Gasta 300 euros en el veterinario para descubrir que su gata escondía un secreto desagradable
La historia tiene un final feliz... y también gracioso.
En muchas ocasiones, las mascotas pueden ser mucho más retorcidas y traviesas de lo que podríamos pensar. Algunas veces es fruto de la casualidad o por su naturaleza, aunque otras puede ser por pura 'maldad' -entendiéndose como travesuras-. Sin embargo, en esta historia, puede tratarse de una mezcla entre ambas.
Esta vez, la protagonista de la historia es una gata llamada Phoebe, quien tuvo una idea un tanto maléfica, y sin quererlo, preocupó hasta el límite a sus dueños. Y es que, como todos saben, los gatos hacen sus deposiciones en una cajón de arena de forma medianamente regular y estable.
Pues bien, los dueños de Phoebe comprobaron que la gata no iba a hacer sus necesidades desde hacía unos días, motivo por el cual, Samantha, su dueña, decidió llevarla al veterinario, asustada de por qué no iba a la caja, pese a que todo lo demás parecía normal.
Pero estos comportamientos extraños provocaron que sus dueños se preocuparan gravemente, ya que no comprendían qué podía estar pasando. Una vez en la consulta, el veterinario no notó nada extraño en sus intestinos ni barriga, por lo que la sorpresa fue aún mayor. Además, la consulta no fue nada barata, y le costó a sus dueños cerca de 300 euros.
Pero evidentemente, tenía una explicación. Y es que Phoebe, estaba dejando algunos 'regalos' sorpresa a sus dueños detrás del sofá, algo muy extraño en los gatos, ya que por lo general son animales muy ordenados, limpios e inteligentes.
Entonces, ¿a qué podía deberse? Pues bien, todo se debía a que recientemente, la pareja se había mudado de vivienda, y este es uno de los motivos por los cuales, los gatos pueden desubicarse y no adaptarse al lugar hasta pasado un tiempo.
Por este motivo, los dueños, que abrieron una cuenta de Instagram a la gata @phoebe.thescottishfold, publicaron en ella lo ocurrido, tirando de humor. "Mi humano pagó 300 dólares para descubrir por qué no he hecho caca en tres días, pero hice caca detrás del sofá", rezaba el mensaje.
Por suerte todo quedó en un susto (caro), y no hubo que lamentar ningún tipo de problema de salud de la gata, como en un principio se temían sus dueños. Como conclusión, Samantha realizó una última reflexión, "Phoebe no es sólo una mascota, es parte de nuestra familia. Este pequeño susto me hizo comprender aún más lo mucho que significa para nosotros".