El asesino de Jo Cox: un terrorista defensor de la supremacía de la raza blanca
El juez de instrucción que lleva el caso del asesinato de Jo Cox —la diputada laborista británica tiroteada días antes del referéndum del Brexit— ha sentenciado a cadena perpetua al autor de los hechos y ha declarado que el crimen se cometió en nombre de la supremacía blanca.
El asesino, Thomas Mair, era un hombre callado y solitario de 53 años al que le gustaba la jardinería, pero durante el juicio se descubrió que estaba interesado en la supremacía de la raza blanca y en la ideología nazi desde hacía mucho tiempo. Y además poseía armas.
"Usted no es patriota", dijo el juez antes de sentenciarle. "Con sus acciones, ha traicionado la esencia de nuestro país: la fidelidad a la democracia parlamentaria. Está claro que lo que le inspira no es el amor por su país o por sus paisanos, sino la admiración por el nazismo y por credos antidemocráticos similares que defienden la supremacía de la raza blanca", añadió.
Mair disparó y apuñaló a Cox al grito de "¡Gran Bretaña primero!" y "¡Gran Bretaña independiente!" en Birstall (West Yorkshire) el pasado 16 de junio, una semana antes de que se celebrara el referéndum sobre el Brexit.
Los activistas contra el odio advierten de que Mair no es el único que tiene estas creencias y que existe "una lista cada vez más larga de terroristas británicos nazis que creen que están en guerra contra el sistema".
Nick Lowles, director ejecutivo de la organización Hope Not Hate [Esperanza, No Odio], revela que al menos 48 personas de extrema derecha han sido condenadas por terrorismo, asesinato o actos violentos en Inglaterra y en Gales durante los últimos 16 años.
Sue Hemming, directora del Departamento de Crímenes Especiales y Antiterrorismo del Servicio de Enjuiciamientos de la Corona, aclara que "Mair no ha explicado los motivos de sus acciones, pero el fiscal ha podido demostrar que los crímenes premeditados que ha cometido fueron motivados por el odio y no fueron más que actos terroristas pensados para que su retorcida ideología avanzara".
Tras el asesinato de Cox, se descubrió que Mair llevaba en contacto con el grupo estadounidense neonazi The National Alliance [La Alianza Nacional] desde 1999 y con South African White Supremacist [Supremacistas Blancos Sudafricanos] desde 1991.
El grupo anti odio The Southern Poverty Law Center publicó varios recibos que demuestran que compró, entre otros, los siguientes libros: Chemistry of Powder & Explosives [La química de la pólvora y de los explosivos], Incendiaries [Incendiarios] e Improvised Munitions Handbook [Guía de municiones improvisadas]. Este último explica cómo fabricar una pistola con tuberías o con materiales disponibles en ferreterías.
También compró Ich Kämpfe, de Adolf Hitler, que iba dirigido a los miembros del Partido Nazi.
Otros recibos con fecha de mayo de 2003 demuestran que Mair se suscribió a Free Speech [Libertad de expresión], la revista del grupo La Alianza Nacional.
También se suscribió a S. A. Patriot [Patriota sudafricano], del grupo The White Rhino Cub, a favor del apartheid. En una publicación de 2006 de la plataforma, el grupo hablaba de Mair como "uno de los primeros suscriptores y seguidores" de la revista.
Con una búsqueda en Google Books se puede comprobar que Mair escribió cartas a la revista en 1991 y en 1999.
"El movimiento nacionalista en Reino Unido también sigue luchando contra las adversidades", escribe en 1991. "A pesar de todo, sigo teniendo fe en que la Raza Blanca se impondrá tanto en Gran Bretaña como en Sudáfrica, pero me temo que va a ser una lucha muy larga y sangrienta".
En 1999 volvió a escribir y dejó claro que creía que "los enemigos del antiguo sistema del apartheid no eran los integrantes del pueblo negro, sino los blancos liberales y traidores".
Lowles, del grupo Hope Not Hate, sostiene que la ideología de Mair consiste en "ver al Estado —y concretamente a los políticos liberales— como una amenaza peor que las minorías". También explica que este enfoque se popularizó entre los nazis británicos en la década de los noventa y que "hoy en día sigue siendo un pilar importante de su ideología". "Aunque Thomas Mair fue el que apretó el gatillo, los responsables de la propaganda neonazi también son responsables de alimentar el odio y la violencia de Mair", opina.
