Oslo conmemora el aniversario de la matanza de Utøya con una polémica exposición
Noruega conmemora este miércoles el cuarto aniversario de los atentados cometidos por el ultraderechista Anders Behring Breivik, entre la polémica por una cruda exposición que exhibe restos de la masacre que comenzó en el barrio gubernamental en Oslo y continuó en la idílica isla de Utøya, con 77 muertos.
El amasijo de hierros carbonizado de la furgoneta que estalló en Oslo, el falso carné de policía que llevaba Breivik o la caja en la que transportó la munición hasta Utøya, para disparar de forma indiscriminada contra los asistentes al campamento juvenil socialdemócrata, se exhibirán a partir de ahora en el denominado "Centro del 22 de julio".
"Es un lugar que podemos elegir visitar, o no visitar, pero que estará ahí para todos nosotros a partir del 22 de julio y durante los próximos cinco años", ha explicado el comisario de la exposición, Tor Einar Fagerland, reconociendo que las heridas siguen abiertas en muchas de las víctimas y que muchas decidirán no acercarse a la exposición.
No obstante, a su juicio, en una sociedad democrática que está comprometida con la protección de sus valores "nunca puede ser demasiado pronto para enfrentarse con el extremismo político y el racismo".
CONTROVERSIA POR SU DUREZA
Fagerland, director del Departamento de estudios históricos de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, defendió con estas palabras en una carta abierta la semana pasada una muestra que ha desatado controversia por su dureza.
Junto a varios de los instrumentos que utilizó Breivik para su matanza, se muestran también, por ejemplo, cámaras o teléfonos móviles de los jóvenes que se encontraban en Utøya y que durante minutos eternos llamaron a la Policía o a sus familiares para narrar el horror que se estaba viviendo en la isla.
La exposición se abrirá en la primera planta del mismo edificio bajo el que Breivik hizo estallar primero una furgoneta bomba, matando a ocho personas antes de desplazarse al campamento socialdemócrata en el que asesinó a otra 69, la mayoría adolescentes.
El objetivo es convertir esta muestra temporal en un centro de reflexión y también de formación, abierto al público en general, y organizar visitas de grupos escolares al mismo.
"NOS CUENTA QUÉ PASÓ"
"El Centro 22 de julio nos cuenta qué pasó", dijo Fagerland, convencido de que los objetos, fotografías, vídeos y textos que se presenta ayudan a recordar que ese día "realmente ocurrió, en un sitio real, y afectó a personas reales".
A su juicio, el objeto "más potente" de la exposición es el texto de la sentencia en la que se narra en detalle lo ocurrido y con el que se condenó a Breivik a 21 años de prisión prorrogables de forma indefinida.