Diario de una 'startup': el gran problema y los 'problemillas' (4)
Toda startup que se precie debe por lo menos aspirar a resolver, aunque que sea parcialmente, un gran problema, y a veces parte de la solución a un gran problema es resolver varios pequeños problemas.
En Okakiben, el gran problema por el que nos hemos interesado es el del despilfarro alimentario, una catástrofe de la que en nuestro país, en mi opinión, hablamos poco. Sólo por dar un ejemplo, el militante y periodista austríaco David Gross tiene un programa de televisión que se emite en varios países europeos -como Francia y Alemania- dedicado exclusivamente a este tema.
Un tercio de la producción mundial de alimentos nunca se consumen. Si bien este despilfarro afecta a todas las etapas de la cadena (producción, distribución, consumo), los consumidores somos los actores más ineficientes en este grave asunto, y digo bien, porque 30% de alimentos no consumidos suponen un 30% de tierras de cultivo innecesarias y la deforestación correspondiente. Arar y transportar estas tierras tiene igualmente un coste energético evidente, que la FAO calcula en una tonelada de CO2 por persona y año en los países ricos (y el calentamiento del planeta correspondiente).
Este problema es especialmente acuciante en los países más ricos, cómo no, y en ciertos países subsaharianos resulta prácticamente inexistente. Pero los datos de España son del todo preocupantes: según el Ministerio de Agricultura, una familia española de cuatro miembros consume de media 50 kg de comida cada semana, de los que más de 16 kg nunca se consumirán. Si este hogar hipotético lo multiplicamos por 10 millones, empezaremos solamente a tener una perspectiva aproximada de este importante asunto.
Las causas de tanto despilfarro son muchas, algunas tan aparentemente banales como que la mayor parte de hogares tienen neveras demasiado grandes, y puesto que a casi todos nos molesta el despilfarro (incluido el de espacio de nevera), tendemos a llenarlas más de la cuenta. Un simple cambio de mentalidad en este sentido podría obrar milagros.
Pero no será esa la única causa de un problema tan complejo, obviamente, y algunas formas de despilfarro pueden resultar hasta razonables. Un problemilla que todos conocemos bien es lo que ocurre cuando recibimos a un grupo de amigos a cenar y, por miedo a que falte comida, nos decimos que mejor que sobre para asegurar que la velada irá sobre ruedas.
Si somos muy malos calculando, puede que de una cena pensada para 6 comensales salgan 12 porciones razonables, por lo que al día siguiente de la velada nos quedan dos alternativas: la peor será desembarazarse de la comida sobrante tirándola a la basura, la segunda peor alternativa es cenar lo mismo durante una semana entera, y es la que muchos de nosotros escogemos.
Pues bien, si el gran problema es el despilfarro alimentario, cuya solución depende de demasiados factores para que una pequeña empresa pueda tomar iniciativa significativa alguna, Okakiben pretende ayudarnos a resolver ese segundo problemilla que mencioné, y que es qué hacer con las partes sobrantes de comida que ya hemos preparado.
Ya existen iniciativas parecidas a la nuestra en otros países y en el nuestro más o menos exitosas, pero en Okakiben creemos firmemente que la mejor manera en la que una empresa como la nuestra puede contribuir a resolver este grave problema es construyendo un modelo de negocio sostenible, es decir, dándole al cocinero un incentivo económico para que comparta sus platos con sus vecinos.
Es fácil, además, que tus vecinos, que no han tenido tiempo o ganas de cocinar ese día, aprecien tu gesto, y que además encuentren una oferta de comida casera a precios razonables, a día de hoy inexistente. Esa es, por lo menos, la apuesta del grupo de amigos que formamos parte del equipo de Okakiben.
Así pues, ahora mismo mis socios y yo estamos trabajando lo mejor que sabemos en ofrecer a nuestros futuros usuarios la mejor plataforma posible para hacer posible estos intercambios. Espero poder contar a todos los lectores de este blog muy pronto cómo pretendemos ayudaros a resolver, pues, parte del gran problema y de estos pequeños y aparentemente banales problemillas.