El candidato Mariano se reivindica a través del presidente Rajoy
“Lo pasado, pasado está”. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ya solo quiere hablar de “futuro”. Desde el salón de Tapices de La Moncloa, el jefe del Ejecutivo se ha lanzado de lleno a la batalla electoral con la excusa de la comparecencia veraniega para hacer balance del curso político y presentar ante los medios el proyecto de presupuestos generales del Estado.
Todavía no hay fecha para las elecciones, pero este viernes la sede del Gobierno ha servido de escenario para el primer gran mitin. Los españoles se van de vacaciones sin saber cuándo votarán, aunque Rajoy ha asegurado que casi todo el mundo imagina cuándo serán los comicios. Si Rajoy cumple con su mito de hombre previsible, las urnas se pondrán a finales de noviembre. La oposición también maneja la posibilidad de que sean a mediados de diciembre, antes de la Navidad.
Lejos de fechas, el presidente se ha reivindicado y ha presentado sus cartas credenciales. Economía, economía, economía. Rajoy ha sacado pecho de la “transformación” que ha vivido el país desde su llegada al Gobierno, cuando prácticamente estaba en quiebra, ha incidido. Gráficos, datos y flechas en ascenso. Ese será el principal argumentario en los próximos meses y que ha estrenado para presentar las cuentas públicas.
La comparecencia no ha servido para grandes anuncios, pero sí para repetir titulares que llenarán los anuncios del Partido Popular. Prepárense para escuchar durante todo el otoño la frase de que España crecerá más que Reino Unido y Estados Unidos, encabezando además el incremento en los mayores países de la zona euro. El alumno aventajado de Ángela Merkel se presenta con los deberes hechos. La nota será otra cuestión.
“La recuperación está ahí”, ha proclamado Rajoy, a quien le gusta repetir -como gran asignatura superada- que hay más empleados ahora que cuando llegó a La Moncloa y que España ha entrado en un “círculo virtuoso”.
VENDER LO "SOCIAL"
Pero esos datos no suponen una alfombra roja directa para una segunda legislatura. Toca enseñar la piel, bajar a la calle, una faceta que ha olvidado durante sus años en el complejo presidencial. Por eso, ha puesto énfasis en que el 53% del presupuesto va destinado a gasto social. Las pasadas elecciones del 24-M evidenciaron, según reconocieron algunos de los barones, que el PP es percibido por los ciudadanos como un partido antipático. Por eso, en estas cuentas se potenciarán algunas partidas como las becas, la dependencia e I+D+i.
Un discurso más social, pero que sigue impregnado del “sentido común” y de la “certidumbre”. Rajoy se presenta como el valor seguro, como el hombre que quiere llegar a los 20 millones de empleados en la legislatura, como el único que puede proseguir la procelosa senda de la recuperación. Es el tiempo, insiste, de devolver los “esfuerzos” hechos por los ciudadanos y comenzar la era del crecimiento “sostenido”.
En esta clave, ha reivindicado el esfuerzo hecho por los funcionarios. En el proyecto de presupuestos se ha incluido una subida salarial del 1% para este colectivo, muy enfadado con el Gobierno por la pérdida de poder adquisitivo durante estos años. Un guiño para 2,5 millones de empleados públicos -según datos de Hacienda-, y, principalmente, a votantes que se han caído por el camino. Asimismo, las pensiones subirán un 0,25%, por tercer año consecutivo. Y en ese discurso de futuro, el presidente ha dicho que el verdadero “reto” al que se enfrenta el país y la UE es la sostenibilidad de la Seguridad Social.
EL CANDIDATO DE LA "CERTIDUMBRE"
No ha desaprovechado la oportunidad para volver a azuzar el discurso del miedo sobre posibles pactos tras las elecciones generales. Y ese mensaje lo hace hábilmente mezclándolo con la situación que vive Grecia. La conexión Syriza y Podemos es un argumento que cree que puede funcionar de cara a las elecciones.
Uno de los aspectos más importantes durante la crisis, ha señalado, ha sido la “estabilidad política, que hubiera un Gobierno que pudiera aprobar reformas, aunque todo el mundo le criticara”. “¿Qué va a pasar después de las elecciones? No lo sé”, ha contestado Rajoy sobre futuras alianzas como una gran coalición con el PSOE o alianzas con Ciudadanos y Unió. Todo dependerá de los datos, ha reflexionado. Lo que tiene claro es que si se repiten “cosas” como en algunos ayuntamientos, va a ser “malo” para España.
Rajoy se aferra al discurso económico, pero los electores tendrán también en cuenta los casos de corrupción. El presidente del Gobierno ha eludido la autocrítica en estas cuestiones, en un momento en el que cada día se revelan nuevos escándalos en el PP de Madrid por la operación Púnica. “Vamos a hacer todo lo que esté en nuestras manos para que no se vuelva a producir”, ha enfatizado, a la vez que ha calificado de “reprochables” las conversaciones que han trascendido. Pero no mucho más. Hay que respetar, ha comentado, los procesos judiciales… y luego los españoles dirán en las elecciones.
"NO HABRÁ INDEPENDENCIA DE CATAUÑA"
Todo en clave electoral. No obstante, antes habrá otra cita en las urnas de vital importancia: las catalanas del 27 de septiembre. Rajoy ha reiterado el discurso de que se tratan de unas elecciones autonómicas, que sólo servirán para elegir un Parlamento regional. Nada de plebiscitarias. El mensaje ha vuelto a ser claro, “no habrá independencia de ninguna de las maneras”.
Aquí el presidente ha insistido en la necesidad de que se cumplan las leyes, algo que debe reinar en una nación desarrollada. "España es un país serio y en ningún país serio se puede permitir violentar la ley o sacar algún tipo de rendimiento político de ello", ha zanjado, además de comentar que no se arrepiente de haber presentado el recurso del Estatuto de Cataluña. La contienda judicial y el posterior recorte por parte del Alto Tribunal del texto aprobado en referéndum supuso un punto de inflexión en el debate catatán.
El PP se ha puesto ya manos a la obra de cara a las catalanas esta semana. Tras semanas de dudas y desconcierto, la elección del polémico Xavier García Albiol ha supuesto un cierto revulsivo en el partido en Cataluña, que veía cómo el discurso más ‘españolista’ había sido conquistado por Ciudadanos. No es una casualidad que Rajoy haya hecho referencia a Badalona y Castelldefels durante su discurso. ¿Por qué? La primera localidad fue goberanda por Albiol durante la pasada legislatura, el gran nicho para el PP. Ahora sirve de ejemplo de los pactos detestados por Rajoy que han llevado a desplazar a la lista más votada. El segundo municipio fue el escogido para presentar el miércoles a Albiol por parte de Rajoy y ha servido para criticar al PSC, que respaldó su reciente adhesión a la Asociación de Municipios Independentistas. Además, es una de las zonas más ricas de España y Cataluña. Muchos empresarios irán a votar con la mente puesta en las repercusiones económicas que puede acarrear la apuesta soberanista.
Rajoy ha hecho este viernes su examen final del curso político. Toca descansar unos días, con escala en el Palacio de Marivent en agosto para despachar con el rey. El presidente Rajoy se transmuta ya en el candidato Mariano.