Con la mirada puesta en los planes de Trump: el porvenir de la economía mundial para el año 2025
Las promesas del presidente electo de Estados Unidos abren un escenario incierto marcado por los aranceles que asegura que podrá en marcha contra China y Europa. Los expertos hablan de ello como una guerra híbrida que superará a la comercial.
Un porvenir incierto. El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca marcará un 2025 que parecía tener una tendencia positiva. Los recortes de tipos de interés de la Reserva Federal de EEUU y del Banco Central Europeo, la buena evolución del euríbor y la reducción de la inflación habían llenado las previsiones de cierto optimismo, pero las recetas que el candidato electo prevé impulsar generan numerosas dudas.
Aunque todavía no ha tomado posesión, el líder republicano ya ha mandado más de una advertencia a navegantes sobre los planes que prevé poner en marcha en la próxima legislatura. El pasado 20 de diciembre avisó a la Unión Europea de que elevará los aranceles a los productos europeos en el caso de que no aumente de forma muy significativa la compra de gas y petróleo proveniente de su país.
"Le dije a la Unión Europea que debe compensar el tremendo déficit con EEUU mediante la compra a gran escala de nuestro petróleo y gas. De lo contrario, ¡serán aranceles todo el tiempo!", amenazó en su red social, Truth.
Un mensaje con el que el presidente electo reitera que los aranceles siguen siendo la principal medida económica que pondrá en marcha la nueva administración norteamericana. Desde el Instituto de Economía Alemana (IW) ya hablan de que la subida de aranceles podría costar unos 180.000 millones de euros anuales. "Trump utilizaría los aranceles como medio de presión para lograr ventajas a corto plazo para los EEUU y haría caso omiso o incluso abandonaría los sistemas e instituciones regulatorios multilaterales", detalló hace unos meses.
En vilo por sus promesas
Todo el mundo permanece a la espera de ver lo que el líder republicano se trae entre manos. Sus promesas apuntan a que la política arancelaria será inevitable, con un contexto de recuperación económica tras la bajada de la inflación y los recortes aplicados por la Reserva Federal de EEUU (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE).
Pese a que los dos bancos centrales siguen con su hoja de ruta, la incertidumbre sobre los efectos que causará un planteamiento de aranceles como el propuesto por Donald Trump hace crecer el miedo a un efecto económico futuro negativo para el resto de países.
Nada más ganar las elecciones del pasado 5 de noviembre, el presidente electo lanzó varias advertencias a diferentes países. Aseguró que 'castigaría' a México y Canadá con un gravamen del 25% para todos sus productos y de un 35% para China.
José Manuel Corrales, profesor de Economía y Empresa de la Universidad Europea, explica que el efecto que causará Trump con este tipo de políticas será el de la "inestabilidad". "Trump lo que aporta es incertidumbre y si aplica las recetas y cumple con sus compromisos es evidente que vamos a un mundo más inseguro", defiende.
"En un contexto de polarización, hay una guerra comercial. Lo que plantea Trump es imponer aranceles y eso a España le puede costar un 0,6% del PIB. Posiblemente, tenga como resultado positivo que algunos se hagan de oro, como Elon Musk, por ejemplo, pero no al conjunto de la ciudadanía", critica.
José Manuel Corrales es pesimista en el caso de que la nueva administración norteamericana siga con sus planes y cree que "hay muchas posibilidades de que a finales del 2025 se inicie una crisis económica". "Ojalá me equivoque y no se cumplan los compromisos y las promesas de Trump, porque la guerra comercial no va a tener resultados positivos para nadie y aquí saldremos muy perjudicados", añade.
Álvaro Herrando Guibert, coordinador académico del Máster de Economía Internacional de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), también considera que 2025 puede estar marcado por "una nueva ola de proteccionismo si Trump aplica aranceles generalizados, como ha prometido".
