Miles de personas claman para que "la vergüenza cambie de bando" y el fin de "todas las violencias machistas"
Madrid, de nuevo con dos manifestaciones feministas divididas, ha vuelto a ser el foco principal del 25N, una jornada que ha acogido concentraciones en buena parte de España.
Decenas de miles de personas han desafiado al frío de finales de noviembre y se han echado a las calles este 25N por el Día Internacional contra la Violencia contra las Mujeres. Una lacra sin fin en 2024 y que ha llenado las principales ciudades de reivindicaciones, color morado y un mensaje común, que 'la vergüenza cambie de bando', con el caso Gisèle Pelicot en Francia como foco.
Madrid ha vuelto a ser el escenario principal. Y como viene ocurriendo desde hace años, tanto el 25N como el 8M, el movimiento feminista ha vuelto a manifestarse dividido, por las diferencias en torno a la ley trans, la prostitución y los efectos indeseados de la ley del sólo sí es sí.
La ministra de Igualdad, Ana Redondo, junto a sus compañeras de gabinete Pilar Alegría y Elma Saiz, ha participado en la marcha convocada por El Foro de Madrid y el Movimiento Feminista de Madrid, que partía de Cibeles, donde se han escuchado lemas como "Contra el sexismo, más feminismo", "Somos la voz de las que no están", y críticas a los vientres de alquiler o la plataforma Only Fans.
En declaraciones a la prensa, Redondo se ha comprometido a seguir buscando el consenso en la renovación del Pacto de Estado contra la Violencia de Género y ha advertido de las nuevas formas de violencia y, muy especialmente, del negacionismo: "El negacionismo que mata y niega la evidencia", ha lamentado la titular de Igualdad.
"Somos un referente a nivel internacional, y todos los avances se han producido con grandes consensos. El consenso es una clave esencial, y vamos a seguir buscándolo en la renovación del Pacto de Estado contra la violencia machista, porque hay nuevos retos en el horizonte, nuevos peligros realmente terribles, que nos acechan como sociedad", ha manifestado la ministra.
Mientras, de la Glorieta de Atocha partía la marcha de la Comisión 8M, cuyos participantes han guardado un minuto de silencio por las mujeres y menores víctimas de violencia de género asesinadas este año, cuyos nombres han leído uno por uno.
En esta marcha ha participado la eurodiputada y exministra Irene Montero, quien ha sido preguntada por la denuncia por agresión al exdiputado Íñigo Errejón y ha advertido de que siempre se ha protegido a los agresores y se cuestiona a las víctimas, pero eso es lo que ha cambiado el feminismo.
"Las mujeres ya no nos callamos y ya no toleramos esa impunidad de los agresores", ha indicado.
Sobre la división del 25N en las calles, se han manifestado Amaya Ugarte y Ana Martínez, del Movimiento 8M, quienes han explicado que su convocatoria es una marcha "inclusiva, abierta y en la que siempre van a caminar de la mano de las personas que buscan ampliar nuestros derechos", en relación al colectivo trans.
Otro de los grandes focos estaba en Barcelona, donde se han concentrado alrededor de 2.000 personas, según cifras de la Guardia Urbana, y 20.000 según las convocantes, la plataforma Novembre Feminista. Esta vez sí, de forma unitaria.
La cita llevaba por cabecera 'Vergüenza y miedo para los agresores". En ella han formado por distintos colectivos de mujeres, personas del colectivo LGTBI, además de sindicatos y partidos políticos (todos a excepción de PP y Vox).
También ha habido movilización popular en Valencia, donde los efectos de la DANA también han tocado el transcurrir de la marcha, organizada por el Moviment Feminista de València.
Con un grito contra todas formas de violencia machista y "hartos de impunidad", como rezaba el lema, se han repetido llamadas para proteger a las mujeres más vulnerables en las zonas afectadas por la DANA.
Las manifestaciones también han superado el millar amplio en capitales de provincia y grandes ciudades como Sevilla, Valladolid, Vigo, Santander, Pamplona o Coruña, Cáceres entre otros muchos. En todas estas y tantas otras marchas se han podido visualizar cabeceras de diferente lema pero idéntico mensaje de unidad en torno a las víctimas y la reclamación por el fin de "todas" las violencias machistas.