La jornada más negra de Casillas
"Qué desastre..."
La jornada 7 de la Kings League ha estado marcada en rojo por todo el mundo y más tras el anuncio que tuvo lugar en el día de ayer en el que se comunicó que Iker Casillas iba a volver a vestirse de corto y disputaría unos minutos con su equipo de Kings League, 1K.
Este 'redebut' contaba con el aliciente de que su rival sería Porcinos, de Ibai, quien manifestó su negativa a disparar el penalti "y menos si es contra Casillas". Tras una larga conversación entre los presidentes junto con los vídeos que tenía guardados Piqué en la chistera para terminar de convencer al streamer, el presidente de Porcinos aceptó el reto.
Tras esta decisión, en el día de hoy, todo el mundo esperaba a que Iker Casillas se pusiera bajo los palos durante algunos minutos y volver a disfrutar de las paradas de "El Santo", pero no fue así y el campeón del mundo prefirió ceder todo el protagonismo a su portero titular, Ricardo.
Pero Iker tenía que entrar sí o sí para intentar parar el penalti de Ibai y anotar el suyo, algo que no se dio como el de Móstoles habría deseado. El ex del Madrid no tuvo suerte y todo lo que podía salir mal..., salió mal.
En el minuto 35 saltó al terreno de juego del Cupra Arena y tras un breve diálogo con Ibai, se dirigió a la portería, pero el presidente de Porcinos, con un potentísimo lanzamiento, arriba y por el centro superó al ex portero del Oporto, que no pudo detener el lanzamiento.
Seguidamente, se dirigió hacia el otro área, donde le esperaba José Segovia, portero de Porcinos. Tras un juego psicológico por parte de ambos, Casillas respiró profundo, tomó carrerilla y disparó hacia su derecha pero Segovia se lo detuvo con una gran estirada.
Esto provocó la celebración de un Ibai que pedía cabeza a los suyos mientras que Casillas abandonaba el terreno de juego cabizbajo, negando con la cabeza y repitiendo una y otra vez "Qué desastre", sin creerse lo que había ocurrido en el último minuto. Por todo esto, está claro que no fue el regreso soñado para Iker, y se convirtió, sin duda, en el perdedor del "momento del año".