Alemania retrocede en la desescalada y exigirá PCR a todos los viajeros
Merkel ha anunciado un cierre general en Semana Santa ante el avance de la variante británica.
Un cierre generalizado del país en Semana Santa, la mitad del comercio local con la persiana bajada y pruebas PCR obligatorias para cualquier viajero que entre en Alemania. Un evidente paso atrás en el proceso de desescalada. Este es el resultado de una reunión que duró más de 11 horas y que puso cara a cara a la canciller Angela Merkel con los jefes de gobierno de los 16 lander germanos.
Se trata de la decisión acordada para poner freno a la tercera ola de la pandemia en Alemania, ante el avance de la variante británica del coronavirus. “Tenemos una nueva pandemia con la propagación de la variante británica”, sentenció Merkel tras el largo encuentro mantenido con los dirigentes regionales, avalada por los datos registrados 24 horas antes de la reunión: 7.709 positivos, 50 muertos y 3.000 enfermos de covid en las ucis alemanas.
La canciller destacó que la situación es “muy grave” y señaló que es vital no “sobrecargar el sistema sanitario”, ante una variante “más mortífera, más infecciosa”, que causa estancias hospitalarias de mayor duración entre los infectados. Con todo, esta batería de medidas aterriza en un contexto de gran polémica por las escenas de turistas alemanes en España, donde está prohibida la movilidad entre comunidades autónomas, pero no la internacional.
La polémica del turismo alemán en España
Merkel y los líderes regionales acordaron asimismo extender a todos los viajeros que lleguen al país la obligatoriedad de hacerse un test PCR, independientemente del lugar de procedencia, cuando hasta ahora esta medida se limitaba a las consideradas “zonas de riesgo”.
Esta decisión puede ser entendida como su respuesta a la polémica de las vacaciones de Semana Santa en Mallorca, cuya demanda se había disparado después de que las autoridades alemanas sacasen a las Baleares de la lista de zonas de riesgo, lo que eliminaba la obligación de test y cuarentena. No obstante, en Alemania también se habían levantado las críticas, puesto que el turismo interno está actualmente prohibido.
El acuerdo incluye prolongar las restricciones generales hasta el 18 de abril, reducir los contactos interpersonales a una persona no conviviente y prevé incluso los toques de queda en las localidades en las que la incidencia acumulada sobrepase los 100 nuevos casos por cada 100.000 habitantes en siete días.
El comercio minorista, los museos y centros deportivos deberán cerrar en dichas regiones, tras llevar tan sólo dos semanas en funcionamiento. Los colegios seguirán abiertos. Se prolongarán los festivos de Semana Santa, entre el 1 y el 6 de abril. Con todo, algunos comercios esenciales podrán abrir dichos días, como gasolineras, farmacias o tiendas de alimentación.
“Vemos la intensidad del crecimiento exponencial y creo que los días extra de Semana Santa serán una contribución a los esfuerzos para controlar la pandemia”, sentenció Angela Merkel. La canciller también explicó que durante ese período regirá una prohibición nacional de reunión en espacios públicos, igual a la que se aprobó para evitar las aglomeraciones festivas de Nochevieja y Año Nuevo.
“Era absolutamente imprescindible emplear el freno de emergencia”, justificó la dirigente germana, en una rueda de prensa en la que compareció acompañada del alcalde de Berlín, Michael Mueller, y del premier de Bavaria, Markus Soeder.