Mair disparó a Cox con una escopeta recortada de calibre 22 fabricada en Alemania. Cuando le arrestaron, iba armado con balas de punta hueca, que están pensadas para abrirse y provocar el mayor daño posible. Además, descubrieron que tenía una bolsa con 25 balas de calibre 22 (12 de ellas tenían la punta hueca y estaban hechas de plomo).
Durante el juicio, se reveló que Mair tenía objetos nazis en su casa, como una figura de un águila. También tenía en su poder una publicación de SS Race Theory And Mate Selection Guidelines [Teorías sobre la raza y guía de selección de una pareja de las SS], otra titulada March Of The titans: A History Of The White Race [La marcha de los titanes: historia de la raza blanca] y un artículo de dos páginas que hablaba sobre Anders Breivik, el asesino que mató a 69 personas en Noruega hace cinco años.
En los cajones de su vivienda se encontró una entrada impresa de la Wikipedia sobre el Partido Patriota Blanco (de Estados Unidos) e información sobre la BBB (Movimiento de Liberación Blanco), una importante organización neonazi sudafricana.
Mair también tenía información sobre Cox, que estaba participando activamente en la campaña a favor de que Reino Unido permaneciera en la UE, y había impreso la biografía de la página web de la parlamentaria.
La organización Hope Not Hate explica que La Alianza Nacional, que dejó de existir en 2013, también inspiró a David Copeland, que perpetró ataques con bombas de clavos contra integrantes de distintas minorías en 1999.
Según explican desde Hope Not Hate, el líder de la sede de Reino Unido, Paul Jeffries, que murió hace unos años, vivía "a poco más de dos kilómetros de la casa de Mair".
"Se necesita hacer algo más para abordar el creciente problema de la extrema derecha británica. Aunque sean menos que hace unos años, cada vez son más violentos y peligrosos", advierte Lowles. "Aunque las autoridades siempre se centrarán primero en los individuos que puedan llevar a cabo ataques terroristas, también es crucial que se centren en las personas que difunden el odio que sirve de inspiración a personas como Thomas Mair. Y eso es algo que han hecho mal en repetidas ocasiones".
Mair llevaba 40 años viviendo en la misma casa de Lowood Lane (Birstall). Vivía con su abuela hasta que esta falleció en 1996.
Los vecinos de Mair lo describían como un hombre callado pero amable que trabajaba de jardinero voluntario y ayudaba a los vecinos con sus jardines.
En 2010, Mair habló para The Huddersfield Daily Examiner, el periódico local, sobre cómo el hecho de trabajar de encargado voluntario en los jardines del Oakwell Hall y el Country Park de Birstall le había ayudado a superar problemas de salud mental.
Estas fueron sus declaraciones: "Puedo afirmar con sinceridad que me ha ayudado mucho más que toda la psicoterapia y toda la medicación del mundo. Muchas personas que padecen enfermedades mentales están aisladas y desconectadas de la sociedad. También es habitual la sensación de inutilidad, un sentimiento que puede ser fruto de llevar mucho tiempo en el paro. El trabajo voluntario alivia todos estos problemas. Es bueno salir de casa y conocer a gente nueva, pero, desde mi punto de vista, hacer un trabajo físico y útil es más importante. Cuando acabas te sientes realizado y eso es algo emocional y psicológicamente gratificante. Para las personas que no pueden trabajar a tiempo completo a cambio de un sueldo por el motivo que sea, el trabajo voluntario puede ser una alternativa terapéutica y socialmente positiva".
Scott, el hermano pequeño de Mair, se quedó de piedra ante la noticia del asesinato de Cox. Hizo las siguiente declaraciones para The Daily Telegraph: "Todavía no me creo lo que ha pasado. Mi hermano no es una persona violenta ni se interesa por la política… Sí que ha tenido problemas de salud mental a lo largo de su vida, pero ha recibido ayuda".
En el juicio, Mair no se pronunció ante las acusaciones que recibió.
Su abogado, Simon Russell Flint, dijo dirigiéndose al jurado: "Serán ustedes quienes decidan si Thomas Mair puede volver a su tranquila y solitaria vida o si se le recordará para siempre como el hombre que asesinó a Jo Cox". Tardaron 98 minutos en condenarle.
Este artículo fue publicado originalmente en la edición de Reino Unido de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Irene de Andrés y Lara Eleno.