El español repatriado de Tailandia que puso en vilo al país: "He vuelto a nacer"
Hace unos meses, una urgencia médica estuvo a punto de costarle la vida. A su vuelta a casa relata su "infierno".
"Un infierno" que, en ocasiones le vuelve a la cabeza. La historia del joven vasco Álex García dio la vuelta al mundo a raíz de su viaje a Tailandia y una urgencia médica que pudo ser fatal.
Allí, rememora Álex, estuvo "a punto de morir". "Fue un infierno y aunque no pienso mucho en aquello y no solemos hablar del tema, hay veces que me viene a la cabeza, sobre todo cuando me meto en la cama", explica en una entrevista a Diario Vasco.
Por suerte, "ahora lo veo como una cosa muy lejana, que parece que ha ocurrido hace años y resulta que han pasado meses", prosigue, consciente de que su caso tuvo en vilo a toda España.
El pasado 25 de febrero este ciudadano vasco empezó a sentirse mal, con un fortísimo dolor de estómago. Fue llevado a un hospital de Bangkok, la capital, donde ingresó de urgencia por una pancreatitis aguda, el inicio de un calvario de pruebas y gestiones médicas para conseguir su repatriación dado el altísimo coste que tenía su tratamiento en el centro tailandés, a razón de unos 5.000 euros por día.
Sus allegados intentaron reunir dinero a través de una campaña de recogida de fondos online y así lograron más de 100.000 euros. Pero ni eso fue suficiente, ya que confiesa "habernos dejado otros 100.000 euros" en los diversos gastos asociados a una causa de riesgo máximo.
Finalmente, logró volver a casa repatriado en un avión militar español medicalizado y ser atendido en un hospital español. Ya bastante más recuperado en casa, Álex cuenta que su vida la ve "de otra manera" tras un cambio total.
En su entrevista a Diario Vasco deja claro que ahora "da valor a lo que hay que dar; Antes era trabajo y trabajo, pero la familia es lo principal y lo que me da fuerzas. Disfruto más de los niños y de las cosas que me gustan".
Aún le queda recuperación por delante, tanto muscular como mental. También a nivel físico, tras los 30 kilos que perdió en su tiempo de hospitalización y especialmente de estancia en la UCI. Una lucha constante consigo mismo, en la que "depende cómo lo mires puedes pensar que ha sido una mierda de año, pero también pienso que he vuelto a nacer".