Todo por hacer
España necesita aprovechar este momento para reinventarse. No creo ni en el victimismo ni en el derrotismo. Hay que ser persistente para alcanzar los objetivos sin vencerse ante las dificultades. Esa debe ser la actitud como país. España tiene un gran equipo y tiene el reto de seguir siendo relevante para avanzar.
2013, a pesar de incluir el número fatídico, confío en que nos traiga muy buena suerte a todos. Este año se transformará en nuestro caso en un 7, el de la buena dicha, los años que cumplirá Tuenti este verano. Es solo un buen presagio, pues nunca he confiado en la suerte, sino en el trabajo duro y constante, en los resultados que se derivan de perseguir una meta con persistencia. En este sentido, creo que cada vez somos más los que tenemos la sensación de que aún está todo por hacer. Y eso no es algo negativo, sino todo lo contrario. Un mundo de oportunidades nos espera. No pienso sólo en Tuenti, donde estamos en plena reinvención construyendo un nuevo Tuenti que apuesta por la conectividad total, sino en internet en general, y especialmente en el ámbito de la comunicación social. Creo que realizando un paralelismo con la coyuntura actual, se pueden sacar algunas lecciones de interés de nuestro modelo y nuestro sector que me atrevo a compartir por si resultan de utilidad.
Partamos de una evidencia contundente. Hace apenas 10 años no existían las herramientas sociales digitales que hoy usa todo el planeta y seguramente en otros 10 años las cosas serán totalmente diferentes a como lo son hoy en internet. No está todo dicho, sino todo lo contrario. Todo avanza con rapidez y a la vez todo está por hacerse, por inventar, por descubrirse, por re-evolucionar. En este contexto, hay que reinventarse para seguir siendo relevante.
Creo precisamente que el presente y el futuro de las redes sociales pasa indiscutiblemente por la innovación y el impacto de la movilidad.
Nosotros mismos en Tuenti, ya no somos una compañía web. El internet social deja de ser simplemente web y es cada día más móvil. Todos usamos nuestros smartphones para comunicarnos a través de múltiples herramientas hasta el punto de que llamar, es cada vez más, lo de menos. Lo vimos claro hace tiempo y por eso decidimos reinventarnos poniendo el móvil en el centro de nuestra estrategia. Y por partida doble, desarrollando un nuevo servicio multiplataforma de comunicación social, Tuenti Social Messenger, y creando el primer operador móvil virtual de carácter social, Tuenti Móvil.
La clave al éxito de Tuenti ha sido siempre contar con un gran equipo, trabajar con mucho empeño para ofrecer la mejor solución de comunicación para los usuarios y hacerlo precisamente con una firme creencia en que está todo por hacer y que todo se puede mejorar. Con esas premisas desarrollamos el nuevo Tuenti.
En ese sentido, siguiendo el paralelismo que comentaba con nuestra propia trayectoria y con lo que ocurre en el mundo del internet social en estos momentos, creo que puede ser positivo lanzar un mensaje de optimismo que tal vez se echa en falta a menudo en España, especialmente en estos momentos. El optimismo es necesario, no parece muy útil ser otra cosa, decía Churchill. No creo ni en el victimismo ni en el derrotismo. Hay que ser persistente para alcanzar los objetivos sin vencerse ante las dificultades. Esa debe ser la actitud como país. España tiene un gran equipo y tiene el reto de seguir siendo relevante para avanzar. Debe ser constante y trabajar duro. Es como el deporte, aunque necesitas aptitudes, lo más importante es entrenarlas todos los días.
Por supuesto, optimismo no significa tampoco inconsciencia, pero creo sinceramente que con creatividad, haciendo las cosas de modo diferente, innovando con ilusión y sin miedo a que algo salga mal, las cosas pueden cambiar. Hay que actuar, tomar decisiones, evitar la parálisis por el análisis y seguir aprendiendo de los posibles errores. España necesita aprovechar este momento para reinventarse.
Es una cuestión de actitud. Los modelos de gestión típicos de start-up son especialmente válidos ahora para grandes organizaciones públicas y privadas en España. Además de reinventarnos, debemos asumir que estamos en un año en el que España y Europa serán aún más parte de un mundo globalizado, por lo que hay que pensar más en grande y por ejemplo integrar más el inglés en las organizaciones, eterna tarea pendiente. A veces, tengo la impresión de que nos miramos demasiado el ombligo, de que España se encierra en sí misma con sus contradicciones y cuestiones locales y pierde la perspectiva. España debe abrirse más, aprovechar la crisis para hacer las cosas de un modo nuevo, diferente, aportando valor, subrayando sus fortalezas, aspirando a más.
Donde otros sólo ven obstáculos, no debemos ver sino oportunidades, como empresas, como sector, como país. Porque al igual que ocurre en internet, aún está todo por hacer.