El primer discurso de Navidad del rey Felipe VI: ¿Qué esperar?
"Buenas noches". Estas palabras son casi la única certeza sobre el que será el primer discurso de Navidad del rey Felipe VI, proclamado el pasado 19 de junio tras la abdicación de su padre, Juan Carlos I. Mucha expectación para un mensaje que materializará el cambio en la historia de la institución monárquica. A Felipe VI le toca abrir las ventanas del despacho de la Zarzuela, escenario en los últimos años de la felicitación televisada del rey.
Pero un último acontecimiento ha armado el belén en la Casa Real. El juez Castro sentará en el banquillo de los acusados a la hermana del rey, la infanta Cristina. El debate sobre si debería renunciar a sus derechos antes del discurso de Navidad se desató tras saberse que será juzgada por lucrarse con Nóos. Renuncie o no, ya es demasiado tarde. Es seguro que el rey se habrá visto obligado a cambiar el guión de su primer mensaje navideño.
La situación procesal de su hermana, la crisis económica y el intento de insuflar nuevas esperanzas en la institución monárquica serán tres de los pilares sobre los que podría girar el discurso de Felipe VI, según los expertos consultados por El Huffington Post.
MENCIÓN A SU HERMANA
Ignacio Urquizu, profesor de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid y colaborador de la Fundación Alternativas cree que habrá alguna mención a la situación de la infanta Cristina "aunque sea de forma indirecta, sin darle mucha relevancia".
Urquizu cree que esta alusión puede seguir la línea de años anteriores, como cuando en 2011 Juan Carlos I dijo aquello de que la "justicia es igual para todos". "Mi intuición me dice que seguirán con esa mención un poco más protocolaria, de forma más o menos indirecta, dejando leer entre líneas. La Casa Real mide mucho los pronunciamientos, esto todo está siempre muy preparado e intuyo que como en otras ocasiones irá en esa dirección", vaticina.
Antón Losada, profesor de ciencia política de la Universidad de Santiago de Compostela y analista político, cree sin embargo que el rey se equivocaría si pasa de puntillas sobre la situación judicial de Cristina. "En lo que lleva de reinado, no ha dado señales de ser un monarca excesivamente audaz, pero sí ha dado señales de ser consciente de lo que se juega, por lo que no puede pasar de largo".
El analista cree que "medio país espera que diga algo" sobre la infanta y, si bien la ciudadanía es consciente de que hay aspectos como la situación económica que no están en sus manos, "sí que puede hacer algo en lo referente a su hermana, por lo que la gente espera algo más" que una mención velada.
PREGONAR CON EL EJEMPLO
El llamamiento a la unidad con alusiones a Cataluña seguramente se repita este año. Además, los dos expertos coinciden en que la crisis política e institucional por la que atraviesa el país será otro de los ejes del discurso de Navidad de Felipe VI.
"Es una monarquía muy pendiente de la opinión pública, de lo que están pensando los españoles en estos momentos", asegura Urquizu que cree que Felipe VI hará un llamamiento "a resolver la crisis política por la que está pasando el país".
Losada espera en este sentido que el rey "asuma un compromiso de ejemplaridad", con el que se recupere definitivamente la credibilidad de la institución y añade que es posible que haga un repaso por algunas de las medidas llevadas a cabo por la Casa Real para impulsar el cambio, como por ejemplo, la publicación de las cuentas de la monarquía tras acceder, cercada por los escándalos, a entrar en la Ley de Transparencia.
LA SITUACIÓN ECONÓMICA
Desde que estalló la crisis, la economía ha sido uno de los temas centrales de los discursos navideños reales, por lo que es más que probable que este año vuelva a ser uno de los asuntos protagonistas del mensaje.
¿Pero comprará Felipe VI la recuperación que pregona el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy?
Antón Losada cree que el rey "tratará de medir el mensaje (en la medida que pueda porque lo supervisa la presidencia del Gobierno)" por lo que "intentará matizar" el optimismo "como ya hizo el propio presidente".
El analista político cree que sería un acierto combinar dos aspectos en este sentido: "Uno intentar transmitir la idea de que es consciente de la situación en la que estamos y que no es verdad que la recuperación ha llegado, ni que estemos mucho mejor" y dos, "transmitir al mismo tiempo un mensaje de optimismo".
UNA OPORTUNIDAD PARA LA MONARQUÍA
Habrá que ver si el rey innova en su mensaje, la escenografía y las formas, u opta por la continuidad siguiendo el camino que marcó su padre en el tradicional mensaje navideño. Aunque es probable que escuchemos referencias a su padre, Felipe VI tiene como uno de sus objetivos dar una imagen más moderna y cercana, y el mensaje de esta noche es una oportunidad para apostar por una ruptura con la vieja corona, que despertó la desafección en muchos ciudadanos.
Sin embargo, Urquizu no cree que se vea un "gran cambio" en este primer discurso del nuevo rey. "Las casas reales apuestan por la continuidad" y en lugar de "cambios bruscos" prefieren ir haciendo llegar los cambios "poco a poco".
Losada cree que si el rey hace solo un discurso de "buenos propósitos y de 'todo va a ir muy bien' se habrá equivocado".
"El país no está para eso. Es un momento excepcional, es una ocasión única desde el punto de vista de la comunicación" añade, haciendo hincapié en que "pocas veces el rey tiene una oportunidad tan buena, una audiencia potencialmente tan alta y un momento donde la ciudadanía esté mas receptiva como el mensaje de Navidad".
Por eso el profesor espera que el mensaje conlleve algún tipo de anuncio. "No se me ocurre mejor momento. Una ocasión en la que todas las cadenas conectan contigo, todas las radios, una audiencia a punto de sentarse con su familia que no está de mal humor... Si vas a anunciar algo no hay ocasión mejor. ¡No tienes competidor!".
"Si se sienta ante la cámara pensando que es un mensaje de Navidad ordinario, se habrá equivocado", añade.
Y sin duda, no será un mensaje cualquiera. Todos pendientes del primer discurso navideño de Felipe VI. Se analizará cada detalle al milímetro, cada palabra, cada gesto. Como cada Navidad, pero esta vez diferente.