Ada Colau: "Barcelona puede ser punta de lanza del cambio"
La hemos visto vestida de 'SuperVivienda' boicoteando mítines electorales, parando desahucios con sus compañeros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) e incluso llamando "criminal" en el Congreso a un representante de la banca. Ha sido tildada de cómplice de ETA, la han comparado con Otegi y la han atacado llamándole "gordita" en un plató de televisión.
En mayo del año pasado, Ada Colau (Barcelona, 1974) dejó la portavocía de la PAH, desde la que se había convertido en todo un símbolo de la lucha contra los desahucios liderando un discurso sobre política de vivienda que prácticamente todos los partidos han terminado adoptando.
Un mes después presentó la plataforma Guanyem Barcelona (después Barcelona en Comú), "un proyecto de cambio e ilusión" con el que ha ido aunando voluntades y apoyos (ha logrado que Pablo Iglesias y Alberto Garzón fueran a Barcelona, por separado, a respaldarla) hasta convertirse, según las encuestas, en la principal aspirante a disputarle el Ayuntamiento de Barcelona al actual alcalde y candidato de CiU, Xavier Trías, y muy por delante del PSC.
¿Va a ser alcaldesa de Barcelona?
Sí lo espero y creo que estamos cada día más cerca. También es verdad que el futuro está muy abierto, porque todavía hay mucha gente indecisa y sabemos que cada voto va a ser fundamental. Nuestro principal adversario es el desánimo y la resignación de la gente que lleva tanto tiempo alejada de la política y de las instituciones por los casos de corrupción. Si conseguimos que este proyecto de cambio e ilusión que está movilizando cada vez a más gente, llegue sobre todo a los barrios populares, que es donde tradicionalmente hay más abstención, podemos hacer que Barcelona sea punta de lanza del cambio.
Habla de los indecisos, que evidentemente van a ser un elemento clave, ¿cómo se convence a ese electorado que, según algunos sociólogos, tiende a quedarse con los partidos tradicionales?
"Nuestro principal adversario es el desánimo y la resignación"
Más que con los tradicionales, lo que han tendido es la abstención. En las últimas elecciones en Barcelona hubo un 50% de abstención, que es una barbaridad y un síntoma clarísimo de que nuestra democracia no está funcionando bien. Hemos centrado nuestra campaña en hacer centenares de actos en los barrios, especialmente en los más populares, porque hay un mapa muy contundente que muestra que en los barrios donde ha aumentado la pobreza y la desigualdad es donde más ha crecido la abstención. CiU tiene claro para quién está gobernando y por eso para nosotros es clave hacer campaña a pie de calle, en los barrios, para que la gente sea consciente de que hay una oportunidad de cambio, de hacer política de otra manera y de devolver las instituciones a la gente. Para ello es fundamental movilizarnos e ir a votar, porque cada voto va a ser importantísimo en estas elecciones.
Otro voto importante en Cataluña es el del catalanismo, ¿cómo se conecta con ese sector social?
En Barcelona en Comú lo hemos dicho desde el primer día, somos un proyecto municipalista, nuestro proyecto es para la ciudad de Barcelona. No hemos pretendido crear una marca ni catalana, ni estatal. Lo que proponemos es un modelo de ciudad, que queremos sea más democrática y más viva. Es verdad que Barcelona es capital de Cataluña y que Cataluña se encuentra en un proceso de movilización masiva para reclamar su legítimo derecho a decidir. Con eso Barcelona en Comú también está comprometido. Forma parte de nuestro ADN, un principio democrático irrenunciable de que Cataluña pueda decidir su relación con el Estado. Es probable que dentro de Barcelona en Comú haya gente independentista, federalista, o que no lo considere prioritario, pero todos estamos de acuerdo en que es irrenunciable el derecho a decidir, en general las grandes cuestiones, y también la relación entre Cataluña y España desde el respeto y la libertad.
Los sondeos le auguran un empate con Trías, ¿con qué partidos ve posibilidades de pacto?
Las encuestas se pueden equivocar y hay que cogerlas con prudencia. Pero, ¿qué confirman? Que hay un modelo de ciudad donde se han disparado los desahucios, la desigualdad y que está al servicio de los grandes intereses económicos y de los lobbies. Ese modelo de ciudad, creado por CiU con su socio habitual en Barcelona, que ha sido el PP, no tenía alternativa hasta que surgió nuestra candidatura que, a pesar de ser nueva, rápidamente se ha visto como la alternativa. Por eso nos hemos situado en una posición bastante igualada con CiU. Necesitamos ser la lista más votada para poder gobernar y, si hay que plantearse pactos y acuerdos puntuales, nunca lo haremos en una lógica de intercambio o negociación entre siglas, sino en base al modelo de ciudad, de prioridades y de programas. En realidad, quienes se tienen que definir son los demás. Hemos dicho claramente que no pactaríamos con CiU y que no vamos a hacer alcalde a Trías y hemos pedido a los demás que se posicionen. PP, PSC y ERC han sido ambiguos y han dado a entender que sí podrían hacer alcalde a Trías. Sería honesto que se posicionaran claramente, sobre todo PSC y ERC, proque si hablan de un proyecto de izquierdas pero luego pueden hacer alcalde a alguien de derechas como Trías, deberían decir a la gente qué van a hacer con su voto. Nosotros no pactaremos con quienes quieran privatizar servicios básicos como la educación, la sanidad o el agua, que es lo que se ha estado haciendo estos cuatro años.
