas como en ómicron.
Aunque la eficacia de las vacunas puede verse ligeramente afectada, Neuman confía en que los medicamentos antivirales —remdesivir, molnupiravir y Paxlovid, la píldora contra el coronavirus— sigan siendo tan eficaces contra el omicron como lo son contra delta y las variantes anteriores, ya que atacan a partes del virus que permanecen inalteradas.
Aunque hay mucha incertidumbre en torno a ómicron, los epidemiólogos parecen convencidos de que la nueva variante superará a delta en todo el mundo.
″Ómicron sustituirá a delta como variante dominante, igual que delta sustituyó a alfa. Creo que eso es bastante seguro”, afirma Andrew Noymer, epidemiólogo y demógrafo de la Universidad de California.
En Sudáfrica se han observado más reinfecciones e infecciones entre vacunados con la variante ómicron que con la delta. Las primeras predicciones estiman que ómicron es dos veces más infecciosa que delta, y un informe del Reino Unido muestra un posible aumento de tres a ocho veces en la tasa de reinfección de la variante ómicron en comparación con otras variantes como la delta y la beta.
“No tengo ninguna duda de que ómicron es más transmisible que delta”, ha afirmado Noymer.
Una investigación a gran escala a partir de los datos de los proveedores de salud de Sudáfrica ha analizado a 78.000 pacientes de ómicron y ha estimado que la protección que brindaba la vacuna de Pfizer contra la hospitalización ha bajado del 93% al 70% con ómicron. Esta bajada puede deberse bien al menor número de anticuerpos por el tiempo que ha transcurrido desde la segunda dosis o bien porque ómicron realmente ha aprendido a esquivar mejor nuestras defensas.
Otro nuevo estudio de laboratorio ha descubierto que ómicron es capaz de replicarse a sí mismo 70 veces más rápido que la variante delta, pero, a diferencia de delta, lo hace en los bronquios, no en los pulmones.
Estos hallazgos no son definitivos, pero sirven para explicar por qué la variante ómicron es más transmisible y menos severa que delta.
La buena noticia es que las vacunas de refuerzo le devuelven al sistema inmune una protección óptima. Aunque hay bastante consenso en que las dos dosis de Moderna o de Pfizer siguen brindando una gran protección ante la infección grave de la Covid-9, cada vez hay más pruebas de que la tercera dosis de cualquiera de ambos laboratorios neutraliza a la variante ómicron de igual modo que a delta, y evita en gran medida la infección.
Aunque los casos ómicron están creciendo rápidamente, los informes sobre las tasas de hospitalización sugieren que las infecciones con esta variante son más leves que las infecciones con delta. Tras ajustar el estado de vacunación, los datos muestran que las hospitalizaciones por coronavirus en Sudáfrica son un 29% menores que a mediados de 2020. Además, las personas con infecciones leves por ómicron tienden a recuperarse antes, a menudo en tres días.
Algunos expertos en enfermedades infecciosas especulan que la variante ómicron no es una variante más leve en sí, sino que simplemente puede estar causando una enfermedad más leve debido a toda la inmunidad con la que ya cuenta la población, tanto por infecciones superadas como por las vacunas. Según señala Noymer, ómicron se está mostrando más leve en poblaciones que ya han sido asoladas previamente por delta (es decir, más o menos por todo el mundo).
La gran pregunta es esa ahora mismo: ¿Realmente es ómicron más leve o se está mostrando más leve por toda la inmunidad que ha generado delta?
Delta supuso un desastre desde el primer momento, recuerda Monica Gandhi, especialista en enfermedades infecciosas en la Universidad de California. Llegó como una tormenta de fuego y las hospitalizaciones aumentaron de forma inmediata. Con ómicron no está sucediendo eso.
“En mi opinión, esta variante tiene algo diferente”, concluye Gandhi.
Los expertos todavía están aprendiendo sobre el coronavirus. La información de este artículo es la que se conoce en el momento de la publicación, pero los datos y las recomendaciones pueden cambiar conforme avancen las investigaciones.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.