Suecia rechaza dar asilo a una anciana afgana de 106 años
Las autoridades sostienen que en su país ya no hay ninguna amenaza específica contra ella... aunque su familia hace la lista: el Estado Islámico, los talibanes, los señores de la guerra...
Se llama Bibihal Uzbeki, tiene 106 años y es casi con seguridad la refugiada más anciana de Europa. Afgana, hizo un peligroso viaje a Europa, trasladada por su hijo y su nieto a través de montañas, desiertos y bosques, pero ahora, cuando se creía en paz, se enfrenta a la deportación después de que Suecia haya rechazado su solicitud de asilo.
La carta de denegación le llegó a la familia de Bibihal, discapacitada y que apenas puede hablar, durante el Ramadán. Desde que recibió la noticia su salud ha empeorado, llegando incluso a sufrir un accidente cerebrovascular. "Mis hermanas estaban llorando", explicó a los medios locales Mohammed Uzbeki, de 22 años, nieta de la señora. "Mi abuela me preguntó: '¿Por qué estáis llorando?". Así que, aunque se lo han tratado de ocultar, lo acabó sabiendo. Y sufriendo por ello.
Sus allegados han apelado el rechazo (se permiten hasta tres apelaciones), aunque el proceso se demorará tanto en el tiempo que puede que para cuando se llegue a un acuerdo ya sea demasiado tarde. Este rechazo no sólo implica a la anciana, sino al resto de su familia, porque las autoridades entienden que su lugar de origen ya no es tan peligroso y podrían volver, según la revisión anual que hacen de los casos.
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La Agencia Sueca de Migración confirma que ha tomado una decisión firme sobre el caso y dice que la edad no constituye por sí misma un motivo de asilo. "El razonamiento detrás de la decisión de la agencia de migración es que Afganistán no es suficientemente inseguro", afirmaba la jefa de la Red Sueca de Grupos de Apoyo a los Refugiados, Sanna Vestin.
Su viaje copó los titulares hace dos años, durante la oleada migratoria que hacía camino hacia Europa occidental, por ser la segunda refugiada más longeva que habían registrado los centros de registro europeos. Viajó a pie y en trenes junto a miles de personas que llegaban desde países en conflicto, como Siria, Afganistán o Irak, entre otros, por la ruta de los Balcanes, antes de que esta cerrase, hasta llegar finalmente a Suecia. Allí vive ahora, con 11 miembros de su familia, en el pequeño pueblo de Hova, en el centro del país.
Antes de su viaje a Suecia, la familia había estado viviendo ilegalmente en Irán durante ocho años. Dejaron Afganistán debido a la guerra y la inseguridad en curso, pero su hijo, Mohammed, dice que es difícil probar que la familia enfrenta a un enemigo concreto si vuelven. "Si supiera quién era el enemigo, simplemente lo habría evitado", dijo a la agencia Associated Press, en referencia al grupo yihadista Estado Islámico, a los talibanes o a los atentados casi diarios y los choques entre señores de la guerra, como posibles peligros.
El digital Blankspot sostiene que la familia huyó de Afganistán hace ocho años después de que los talibán asaltaran su ciudad natal, en Kunduz, y trataran de reclutar a uno de los nietos de la señora. Así lo explicó a los servicios de inmigración, aunque éstos llegaron a la conclusión de que no había ya ninguna amenaza "específica" contra ella " ni actual de los talibán".
La familia Uzbeki espera ahora una respuesta, entre el llanto de la abuela y sus alucinaciones. Aún piensa que hay quien la quiere matar.