Nuevo conflicto en Gibraltar: el Peñón vuelve al primer plano de las relaciones con Reino Unido
Nuevo conflicto en Gibraltar, que vuelve a convertir el Peñón en centro de confrontación entre España y Reino Unido.
El control de las aguas que rodean Gibraltar es el punto más conflictivo del contencioso que mantiene España con Reino Unido sobre la Roca, que se manifiesta en tres áreas: la pesca, el medio ambiente y la lucha contra el contrabando y el narcotráfico.
El Ejecutivo de Mariano Rajoy ha denunciado el vertido de 70 bloques de hormigón en aguas españolas, que habrían afectado a un caladero utilizado por barcos españoles en la bahía de Algeciras. El lanzamiento de los bloques, defendido por las autoridades gibraltareñas como un intento por crear un "arrecife artificial" que proteja los fondos marinos, incumple las normas medioambientales, imposibilita el desarrollo de la actividad marisquera tradicional en la zona y dificulta la pesca de cerco, según la denuncia española.
Además, el Gobierno británico convocó hace días al embajador en Londres por las colas (de hasta 7 horas este sábado) que se han registrado estos días en la verja, al intensificar España los controles de vehículos. Este domingo las colas han sido menores y hay ciudadanos que han optado por entra a pie, según la Cadena Ser. En esa reunión, a la que asistió el encargado de negocios de la embajada española en Londres, Ramón Gandarias, al estar ausente Trillo, España reiteró que es su obligación realizar los controles, la misma postura que transmitió por teléfono García-Margallo a su homólogo británico, William Hague.
Es así como Gibraltar ha vuelto al primer plano de las relaciones entre España y el Reino Unido y a los titulares de la prensa.
MARGALLO: "EL RECREO SE HA ACABADO"
España ha dejado claro en este sentido que los controles que realiza en la frontera no son "contra" medidas concretas sino que está "obligado" a hacerlos y que los considera "irrenunciables". El ministro de Exteriores, José Manuel Margallo, en una entrevista con ABC, ha plasmado su postura con esta frase: "El recreo se ha acabado".
Según ha indicado Margallo, el Gobierno estudia una serie de medidas para hacer frente a las actitudes de Gibraltar, en las que participan varios ministerios y que analizan propuestas como investigar a unos 6.700 gibraltareños que tienen su residencia real en España pero no la fiscal y establecer una tasa de congestión a los vehículos que atraviesan La Línea con origen o destino en el Peñón. García-Margallo concreta que esa tasa podría ser de 50 euros para entrar y 50 euros más para salir.
POLÉMICA POR LAS COLAS EN LA FRONTERA
El 1 de agosto, sólo quince días después de que se cumpliera el 300 aniversario del Tratado de Utrecht por el que se cedió Gibraltar, el Gobierno del Peñón envió a la Comisión Europea un informe sobre las colas producidas en la frontera con España, una situación de la que culpa a las autoridades españolas.
El primer ministro adjunto gibraltareño, Joseph García, indicaba en la carta de queja que aunque España tiene el derecho de verificar las personas y los bienes que cruzan la frontera, estos controles "no deben interferir con el derecho a la libertad de movimiento de los ciudadanos de la UE".
El Gobierno español insiste en que Gibraltar no forma parte del espacio Schengen y añade que al no ser un territorio aduanero comunitario los controles en la verja del Peñón "son irrenunciables", porque realizarlos es su "responsabilidad".
Al no pertenecer a Schengen no se aplica la libre circulación de mercancías en Gibraltar ni tampoco el régimen común del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), por lo que España "está obligada a realizar controles en la verja", argumenta el Ejecutivo. Unos controles que, además de adecuarse al código de fronteras Schengen, son necesarios para evitar los "frecuentes" tráficos ilícitos y contrabando en la zona, añade España.
Fue el 26 de junio de 2002 cuando los entonces ministros de Asuntos Exteriores de España, Josep Piqué, y del Reino Unido, Jack Straw, hablaron de Gibraltar y desde entonces el parón en la búsqueda de soluciones ha sido la tónica predominante. García-Margallo se ha marcado el reto de desbloquear las conversaciones sobre el dominio del Peñón, después de que el anterior Gobierno socialista optara por dejar a un lado este asunto y apostar por la cooperación a través del Foro de Diálogo tripartito.
Por su parte, algunos trabajadores españoles en Gibraltar temen que el conflicto entre España y el Peñón afecte a sus empleos y a las relaciones de vecindad.
En esta galería, tuits sobre el conflicto de Gibraltar, que muchos definen como el peñazo de Gibraltar :