¿Cómo afecta el terrorismo al mercado del lujo?
Hasta ahora muchos pensaban que el sector del lujo era inmune a cualquier tipo de crisis. De hecho, durante la peor crisis crediticia reciente que ha afectado a los principales mercados mundiales, el sector del lujo creció a un ritmo sostenido de entre un 5% y un 6% al año, según la consultora Bain&Co. Es ahora, por primera vez, cuando hay crisis. Y es seria.
El último en dar la señal de alerta ha sido el gigante Richemont (que agrupa, entre otras, a firmas como Cartier, Montblanc o Chloé), cuya llamada de atención hacia el declive del sector se suma a las de marcas de lujo como Burberry, Chanel o Dior.
En el sector, dos son las causas principales que los expertos sitúan como fundamentales para el cambio del sentimiento del comprador, causas que, además, están obligando a revisar sus estrategias de ventas, crecimiento e incluso de producto. Por un lado están los atentados terroristas de París del pasado noviembre. París en particular y Europa en general se habían convertido en refugio de los turistas asiáticos, importantes compradores a los que los productos les salían mas baratos en Europa tras la subida de impuestos en China. Esta circunstancia, junto con el crecimiento que empezaba a demostrar la Eurozona, parecía estar fortaleciendo al sector.
Así, tras los atentados de París ya no llegan tantos turistas chinos, a lo que se suma la crisis económica en la Eurozona —pese a la caída de los tipos de interés— y la amenaza del Brexit.
A todo ello se une el segundo factor: la crisis en Asia. Hong Kong y Macao están registrando caídas mensuales en sus ventas. A su vez, la subida de los impuestos en China y la lucha contra la corrupción han provocado el desplome de las ventas.
La tienda de Burberry en Regent Street (Londres).
Con éste coctel molotov, Burberry anunciaba esta misma semana que se centrará en la venta de bolsos de mano y que reducirá el resto de unidades de negocio entre un 15% y un 20% para ahorrar en costes. A ello se unirá un plan de optimización de las tiendas físicas y una apuesta por las nuevas tecnologías como canal directo de venta.
Por su parte, Richemont entiende que entre las unidades de negocio que seguirán afectadas por este parón de la demanda está la de joyería y relojería de lujo. De hecho, cree que las ventas este año podrían ser un 15% inferiores a las de hace un año. Algunas de sus firmas como Cartier, IWC y Van Cleef & Arpels no terminan de levantar el vuelo, aunque en abril las ventas en Macao se recuperaron un poco.