Cuando odias lo que amas: la reconversión mental de Zuhaitz Gurrutxaga para hacerse "referente" del fútbol de hoy
El exdefensa de la Real Sociedad que rozó el título de Liga pasó por un calvario de problemas psicológicos antes de hacerse conferenciante y puntal de la salud mental. Explica su "misión": pasar de "odiar el fútbol" a dar charlas en escenarios de todo tipo, también de grandes clubes.
Cuesta encontrar a un futbolista que no muerda por saltar al césped. Pero los hay... y muchos más de lo que creemos. Uno de ellos tiene nombre, Zuhaitz Gurrutxaga (Elgoibar, 1980). El que fuera defensa de aquella Real Sociedad que rozó LaLiga 2002-2003 pasó de soñar con el fútbol a odiarlo, víctima de un reguero de problemas mentales.
Mucho tiempo después encontró solución a sus trastornos y supo reconvertirse hasta el referente que es hoy, sin necesidad de tener un balón en sus pies. Ahora maneja un micrófono. O un teclado. Porque este central con pasado en una decena de equipos se hizo conferenciante y hasta escritor (Subcampeón, coescrito con Ander Izagirre) con una misión, velar por la "salud mental", siempre con el humor como bandera.
Su nueva faceta le ha llevado esta semana a intervenir en el evento Conocer para avanzar organizado por Prisa. Tras su charla atiende a El HuffPost, justo antes de dar otra a la plantilla del Girona. Es parte del proyecto que lleva con LaLiga y la Fundación Blanca para hablarle de tú a tú a los futbolistas del presente sobre la salud mental. No niega sentir que "aporto al fútbol mucho más ahora que cuando era futbolista".
Pocos han vivido como él la gestión secreta de algo que hoy vemos con normalidad, los muchos TOC que le amedrentaban hace décadas, cuando ni siquiera tenía claro qué era aquello del "trastorno obsesivo compulsivo". Cerrar bien la puerta de casa, dificultad para tocar a otras personas..., manías de muchos pero llevadas al extremo, a la obsesión. Y en los primeros 2000, malos tiempos para que un futbolista confesara problemas de salud mental sin ser visto como un "tipo raro".
Entonces se sintió "solo, incomprendido" y de esa experiencia ha hecho carrera, para que ningún compañero vuelva a estarlo ante los "denomios" que muchos deportistas enfrentan. "También los futbolistas" y, sí, "incluso los ricos, porque esto no va de estatus".
Presumes del humor como tu 'arma' para hablar de salud mental y tu experiencia. ¿Sientes más impacto en quien te escucha por hacerlo de esa forma que si le dieras un trato más grave?
Cuando sufría los problemas en mi tiempo no podía coger esa distancia y ahora sí lo puedo ver bien. Dicen que comedia es igual a drama más tiempo y la clave es acortar lo máximo ese tiempo. Yo he tardado demasiado en reírme de aquellos problemas que sufría.
No soy coach ni psicólogo ni pretendo meterme donde no me llaman, simplemente pretendo hablar desde mi experiencia. No hacer grandes reflexiones o consejos, pero sí narrar mi caso y esto puede servir... porque a mí me hubiera servido mucho saber que mis TOC existían hace 20 años. Yo hace 20 años no sabía qué era el TOC; de hecho, me lo comí solo creyendo que era el único. Y al verte solo tratas de esconderlo, claro.
Futbolísticamente he sido lo que he sido, no soy un gran conocido, pero cuando oyen decir que alguien que ha estado en Primera sufre esas cosas creo que puedo llegar a mucha gente.
También, a muchos compañeros, como has venido explicando. ¿Cómo es esa experiencia de hablar de salud mental con jugadores de ayer y especialmente con futbolistas de hoy? Han cambiado mucho las cosas en estos 20 años...
Fíjate si han cambiado que estoy en un proyecto de LaLiga y Fundación Blanca llamado 'Preparados' para dar charlas a equipos de Primera y Segunda en las que poder contar mi caso y cómo me ha cambiado la vida.
