El voto latino entra en juego en EEUU
Por si todavía no eres consciente de por qué es importante el voto hispano en EEUU, un dato: el candidato que pretenda llegar a la Casa Blanca necesita hacerse con el 40% del respaldo de esta comunidad. Por lo tanto, aquel que pretenda ganar, tendrá que entenderla, seducirla y hacer sus promesas creíbles.
Se les conoce como el “gigante dormido”, dado que casi no se ha podido comprobar su poder político y electoral por su baja participación en las elecciones, pero los candidatos ya saben que conviene hacerles caso, especialmente el próximo sábado, donde su voto en los ‘caucus’ demócratas de Nevada será más que determinante.
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Otro de los motivos por los que les llama así es porque están en en constante crecimiento: los hispanos alcanzaron una cifra récord en 2014, llegando a los 55,4 millones, el 17,4% de la población de EEUU. Según los datos de la guía electoral del think thank The Hispanic Council, esto supone un crecimiento de 1,2 millones respecto al año anterior. Así, según las tendencias de los últimos años, se calcula que para 2050, 1 de cada 4 habitantes de EEUU sea de origen hispano.
Con todo, no siempre los candidatos a la presidencia de EEUU han sido conscientes de la importancia del voto latino en su país. El primero en serlo realmente fue el demócrata John Fitzgerald Kennedy, en la década de los 60. Según explica a El Huffington Post el director de Mas Consulting, Daniel Ureña, Kennedy ya dirigió, de la mano de su mujer, un anuncio íntegro en español para “ganarse” a este electorado.
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Aunque los hispanos siempre han apoyado mayoritariamente a los candidatos demócratas, "fueron los republicanos quienes lo explotaron firmemente en la campaña de George W. Bush del año 2000”, añade Ureña. Ellos fueron, por lo tanto, los primeros en darse cuenta de que sin su apoyo era muy difícil llegar a la Casa Blanca: “A partir de ahí los hispanos son un grupo clave para cualquier candidato y equipo de campaña”.
HACERSE CON EL VOTO LATINO
Esta campaña presidencial no está siendo una excepción. Los aspirantes a candidatos han comprendido que sin los latinos tienen pocas posibilidades y, a su forma, se han lanzado a su conquista… Con excepciones. El magnate Donald Trump es el único que no sólo no ha tratado de seducirlos, sino que desde el primer momento se ha dedicado a insultarles. Nada más lanzar su candidatura el multimillonario acusó a México de enviar “drogas y violadores” y prometió vallar la frontera. Una jugada de alto riesgo por parte de Trump.
“No es un grupo de la población que él quiera ganar porque confía en ganarse el resto. Trump está siendo uno de los candidatos más atípicos y conflictivos de la historia política de EEUU y, de momento, mal no le está yendo”, explica Ureña.
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La nueva cita electoral en EEUU ha despertado una gran expectación más allá del país
Desde luego, Trump no cuenta con una buena reputación entre los hispanos. Residente en Texas, Elena Rodríguez, de origen español, considera que ha sido él quien ha conseguido que el “racista americano tenga voz otra vez”. “Está reforzando el estereotipo común entre los americanos de que todos los latinos son mexicanos, que son maleantes, vagos e ilegales. Si te dicen: ‘Oye, mexicano’, y tú respondes: ‘No soy mexicana, soy española o colombiana’, ellos te responden: “Es lo mismo”.
En la misma línea se manifiesta Andrea, que vive en Nueva York y nació en Bogotá, explica cómo tanto ella como sus amigos se sienten “humillados, frustrados y despiertos para luchar por el cambio” ante las palabras del magnate.
“Me dan mucha rabia los ataques de Trump, aunque quien más me asusta es Ted Cruz. Creo que Trump sólo busca ser una celebrity y es Ted Cruz el que verdaderamente piensa así. Lo que más me asusta sobre Cruz es cómo representa a la hipocresía americana… Imagínate si las leyes que quiere poner en marcha hubieran estado en vigor cuando sus padres emigraron a EEUU. Imagínate si el Gobierno de esa época tratara de hacer la vida de sus padres igual de difícil de lo que él quiere hacerla para los inmigrantes ilegales”, expone Andrea.
Esta joven no es la única que piensa así de Cruz, de quien llama la atención que, pese al origen cubano de su padre, es uno de los férreos defensores de acabar con la reforma migratoria de Obama. Es más, llegó a confesar en el año 2012 que no se sentía cómodo hablando en castellano y no ha sido hasta la semana pasada cuando se ha lanzado a hablarlo, durante uno de los debates republicanos.
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Ted Cruz and Marco Rubio fought over who hates immigrants more—using Spanish #GOPdebate
Algo parecido pasa con Marco Rubio, hijo de inmigrantes cubanos, que, pese a que está a favor de la reforma migratoria, tampoco ha usado mucho hasta el momento su baza latina.
“Puede que al principio no lo explotaran, pero cada vez lo hacen más. Ambos saben que la comunidad hispana es más que necesaria. Según los cálculos del Partido Republicano, sea quien sea el candidato final del partido, necesita ganar el 40% del voto hispano. Con esta cifra en la cabeza, es más que lógico que Cruz haya empezado a hablar en español y que Rubio, que ya lo hacía antes, recuerde siempre que puede que es de origen cubano”, explica Ureña.
