F de fracaso
La política española abre una nueva etapa inédita con la repetición de elecciones generales, y la prensa es unánime al señalar que comienza con F mayúscula...
F de fracaso... "Fracaso parlamentario", titula su editorial El País, en el que argumenta que "en la legislatura precedente se acusó al Gobierno de Rajoy, con razón, de desentenderse de las Cámaras... Por eso era importante verificar el funcionamiento de una institución integrada por minorías. La experiencia no ha sido satisfactoria...".
Así que, como señala La Vanguardia, vamos "camino de nuevas elecciones", que El Mundo atribuye a "un naufragio de los partidos". También ABC, que advierte que "la urnas juzgarán a cada uno" porque en este tiempo "han primado las imposiciones partidistas, los vetos mutuos entre candidatos y los liderazgos irrenunciables sobre los intereses generales de los españoles".
La "segunda vuelta", como también la define El Correo, "cuyos resultados, sus consecuencias en términos de gobernabilidad, dependerán en gran medida del equilibrio que los partidos mantengan durante lo que resta de campaña, entre la ineludible confrontación y el entendimiento mutuo".
En la responsabilidad colectiva del fracaso, los observadores, sin embargo, establecen hegemonías...
El historiador Santos Juliá, en una entrevista en El País, asegura que "PP y Podemos no han querido hablar de pactos porque no les interesa". El primero, por "la desesperante parálisis causada por la confusión entre llegar el primero y triunfar". El segundo, por "la excitante convicción de que con un empujón más alcanzaría la hegemonía de la izquierda".
Lucía Méndez, en El Mundo, ve cansancio en las caras de los cuatro principales líderes, pero diferentes: cansancio tenso en Pedro Sánchez; cansancio satisfecho en Albert Rivera; cansancio al acecho de Pablo Iglesias; y "cansancio balsámico en el rostro de Mariano Rajoy". Para Enric Juliana, en La Vanguardia, el líder del PP "se convierte en el vencedor táctico de la interinidad".
La situación económica de España aporta cada día un nuevo dato pesimista para el próximo Gobierno...
"La menor actividad y la reforma fiscal reducen la recaudación tributaria", resume La Vanguardia, que destaca que "el déficit público hasta febrero crece más que el año pasado". Para el economista Fernando Gutiérrez del Arroyo, esta situación es consecuencia de una "estrategia fiscal equivocada" por parte del Gobierno de Rajoy que, en 2014, la puso en marca para prevenir el derrumbe electoral. A la postre, escribe en una tribuna en El País, "se ha revelado ineficaz e irresponsable".
¿Y cómo está la situación en el resto de países de la llamada Europa del sur?
Con tensiones. El más estable, sin embargo, es Portugal, cuyo Gobierno socialista, respaldado por varios partidos de izquierdas, ha presentado un Plan de Estabilidad que, leemos en Público, tanto O Bloco -el Podemos portugués- como comunistas y verdes apoyan, frente a las críticas de la derecha, que busca una moción de censura.
En Italia, el Gobierno de Renzi es criticado abiertamente por el presidente del Bundesbank, el halcón Wiedmann, por incumplir el Pacto de Estabilidad. Il Corriere destaca que Wiedmann considera muy optimista la estrategia del ministro Padoan para resolver la difícil situación de la banca italiana.
Lo peor, sin embargo, se vive en Grecia, cuyo Gobierno no alcanza un acuerdo con los acreedores que le exigen un recorte equivalente al 2% del PIB. El Frankfurter Allgemaine cita a la prensa griega para señalar que Tsipras ha pedido una cumbre europea especial y no descarta elecciones anticipadas.
En Estados Unidos, con cada votación, se confirma el ascenso de Donald Trump como candidato republicano...
Que estaría inmerso en lo que el New York Times denomina "el proyecto Pygmalion". Trump ha contratado un nuevo asesor, Paul Manaford, que está trabajando ya para convertirle en un candidato más aceptable "para la sociedad decente". Lo primero, terminar con el mantra del anterior: "Dejen a Trump ser Trump". De esta manera, podría evitarse la fractura entre las bases y la dirección del Partido Republicano, sobre la que editorializa Financial Times.
El tuit de esta mañana nos explica cómo los emigrantes pueden convertirse en un instrumento de poder para los países de origen...
"Las superpotencias migratorias" es el análisis que propone Mark Leonard en El País para explicar que "los Estados que controlan los flujos de migración aumentan su poder y su peso geoestratégico". Por ejemplo, gracias a la inmigración, Tel Aviv produce más start ups que naciones más grandes y rentables.