De hecho, he sabido que el libro que escribimos Ander Izagirre y yo está en todos los vestuarios de Primera y Segunda. Para mí volver hoy al futbol profesional así ufff, imaginate, siento que estoy aportando mucho más que cuando era futbolista.
¿En esas charlas con excompañeros y con futbolistas actuales, qué patrones en cuanto a salud mental se repiten?
El miedo a fallar. Creo que es algo común a todos, pero aquí cada domingo te ven millones, te juzgan millones, te escriben millones por redes... Un miedo incapacitante que te bloquea hasta el punto de no querer jugar.
Compañeros de mi tiempo y deportistas de hoy me han llegado a confesar que no son capaces de dar un pase a 10 metros en un momento de pánico y que prácticamente prefieren no jugar.
Tú lo experimentaste, cuentas a menudo, por los muchos problemas que sufriste. Incluso como parte de aquella Real que rozó la Liga 2002-2003. Pero tu carrera continuó una década más, en equipos de menor categoría. ¿Conseguiste disfrutar del futbol en ese otro nivel?
Llegué a disfrutarlo, sí. El fútbol era mi pasión de niño, pero acabé odiándolo, no quería jugar, prefería ser suplente... Caí hasta 2ªB, encadenando equipos, hasta que llegué al Lemoa... Me ficharon porque no me quería nadie más. Y lo disfruté otra vez porque no había presión, no había prensa...
A partir de ahí di lo mejor de mí en 2ªB. Quizá yo tuve cualidades físicas y técnicas para Primera, pero no cualidades mentales...
¿No pudiste reengancharte luego a esa Primera División, ya recuperado y con confianza?
No, porque piensa que cuando sales del circuito grande, el de Primera, es muy difícil que regreses salvo que seas una estrella capaz de volver a dar ese salto, que no era mi caso. Lo más, llegué a Segunda con el Real Unión de Irún en 2009.
Hablemos del hoy. Venimos escuchando quejas de numerosos futbolistas, por el exceso de partidos durante la temporada, por no haberse suspendido toda la jornada por la DANA... ¿El futbolista tiene hoy verdadero poder dentro del gran espectáculo que es el fútbol?
Pregunta complicada esa, ¿eh? (risas). Los que están en la superélite juegan cada tres días y el calendario es exigente, pero sí que creo que el futbolista tiene poder de decisión, que su palabra importa... Aunque tampoco puedo decir mucho más porque es un tema que no controlo y no quiero hablar sin saber.
¿Frivolizamos demasiado con los posibles problemas de un futbolista sólo porque "son ricos"?
Tendemos a creer que los futbolistas son personajes planos que corren en un campo y que encima ganan mucho dinero, así que cómo se van a quejar. Lo decía Morata hace poco, hablando de los problemas de salud mental. Esto no sabe de estatus. Si le llega al capitán de la selección española nos puede llegar a todos.
Claro, a la hora de pedir ayuda el dinero viene bien. Mejores tratamientos, más facilidades para elegir... Pero ojo con eso de que teniendo dinero no se pueden quejar. A mí me ha pasado y sí, se frivoliza un poco. Ves comentarios a entrevistas mías y se repiten cosas como 'a la obra te mandaría yo 8 horas, a ver la salud mental'. Cuantos más futbolistas salgan se normalizará más.
Seguimos con temas espinosos. El racismo. Tú viviste otro fútbol, el que aún no tenía redes sociales. ¿Esas mismas redes son las que sobredimensionan los casos de racismo o de verdad vamos a peor? ¿Es algo de lo que habláis en vuestras charlas?
El racismo como tema relacionado con la salud mental creo que es un asunto en el que habrá que profundizar aunque por ahora nuestras charlas se han centrado en otras cuestiones.
Pero es justo lo que dices, que en mis tiempos no había redes y no se puede comparar el ruido mediático de uno y otro tiempo, pero en los estadios sí vamos a mejor. Los insultos que antes se hacían muy gratuitamente han bajado.
Te hablo de mi estadio, por ser el que más conozco, el Reale Arena de la Real Sociedad. Si alguien echa un grito se le señala mucho más que antes, aunque quedan muchos pasos por dar. E insisto, hablo de este campo porque es el que más conozco, pero creo que es un patrón común al resto.