EL USO DEL CASTELLANO
Hablar o no castellano es un arma de doble filo: no basta sólo con hablarlo, hay que convencer. Lejos de lo que pueda parecer, si bien es cierto que ayuda a lograr un mayor alcance en la difusión del mensaje, no es algo determinante a la hora de captar el voto. “Según un sondeo de Univisión del pasado mes de junio, cuando empezaron a hacerse públicos los candidatos para la elección de este año, el 66% de los hispanos entrevistados consideraban que el hecho de que un candidato hable o no español no le iba a influir en su voto. Es muy difícil medir este impacto, pero al menos desde el punto de vista de la comunicación, hablar en español, si se puede, refleja cercanía con la comunidad hispana”, analiza el director de Mas Consulting.
Más allá del lenguaje empleado, lo que buscan los hispanos en un presidente está claro: les preocupa la sanidad, el empleo y la inmigración. Por eso, en opinión de Ureña, “cualquier candidato a presidente que ofrezca solución a estas preocupaciones podría ganarse el apoyo del voto hispano”. En este sentido, Rodríguez considera que los que mejor responden a estas demandas son, del lado republicano Jeb Bush, y del demócrata Hillary Clinton.
Sin embargo, no vale con captar el voto de este sector y ya. Andrea cita el caso de Obama: “Ha hecho muchas promesas y a día de hoy hay muchas cosas sin cumplir”, sentencia. Rodríguez va todavía más lejos: “No ha hecho nada por mejorar la situación latina en este país. Está muy preocupado por su legado. Ha abierto las relaciones con Cuba, pero no ha mejorado nada la situación del latino aquí”.
Ureña pone cifras a este sentimiento compartido por estas dos ciudadanas: “Más de un 70% de los hispanos votaron por Obama en 2008 y 2012 y éste, de momento, no ha cumplido una de las grandes promesas dirigidas a la comunidad: aprobar la reforma migratoria que regularizaría la situación de más de 5 millones de residentes ilegales en el país. Este año los hispanos que votan son más (27,3 millones) y sus preocupaciones siguen siendo las mismas, sólo hay que presentarles propuestas más firmes para lograrlas”.
“Una vez conseguido el voto, se ignora a esta comunidad”, denuncia Rodríguez. Por su parte, Andrea asegura sentirse “molesta” ante el hecho de que los candidatos “nunca son verdaderamente sinceros” sobre lo que realmente harán después de las elecciones. Pone además un ejemplo: cómo Hillary Clinton fue muy criticada el pasado mes de diciembre por una campaña para las familias latinas tras la que se le acusó de usar su cultura, su idioma y sus emociones sólo para promover su candidatura.
LAS PRIMARIAS
A sólo dos días de la cita con las urnas en Nevada, Clinton se ha comprometido a presentar, en el caso de llegar a la Casa Blanca, un proyecto de reforma migratoria en sus primeros cien días de mandato: "Por supuesto (...) voy a llamar a todos, ya sean demócratas o republicanos", ha dicho, tras anunciar un compromiso que había evitado durante los últimos meses.
Falta por ver ahora si el electorado latino cree las palabras de Clinton o consideran que será una promesa más que se queda en eso, en una promesa. También habrá que ver cómo juegan sus cartas el resto de aspirantes a candidatos. Los dos ganadores de la última contienda electoral, en New Hampshire, Donald Trump y Bernie Sanders seguirán caminos distintos. El magnate no cambiará la postura mantenida hasta el momento y el senador por Vermont tiene que ser capaz de hacerse con este sector de la sociedad, ya que él triunfa entre los jóvenes y mujeres principalmente.
Con todo, no hay nada escrito ya que además existe otro gran reto: el de conseguir que la participación sea alta. Según se explica en la guía de las elecciones de The Hispanic Council, son tres los motivos básicos por lo que los hispanos no acuden a las urnas:
A todo esto hay que añadirle que cada uno votará en función de sus intereses. “Si son republicanos por el tema económico y militar, muchos podrían decantarse pese a todo por Trump, que promete poderío en este contexto, además de un incremento de las ayudas a veteranos. A muchos también les gusta Jeb Bush: tiene una mujer mexicana, habla perfectamente castellano y al ser gobernador de Florida entiende muy bien el poderío latino y sus idiosincrasias. Eso sí, piensan que no tiene mucho futuro y que darle el voto a él es perderlo”, añade Rodríguez.
Este sábado veremos quién ha logrado captar el voto de esta población en los estados de Nevada y Carolina del Sur, donde el partido republicano celebra sus primarias, con Donald Trump como favorito. En concreto, en Nevada un 17% de la población con derecho a voto es hispana, de acuerdo a datos del centro Pew. En los estados en los que ya se han celebrado primarias, Iowa y New Hampsire, estos porcentajes eran del 3 y el 2,2% respectivamente.
Por lo tanto, nueva cita con las urnas para los candidatos y nueva jornada de incertidumbre. Es Estados Unidos y sí, todo puede pasar. De hecho... ¿Quién había predicho que Trump iba a ser capaz de llegar hasta aquí?