¿Cree que puede ocurrir algo similar en Barcelona a lo que ocurre en Andalucía?
No hay que tener miedo a la pluralidad democrática. Lo que era una anomalía es que hubiera un bipartidismo durante tanto tiempo. Con el sistema electoral actual no se va a producir una situación de ingobernabilidad porque, en el caso de Barcelona, aunque no llegues a la mayoría absoluta, que está en 21 concejales, la lista más votada puede gobernar en minoría. Si no hay un pacto alternativo que llegue a 21, se puede dejar que gobierne y buscar pactos puntuales. Lo que sí va a ser definitivo y fundamental es ver cuál va a ser la lista más votada.
"Quienes se tienen que definir sobre pactos son los demás"
¿Cómo lo ha hecho para conseguir unir a Izquierda Unida y Podemos en una candidatura cuando no ha podido ser en otros territorios?
En realidad no nos hemos centrado en juntar partidos, sino en un proyecto de candidatura liderado por la ciudadanía. No sale de ningún partido político, sino de la gente comprometida a nivel vecinal, social o cultural, que compartimos la idea de crear espacios más abiertos y participativos. Hemos creado una candidatura donde la gente sea protagonista de las grandes decisiones, no sólo cuando lleguemos al poder, sino al elegir las listas, el código ético, elaborar un programa. Es una interpelación a juntarnos por objetivos por delante de las siglas, porque el momento es excepcional y requiere amplitud de miras y generosidad. La propuesta ha tenido la suficiente fuerza y el apoyo para que varios partidos hayan visto en nuestra candidatura la propuesta más seria y con más posibilidades de ganar. Eso ha hecho que diferentes fuerzas se hayan sumado con generosidad y valentía en torno a objetivos comunes.
¿Qué le parece que partidos como el PSOE empiecen a hablar de expropiación a los bancos?
Más allá de lo que prometan los partidos tradicionales, la cuestión clave es la credibilidad de cada uno a la hora de hacer propuestas. Si valoramos la trayectoria de cada uno, ahora que llega la campaña electoral y todo el mundo está de acuerdo en generar empleo, en hacer una sociedad más justa y en parar los desahucios, dices, 'pero bueno, ¿qué has hecho tú hasta ahora para conseguir esto?'. No todo el mundo tiene la misma legitimidad y credibilidad para decir según qué cosas.
¿Cuál sería su primera medida si llega a alcaldesa?
Tenemos un plan de choque para los primeros meses con 30 medidas viables económica y jurídicamente que harán frente a nuestras tres prioridades. Primero, generar empleo apostando por sectores estratégicos y luchar contra la precariedad, porque el Ayuntamiento de Barcelona podría hacer mucho más para que todas las empresas que trabajen con él tengan unas cláusulas sociales que se vean obligadas a cumplir con los derechos laborales y con horarios razonables que permitan la conciliación. Una segunda prioridad son la vivienda, la sanidad y la educación. Tenemos medidas contra los desahucios, para que las viviendas vacías se conviertan en alquiler social, y también en temas de sanidad y becas para niños. Un tercer eje es el de democratizar las instituciones, luchar contra la corrupción y hacer las instituciones más transparentes. Tenemos cien medidas para recortar privilegios, reorganizar prioridades económicas y crear un organismo municipal de lucha contra la corrupción para hacer todas las auditorías necesarias y asegurarnos que acabamos con las malas prácticas y la falta de transparencia.
¿Dónde va a pasar el día de las elecciones y cómo lo va a vivir?
"El momento requiere amplitud de miras y generosidad"
Como no podía ser de otra manera, lo viviremos en común. En un espacio amplio y popular que es Fabra i Coats, una antigua fábrica que ahora es un equipamiento cívico de la ciudad. Durante el día lo pasaré en familia, que la verdad tengo muchas ganas de pasar tiempo con mi hijo tras estos duros días de campaña. Por la tarde estaremos con la gente que ha participado en la campaña, que son cientos de personas. Yo soy la cara más visible, pero una de las cosas a destacar es que este proceso está demostrando que cosas que parecían imposibles se hacen posibles cuando la gente se junta. Cientos de personas expertas en todo tipo de temas han hecho posible una campaña muy potente que nos ha situado como posible fuerza de gobierno sin la estructura y el dinero de otras candidaturas. Gracias a cientos de personas que se han dejado la piel.
Y usted, personalmente, ¿cómo lleva la campaña?
Desde luego puedo confirmar que la campaña no está hecha a la medida del ser humano y que no está hecha para conciliar la vida familiar en absoluto. Es francamente estresante y agotadora y está pensada para grandes estructuras con mucho dinero y gente liberada. Aparte de eso, ha habido una parte preciosa y maravillosa que nos ha cargado las pilas cada día en los barrios, llenándose las plazas y con muchísima gente que te dice que hace muchos años que no votaba y que ahora lo va a hacer con ilusión. Otros te dicen que habían votado toda la vida al PSC y que ahora nos va a votar a nosotros con la ilusión que hacía décadas que no sentían. Ver las plazas llenas con esa gente nos ha dado fuerzas para enfrentarnos a lo que hiciera falta.