"La experiencia de 2018-2019 demostró que estas políticas no redujeron los déficits comerciales, pero sí generaron costes económicos significativos, especialmente para consumidores y empresas dependientes de importaciones. En el contexto actual, con una China más resiliente y Europa en estancamiento, estos aranceles podrían amplificar las disrupciones globales, impactando cadenas de suministro y reconfigurando el comercio internacional", explica.
Una nueva guerra híbrida
Las palabras de Trump dejan claro que su regreso a la Casa Blanca estará marcado por la política arancelaria que planea poner en marcha contra países como China. De hecho, su postura contraria al país asiático le ha llevado a pedir que se prohíba la red social TikTok en Estados Unidos.
Para los expertos, unas medidas como las propuestas por el presidente electo generarían un escenario de guerra híbrida entre dos de las principales potencias mundiales y abriría un cruce de impuestos en el que creen que el más perjudicado será Europa.
Álvaro Herrando Guibert considera que es un escenario "prácticamente inevitable" y que "las políticas proteccionistas de Trump, especialmente aranceles del 10-20% o específicos del 60% dirigidos a China, serían percibidas como una escalada directa en la rivalidad comercial y tecnológica".
"China ha aprendido de las tensiones anteriores, impulsando su autosuficiencia tecnológica y diversificación de mercados, pero responderá con medidas equivalentes. Esto no solo afectará a EEUU y China, sino que arrastrará a otros países, intensificando las tensiones en sectores críticos como tecnología, energía y minerales estratégicos", asegura.
José Manuel Corrales, profesor de Economía y Empresa de la Universidad Europea, mira más allá y pone la vista en las elecciones de medio mandato de noviembre de 2026. "Una política echa con muy poca mano izquierda podría hacerle recibir un serio correctivo en las elecciones de medio mandato", justifica.
"La UE debe estar más reforzada para afrontar esta nueva etapa. Si la respuesta sólo viene de China y Europa no es capaz de ponerse de acuerdo, lo vamos a pasar muy mal. Si este modelo se acaba imponiendo a China no le va a ir tan mal la cosa, porque está jugando un papel importante", detalla.
El nuevo liderazgo en plena bajadas de tipos
El regreso de Trump a la Casa Blanca se produce en un momento de desescalada general de tipos de interés por parte de la Fed y del BCE. El presidente electo fue muy crítico con el dirigente de la institución financiera norteamericana, Jerome Powell, y le acusó de hacer campaña a favor de la candidata demócrata, Kamala Harris, tras aplicar una rebaja agresiva.
Las dudas sobre si esas bajadas de tipos seguirán adelante con la nueva administración son evidentes, pero los expertos aseguran que Trump no provocará un giro en la política monetaria.
José Manuel Corrales anticipa que los recortes del precio del dinero "no se van a interrumpir", pero sí ve clave en su evolución el aumento de los aranceles. "Pueden provocar un aumento de la inflación y eso hace volver a las recetas ortodoxas de mantener tipos más altos", asegura.
"La subida de tipos que se produjo desde 2022 hasta mediados de 2024 era una política equivocada. En gran medida, han facilitado el triunfo de Trump porque han empobrecido a las familias. Pero tampoco va a afectar demasiado en el corto plazo a la bajada de tipos", razona.
Álvaro Herrando Guibert coincide con José Manuel Corrales en que la Fed es "independiente", pero que las políticas proteccionistas bajo Trump "podrían alimentar presiones inflacionarias". "Nuevos aranceles aumentarían los costes de importación, generando una inflación adicional que obligaría a la Fed a mantener o incluso endurecer su política restrictiva", apunta.
"Esto podría limitar cualquier desescalada esperada en 2025. Por su parte, el BCE, enfrentando una economía europea estancada, tendría menos margen para seguir la misma línea, agravando la divergencia monetaria entre EEUU y la eurozona. Este escenario aumentaría la presión sobre el euro y dificultaría aún más la recuperación económica en Europa", añade.