Miquel Iceta: "Los problemas del PSC son previos a la renovación; para renovarse hay que existir"
Miquel Iceta (Barcelona, 1960) es uno de esos militantes del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) que quiere resistir el temporal aunque el viento amenace con dar la vuelta al barco. Sabe que, en una guerra, "en primer lugar" mueren los pacifistas, los que están en tierra de nadie, los que no se apuntan a ninguna trinchera.
Hay quien augura el naufragio a un PSC menguante, pero el que este domingo será el nuevo primer secretario del partido pide "ser repetitivos" en el mensaje de una Cataluña integrada en una España federal. No tiene rival de cara a la consulta en la que están llamados a votar unos 20.000 militantes, pero su autoridad no será fácil de ejercer. Su primera prueba, la Diada y el referéndum del 9 de noviembre.
-¿Qué saldrá de este congreso?
Como soy candidato único, no hay mucha emoción. La incógnita es la participación. No es muy movilizador que sólo haya un candidato, pero ese día votamos también el secretario general del PSOE, en el que sí hay competencia, así que espero que esté bien.
-¿Será un primer secretario de transición o de futuro?
Yo me presento hasta el próximo congreso, a finales del año que viene, y porque hay una situación muy compleja y delicada.
-¿Se presenta haciendo un sacrificio personal y para salvar los muebles del partido?
Me presento porque en un momento determinado creí que tenía que hacerlo, pero no lo hago obligado. Creo que puedo ser útil en este período, creo que tengo cualidades suficientes y que los problemas que tenemos tienen solución. Hay mucha gente que también lo cree así.
-¿Por qué tiró la toalla Pere Navarro?
Se juntaron muchas cosas. Después de las elecciones europeas, en las que tuvimos un mal resultado, comenzó a hablar con mucha gente y también ver lo que pasó en Madrid, con la renuncia de Alfredo Pérez Rubalcaba, hasta considerar que era necesario un cambio.
-¿Dónde triunfará usted que él naufragara?
No sabría decirle, porque yo voy a seguir el camino que el marcó. No va a haber cambios en la política del partido. Voy a intentar tener un equipo más cohesionado del que tuvo él, sin divisiones. Y tengo para eso algunas capacidades de comunicación que pueden ser relevantes.
-Se destaca de usted su inteligencia y dotes comunicativas. Por contra, también se dice que simboliza el pasado y no puede encarnar la ilusión del futuro.
Para una operación abierto es mejor un cirujano experimentado que no alguien que empieza. Los problemas del PSC son previos a la renovación; para renovarse hay que existir y hay que tener un proyecto que la gente pueda reconocer como tal, sobre todo entre la Diada (11 de septiembre) y el 9 de noviembre [fecha planteada por Artur Mas para el referéndum]. Por otra parte, a nueve meses de las elecciones no parece que haya que tirar de alguien del mundo local porque la prioridad de los alcaldes es revalidar sus mayorías.
-Todo va a una velocidad de tanto vértigo que es difícil hacer hipótesis sobre lo que pasará el día de la Diada o el 9 de noviembre.
No creo que sea tan difícil. El 11 de septiembre va a haber muchísima gente en la calle, muchos reclamando la independencia y unos cuantos pidiendo que las cosas cambien. El 9 de noviembre no va a haber consulta, porque tendrían que cambiar muchas cosas: la relación entre los Gobiernos de Cataluña y España y la pregunta que ha acordado el señor Mas con ERC, ICV y CUP. Nosotros creemos que debería haber una consulta, pero la pregunta que se quiere formular no se sostiene. Desde nuestro punto de vista, se trata de un verdadero disparate. Si se mantiene es, desde luego, la garantía de que la consulta no se presentará.
-Usted apuesta por una única pregunta.
La ley que va a aprobar el Parlament se llama "Ley de consultas populares no referendarias". Con una ley así no debes hacer una pregunta propia de un referéndum. Yo estoy más por la labor de que el Gobierno pida un mandato para negociar y al final de la negociación volver a someter al ciudadano el resultado.
-Parte de su electorado se ha ido a otras fuerzas políticas, entre ellas ERC. Si se hace la consulta, ¿será ERC una heroína? Si no se hace, ¿un mártir?
Perdemos votos en muchas direcciones, también hacia Ciudadano, ICV, Podemos... y sobre todo hacia la abstención. Es verdad que hay esa retórica de héroe o mártir, pero nosotros estamos explicando que las cosas se están haciendo de tal manera que la consulta es imposible. Y acabará calando.
-¿Por qué no cala ese mensaje?
Las víctimas en las guerras, en primer lugar, son los pacifistas. Si el proceso de polarización y tensión política siguen creciendo, las posiciones intermedias tendrán muchas dificultades para hacerse escuchar. Pero eso no tiene por qué ser eterno. Una mayoría de catalanes no quiere el choque de trenes y precipitarse al abismo. Acabará valorando a partidos que se acercan a un acuerdo.
-¿Pactaría con Guanyem Barcelona [candidatura que emcabezará Ada Colau, ex portavoz de la PAH] la alcaldía?
En los ayuntamientos siempre hemos pactado con diversas fuerzas, pero siempre en función de que nos pongamos de acuerdo en cuanto al programa. Queremos una Barcelona que recupere el empuje perdido, muy comprometida con la salida de la crisis y por lo tanto si podemos acordar ese programa, no tendremos ningún problema.
-En 2012, el PSC apoyó a Carme Chacón. ¿Eduardo Madina o Pedro Sánchez?
El PSC no está con nadie, es la hora de los militantes. El domingo por la noche podré decirle cuántos militantes han estado con Edu, con Pedro o con Pérez Tapias. Estamos deseando que el PSOE salga bien de este proceso, renovado, con fuerza y solidario con los acuerdos de Granada para buscar una solución al problema del encaje de Cataluña en España.