¿Homosexualidad, heterosexualidad o diversidad?
El Orgullo de Madrid 2014 quiere este año hacer especialmente hincapié en la defensa de los Derechos Humanos y su respeto sin tener en cuenta orientación sexual e identidad de género, manifestándose por quienes no pueden. Y por eso cualquier persona hará bien en celebrar el Día del Orgullo.
Esta semana celebramos el Día del Orgullo Gay. Y lo celebramos por muchos motivos pero especialmente porque los gais, lesbianas, bisexuales y transexuales han sido, y aún hoy son, muchas veces señalados, apartados y discriminados. Quien piense que esa discriminación ya no existe sólo tienen que escuchar las penúltimas declaraciones del obispo de Málagacomparando el matrimonio homosexual con la unión de un hombre y un perro o buscar y no encontrar las declaraciones del resto de obispos denunciando lo que ha dicho su hermano. Quien crea que esa discriminación no existe puede preguntarle a muchos adolescentes gais si no han recibido nunca esa discriminación o no han sufrido acoso en algún momento de su vida.
Si defiendo la existencia del Día del Orgullo Gay cómo puedo entonces escribir un artículo que sitúa la homosexualidad entre signos de interrogación. Pues voy a intentar hacerlo. La homosexualidad se define como la orientación sexual hacía personas del mismo sexo, por lo tanto a los hombres que les atraigan sexualmente otros hombres o a las mujeres que les atraigan sexualmente otras mujeres serán homosexuales. Además la homosexualidad se suele definir por contraposición a la heterosexualidad, o eres hetero o eres homo (o eres de esos raros que son bisexuales). ¿Pero tiene sentido hablar de heterosexualidad, homosexualidad o bisexualidad como realidades separadas y distintas?
Junto a Master y Johnson (hoy protagonistas de una de las grandes series de Showtime) uno de los padres de la investigación en sexología es Alfred Charles Kinsey con su famosísimo Informe Kinsey. Tras entrevistar en los años 40 y 50 a más de 11.000 hombres y mujeres encontró cómo las relaciones homosexuales eran más habituales de lo que se creía en ese momento pero sobre todo cómo había una parte importante de la población que había tenido o tenía relaciones sexuales tanto homosexuales como heterosexuales. Los datos cuantitativos hallados por Kinsey son discutibles por la forma de seleccionar a los participantes en el estudio, sin embargo sus hallazgos le permitieron diseñar una herramienta que hoy nos permite comprender mucho mejor la orientación sexual.
La Escala Kinsey propone 7 grados que van desde las personas que presentan una conducta exclusiva heterosexual hasta las personas que presentan una conducta exclusiva homosexual.
0. Exclusivamente heterosexual.
1. Predominantemente heterosexual y solo ocasionalmente homosexual.
2. Predominantemente heterosexual y con experiencias homosexuales más que ocasionales.
3. Igualmente heterosexual y homosexual.
4. Predominantemente homosexual y con experiencias heterosexuales más que ocasionales.
5. Predominantemente homosexual y solo ocasionalmente heterosexual.
6. Exclusivamente homosexual.
De esta forma la orientación sexual no estaría formada por cajones diferentes y las personas no estarían en compartimentos estancos claramente separados unos de otro. La orientación sexual es una dimensión, es decir, como en tantas otras características de los seres humanos, las personas ya no somos lo uno o lo otro, blancos o negros, sino que la diversidad es lo que define nuestra naturaleza.
Pero la idea no se queda aquí. La WAS (World Association for Sexual Health) define la orientación sexual como la organización del erotismo y/o apego emocional de las personas respecto al sexo y género de sus parejas y determina que se puede manifestar como una combinación de conducta sexual, pensamientos, fantasías o deseos. Y es en esa combinación de conductas, pensamientos, fantasías y deseos cuando la dimensión de la orientación sexual se vuelve aún más heterogénea. Hoy en día siguen surgiendo nuevas clasificaciones que posiblemente nos ayuden a entender mejor la variedad que nos define a los seres humanos y hablamos de la pansexualidad más allá de género y del sexo. Pero por encima de cualquier taxonomía lo importante es la riqueza que supone la diversidad de todos los seres humanos y es que ser iguales y ser diferentes define la naturaleza humana. Cuanto más comprendamos la diversidad del ser humano, incluida la orientación o la identidad sexual, menor sentido tendrá celebrar el día del orgullo gay.
Sin embargo hoy en día cualquier persona que se sitúe fuera del grado cero en la Escala de Kinsey tiene un mayor riesgo de sufrir discriminación. Y por ese motivo sigue teniendo sentido celebraciones como esta. El Orgullo de Madrid 2014 quiere este año hacer especialmente hincapié en la defensa de los Derechos Humanos y su respeto sin tener en cuenta orientación sexual e identidad de género, manifestándose por quienes no pueden. Y por eso cualquier persona hará bien en celebrar el Día del Orgullo.