Steve Bannon ha contribuido a la islamofobia. Los medios deberían denunciarlo alto y claro
Sólo por el contenido islamófobo que ofreció Breitbart bajo la batuta de Steve Bannon -nuevo jefe de estrategia de Trump-, este debería estar invalidado para ocupar cualquier puesto en la Casa Blanca. La islamofobia es tan moralmente injusta y repugnante como el antisemitismo, el racismo, la homofobia y el sexismo.
Para los que, como yo, se opusieron con vehemencia a Donald Trump en estas elecciones pero aun así esperan que llegue a ser un verdadero "presidente para todos los estadounidenses" como prometió en su discurso tras la victoria, resulta sorprendente ver a qué personas ha nombrado como su equipo de transición y a cuáles está considerando para su Administración.
Titulares como El gabinete del presidente Trump estará lleno de deplorables y El gabinete de Trump será tan demente como pensaban dejan claro que el presidente electo ha decidido seguir esta transición con personas controvertidas y de extrema derecha. El activista anti-LGTBQ Ken Blackwell está entre este grupo, y es muy posible que Trump dé un puesto importante al destructivo Rudy Giuliani, que llamó "racistas" y "antiamericanos" al movimiento Black Lives Matter.
Y la cosa empeora. Trump ha nombrado al presidente de Breitbart NewsStephen Bannon como su jefe de estrategia. Por suerte, esta semana estalló una tormenta de fuego cuando numerosos medios señalaron que, bajo el liderazgo de Bannon, la web ultraconservadora Breitbart se había convertido en una plataforma de la 'derecha alternativa', "al abrazar y promover el ultranacionalismo blanco, el racismo, el antisemitismo, la homofobia, la transfobia y la misoginia".
Me preocupa ver que, aunque los medios han denunciado el odio y la falta de experiencia de estos recientes cargos designados, la mayoría de los críticos ha ignorado que durante la dirección de Bannon, Breitbart se convirtió en portavoz del discurso del odio contra los musulmanes.
Me refiero a los principales fanáticos antimusulmanes de Estados Unidos, como Pamela Geller y Frank Gaffney. Incluso cuando los medios sacaron a la luz listas de los artículos más cargados de odio publicados en Breitbart para enseñar a Estados Unidos quién es este hombre, la mayoría de las veces ni siquiera hacían referencia a los artículos antimusulmanes. Tomen como ejemplo este artículo del New York Times que destacaba el contenido antisemita, misógino, etcétera, pero ni una sola palabra de los despreciables ataques contra los musulmanes.
Con ello se envía el mensaje de que la islamofobia no es lo suficientemente importante como para que los medios la discutan. De que, en cierto modo, la demonización de los musulmanes -a diferencia del supremacismo blanco o el antisemitismo- no se considera como algo odioso. Y esto hay que cambiarlo.
Corrijamos esto de una vez por todas: la islamofobia es tan moralmente injusta y repugnante como el antisemitismo, el racismo, la homofobia y el sexismo. Por consiguiente, la cobertura de los medios debería tratar el fanatismo antimusulmán de la misma manera. Y sólo por el contenido islamófobo que ofreció Breitbart bajo la batuta de Bannon, este debería estar invalidado para ocupar cualquier puesto en la Casa Blanca.
La bloguera política Pamela Geller lleva años haciendo comentarios contra los musulmanes en 'Breitbart'.
Echen un vistazo a las personas a las que Breitbart ha ofrecido un espacio en los últimos años con el nuevo jefe de estrategia de Trump. Es como si la lista de activistas antimusulmanes de la Liga Antidifamación (ADL) y el Southern Poverty Law Center (SPLC) se hiciera realidad.
Está Pamela Geller, a quien el SPLC ha descrito como "la representante del movimiento antimusulmán más visible y provocadora".
Con Bannon, Breitbart le ha dado un espacio con el que expandir el odio contra los musulmanes durante años. Geller, que además ha hecho comentarios racistas sobre el presidente Obama y afirmó que estuvo "liado con una puta yonqui en su juventud", ha escrito también que la islamofobia es un "concepto propagandístico falso". Cuéntale eso a las víctimas de estos delitos de odio, que en 2015 crecieron un 67%.
Frank Gaffney también ha escrito en la web de 'Breitbart'.
Luego está Frank Gaffney, a quien el SPLC ha descrito como "uno de los islamófobos estadounidenses más famosos". Gaffney no sólo ha escrito en Breitbart; también ha aparecido numerosas veces en el programa de radio que presenta Bannon.
Directamente, Gaffney ha intentado marginar a cualquier musulmán estadounidense que quisiera formar parte del gobierno, al afirmar que los Hermanos Musulmanes se han infiltrado en el Gobierno y en las instituciones civiles. Incluso ha exigido que se hicieran escuchas para apartar a los musulmanes que él considera desleales al Gobierno.
También el Breitbart de Bannon ha dado voz a personas como Robert Spencer, Debbie Schlussel y David Horowitz, consideradas por el SPLC como parte del "círculo interno antimusulmán".
Añadan a esta lista a Brigitte Gabriel, fundadora de una organización que describe el Islam como "una ideología política retrógrada y rebelde". En su reciente artículo de Breitbartescribió que Saba Ahmed, republicana simpatizante de Trump y abogada, es en realidad una "islamista" que apoya "un califato internacional que destruiría Estados Unidos desde dentro". El claro objetivo aquí es generar miedo hacia cualquier musulmán y marginar nuestra voz.
Y aún hay más. El Breitbart de Bannon acogió con orgullo al político holandés ultraconservador Geerts Wilders para escupir vilezas contra los musulmanes. Wilders, un hombre a quien el ADL ha denunciado por su despreciable "agenda antimusulmana", ha escrito numerosos artículos para Breitbart, entre los que se incluye uno de febrero titulado Frenar la inmigración islámica es una cuestión de supervivencia. En ese artículo, Wilders escribe: "El Islam es una amenaza existencial para nuestras libertades occidentales y nuestra civilización judeocristiana".
Podría seguir, pero estoy seguro de que han captado la idea. Con Bannon, Breitbart es un lugar de parada obligatoria para el odio hacia los musulmanes. Con algunas excepciones, los medios (y especialmente los canales de noticias por cable) no han logrado mostrar bien esto como un motivo por el que Bannon no debería estar dentro de la Casa Blanca. Y esta falta de cobertura contribuye también a la islamofobia.
Ojalá cierren Breitbart al igual que han hecho con otras webs antimusulmanas, como el blog de la propia Pam Geller, que sólo leía un reducido grupo de personas. No obstante, Breitbart tiene un alcance mucho mayor. Según apunta la página Blue Feed, Red Feed del Wall Street Journal, que registra las webs leídas por los liberales y conservadores, Breitbart tiene una amplia audiencia por parte de la derecha. Por consiguiente, la incentivación de Bannon a los activistas antimusulmanes más deleznables contribuye a la mala información que reciben los estadounidenses sobre el islam y a incrementar la islamofobia en este país ya de por sí polarizado.
Si Trump quiere ser realmente "presidente de todos los estadounidenses", como afirma, es hora de que nos lo demuestre despidiendo a Bannon. Y si se niega, espero que los medios estadounidenses informen con celo sobre el fanatismo antimusulmán de Trump, Bannon y otros miembros de su Administración del mismo modo que informan sobre el odio hacia otras minorías y comunidades marginadas. El odio es odio. Y es hora de que el fanatismo musulmán sea tratado como tal.
Este post fue publicado originalmente en la 'The World Post' y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano