François Hollande cumple un año en el Elíseo sin lograr cambiar el rumbo económico de Europa
"El cambio es ahora", anunciaba François Hollande hace exactamente un año. Entonces, el candidato del Partido Socialista francés se imponía ante el otrora todopoderoso Nicolas Sarkozy y prometía un viraje político que iría mucho más allá de Francia. Hollande, autodefinido como "presidente normal", quería cambiar Europa.
El sentimiento, en Francia y en Europa, es un año después otro muy distinto. El paro ha aumentado y el déficit sigue sin ser controlado, mientras el crecimiento económico es sólo una apuesta retórica. Pese al enfriamiento entre las relaciones entre París y Berlín, la canciller Angela Merkel sigue marcando la agenda económica del continente y en Francia surgen este lunes muchas preguntas sobre el futuro de Hollande. Le Huffington Post, nuestra edición en Francia, se pregunta si doce meses después, Sarkozy lo habría hecho mejor.
En realidad, Hollande ha mantenido algunas de sus promesas, como la retirada de las tropas de Afganistán, el reconocimiento del matrimonio igualitario o la bajada de sueldos del Gobierno. Otras, quizás las más importantes, no:
- Reducción del déficit al 3% en 2013. Era el compromiso electoral de Hollande, una promesa que compensaba la fama de manirroto que su rival pretendía trasladar. Sin embargo, el empeoramiento de las perspectivas de crecimiento ha hecho que el presidente francés haya pactado con Bruselas una prórroga de dos años. El déficit en 2011 era del 5,3% del PIB y cerró el ejercicio siguiente en el 4,8%. La deuda pública subió casi cinco puntos en ese período.
- Cambiar las postura europea sobre el crecimiento. Hollande se rebeló contra un pacto europeo que restringía el déficit y la deuda de los países de la moneda única, imponía sanciones e iba más allá de los compromisos vigentes. El pacto, exhibido por Sarkozy y Merkel como una dieta de adelgazamiento para poner al euro en forma, no tenía sentido para el candidato por su nula atención al empleo y el crecimiento. Un año después, Hollande no ha conseguido reorientar la política europea. Su propuesta de emitir deuda conjunta, o eurobonos, también duerme el sueño de los justos.
- Impuesto del 75% sobre beneficios superiores a un millón de euros. Fue una de sus propuestas estrella en materia económica y provocó la huída o la amenaza de exilio de grandes fortunas, como la de Gérard Depardieu o Alain Afflelou. Fue rechazado por el Consejo Constitucional.
- Creación de empleo. Hollande prometió bajar la tasa de paro, pero al final de la legislatura. La promesa es, por el momento, optimista, teniendo en cuenta que ha pasado de 2.927.600 personas a 3.224.000 en este año de mandato.
- La "moralización" de la vida pública. Hollande prometía un conjunto de medidas para fomentar la calidad de la democracia que incluía la retirada de inmunidad penal del presidente, un límite a los mandatos, impedir el acceso a cargos públicos a los condenados por corrupción, la elección independiente de los máximos responsables de los medios públicos o la retirada de la ley Hadopi, que regula los castigos a las descargas de material protegido por el copyright. Esas medidas están todavía por tomar.
LOS FRANCESES SUSPENDEN A HOLLANDE
Según una encuesta de i-Tele, el 76 % de los franceses desaprueba el primer año de Gobierno.
Este domingo, unas 30.000 personas (según la Policía) se manifestaron en París, convocadas por los partidos a la izquierda de los socialistas, para protestar contra la austeridad y la importancia del poder financiero en la vida pública.