Erdogan, primer presidente de Turquía elegido directamente por el pueblo
El primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha ganado las elecciones presidenciales celebradas hoy en dicho país con un 52,1% de los votos, una vez escrutadas el 98% de las papeletas. Al conseguir más de la mitad de los votos lo que no tendrá que acudir a una segunda vuelta
Su rival más cercano, Ekmeleddin Ihsanoglu, obtendría el 38,8% y Selahattin Demirtas, el 9,2%, con más del 95% del voto escrutado, según el diario turco Hürriyet.
Unos 53 millones de personas estaban llamadas a las urnas para votar, por primera vez, a su presidente. Los comicios, en términos generales, han contado con la aprobación de los observadores internacionales pero también han sido el objeto de las críticas de los observadores debido a los vacíos legales y problemas organizativos, entre otros, la impresión 20 millones de papeletas más de las necesarias.
En sus primeras declaraciones antes de que se proclamente definitivamente los ganadores, Erdogan ha recordado que con el actual escrutinio "nuestro pueblo ha mostrado su voluntad con claridad".
"Mientras viva continuaré sirviendo a mi país, por una mayor democracia y por el proceso de paz [con la guerrilla kurda]", agregó el primer ministro tras agradecer a sus seguidores su apoyo.
El presidente de Turquía tiene poderes limitados y un papel más bien ceremonial, aunque Erdogan ha subrayado que quiere emprender una reforma legal para otorgar más poder al jefe del Estado. Para esa reforma se requiere un cambio constitucional que solo sería posible con una amplia victoria del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), que lidera Erdogan, en las elecciones legislativas de 2015.
Hasta entonces Erdogan ha prometido una presidencia "activa", utilizando todas las funciones del cargo, como la posibilidad de convocar y presidir las reuniones del gabinete de ministros.
Erdogan, que ha estado al frente del Gobierno turco los últimos 12 años, no ha ocultado su deseo de seguir en el poder al menos hasta 2023, cuando se conmemora el centenario de la fundación de la República Turca, y con Turquía, prometió, dentro del club de las diez mayores economías del planeta.
Unos 53 millones de turcos estaban llamados hoy a las urnas y la participación se situó en alrededor del 75 por ciento, según los medios turcos, por debajo del 89 por ciento registrado en las elecciones locales de marzo pasado. Todos los analistas coincidieron en que una baja participación beneficiaría a Erdogan, ya que su electorado conservador es más fiel que el de los partidos laicos de la oposición.
El principal rival de Erdogan, Ekmeleddin Ihsanoglu, de 70 años, no ha despertado entusiasmo entre los votantes de los dos partidos opositores que lo propusieron como candidato conjunto, el socialdemócrata CHP y el nacionalista MHP, y sus resultados han estado por debajo de los apoyos que esas formaciones suelen obtener de forma combinada.
El tercer candidato, el joven político kurdo Selahattin Demirtas, ha logrado un muy buen resultado para su formación, el prokurdo BDP, que nunca ha tenido más del 7 por ciento de los votos, al conseguir la adhesión de votantes laicos turcos atraídos por su ideario de izquierdas.