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Tropiezan con 14 kilos de armaduras romanas y los expertos descubren a un nuevo actor de su engranaje bélico

Tropiezan con 14 kilos de armaduras romanas y los expertos descubren a un nuevo actor de su engranaje bélico

Un hallazgo único en Alemania revela cómo los romanos reparaban sus armaduras lejos de las fábricas imperiales.

La clave del poderío militar romano: colaboración local y reciclaje en los confines del Imperio.IA

Un bloque de 14 kilos de malla romana, excepcionalmente bien conservado, ha revelado cómo los soldados del Imperio Romano se adaptaban para reparar y reutilizar sus armaduras lejos de los grandes centros de producción. El hallazgo, realizado en un vicus cerca de la fortaleza legionaria de Bonn, Alemania, arroja luz sobre una faceta poco explorada de la logística militar romana: la colaboración con comunidades locales.

Los análisis recientes, realizados mediante técnicas avanzadas de escaneo como rayos X y tomografías computarizadas, han permitido identificar no una, sino cuatro piezas distintas de mallas entrelazadas que datan de los siglos II y III d.C. Según el doctor Martijn Wijnhoven, de la Academia Checa de Ciencias, se trata de “la primera evidencia clara de que las armaduras de malla se reparaban fuera de las instalaciones militares romanas”.

Conforme el Imperio Romano se expandía, el suministro de materiales y equipo a sus tropas en zonas remotas se complicaba. Según un estudio publicado en la revista Antiquity, el ejército romano “exigía enormes cantidades de material y mecanismos de suministro complejos”. La solución: depender de la cooperación con artesanos locales en áreas donde los recursos escaseaban.

El vicus donde se encontró la armadura era un asentamiento civil cercano a un fuerte militar romano. Allí, los arqueólogos desenterraron calles, casas y talleres, indicando una economía activa que permitía mantener a las tropas bien equipadas.

Sin embargo, las armaduras de malla no podían fundirse para reutilizar el metal debido a su intrincado diseño. En lugar de desecharlas, las usaban como piezas de repuesto, “donantes” que servían para parchear otras armaduras en mejores condiciones. Este enfoque demuestra que la sostenibilidad ya jugaba un papel crucial en la maquinaria militar romana.

Los investigadores creen que este descubrimiento podría tratarse de un pequeño almacén para el mantenimiento de armaduras. Las armaduras halladas muestran indicios de haber sido utilizadas y reparadas repetidamente, reforzando la idea de que el ejército adaptaba sus métodos según las circunstancias.

Además, el vicus no fue destruido por invasores, sino desmantelado de manera intencionada cuando ya no era necesario. Este detalle subraya el carácter temporal de estos asentamientos, concebidos para apoyar las campañas militares y luego ser abandonados.

Las armaduras, actualmente expuestas en el Museo de Lanes de Bonn, no solo amplían el conocimiento sobre las prácticas militares romanas, sino que también ilustran cómo la colaboración con las comunidades locales era esencial para mantener el engranaje bélico de un imperio que se extendía por casi dos millones de millas cuadradas.