Una experta enseña a niños a usar un detector de metales en la escuela y acaban el día con un súper hallazgo oculto
Aunque la misión principal de la atividad era otra, la jornada resultó ser muy gratificante gracias a este descubrimiento.

Los estudiantes de la Widford Lodge Preparatory School de Chelmsford, una escuela privada para niños de 4 a 11 años ubicada en el corazón de Essex, Inglaterra, vivieron hace unas semanas un día memorable. El evento, informa Stile Arte, tuvo lugar en el jardín del centro, entre los brotes de los primeros narcisos de la temporada.
Dos expertos en la detección de metales, Adrian y Jules, impartieron a los estudiantes una clase especial que culminó con un hallazgo extraordinario: un antiguo anillo de plata.
La actividad se realizó gracias a Kay, una profesora que invitó a los dos expertos, de Treasure Hunting Magazine, con el objetivo de localizar una cápsula del tiempo enterrada en el año 2000 con contenido histórico de la escuela. Sin embargo, un cerezo que había sido plantado después del enterramiento de la cápsula complicó la tarea.
A pesar de este obstáculo, Adrian y Jules prometieron volver en el futuro para completar la misión y decidieron quedarse también ese día para mostrar a los estudiantes la impresionante colección que han logrado rear, compuesta por objetos como monedas de oro celtas, fragmentos de aviones, monedas romanas e incluso una cabeza de hacha de la Edad de Bronece.
Fue una jornada igualmente gratificante
Después de esta lección, los propios niños tuvieron la opotunidad de usar los detectores de metales. Equipados con esta maquinaria, comenzaron a explorar el jardín escolar. Durante la actividad, encontraron varios objetos interesantes, como algunas monedas predecimales y fragmentos de lo que parecía ser una lámpara de aceite.
Pero el hallazgo más llamativo fue un anillo chevalier de plata, usado históricamente como sello y que podría haber pertenecido a una persona de alto rango. Lo niños, dejando volar su imaginación, pronto crearon historias sobre el posible propietario de ese anillo y en qué eventos históricos pudo haber estado involucrado.
La jornada terminó entre asombro y emoción, tanto de los estudiantes como de los padres que acudieron a ver el evento. Para los organizadores, fue un recordatorio de cómo la detección de metales puede ser más que un pasatiempo, convirtiéndose en una herramienta educativa para acercar a los jóvenes a la historia y la arqueología.
De esta forma, pese a que la cápsula del tiempo tuvo que permanecer enterrada y su recuperación parece complicada, acabó siendo un día igualmente gratificante para todas las personas que se encontraban en la escuela.